Venezuela

¿Se puede confiar en el CNE?

Uno de cada tres venezolanos desconfía del Consejo Nacional Electoral (CNE) según Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos. La consecuencia va más allá de la pérdida de elecciones, también abre las interrogantes sobre el funcionamiento y blindaje del sistema.

Publicidad
FOTOGRAFÍA: Gregorio Terán

Las elecciones presidenciales pautadas para el 22 de abril, anunciadas inicialmente por la chavista Asamblea Nacional Constituyente (ANC), generaron dudas desde el primer momento.  Sin embargo, las autoridades del ente electoral han defendido a capa y espada la transparencia de las elecciones y sus garantías.

La rectora principal del CNE, Socorro Hernández, aseguró que se harán 15 auditorías en este proceso de elecciones. Otra cosa dice el cronograma electoral: el documento, publicado el pasado viernes 9 de febrero, solo contiene las fechas de 13 de estos procesos.

Cronograma Electoral CNE by El Estímulo on Scribd

Eugenio Martínez, periodista y experto en el área electoral, considera que se deberían hacer 19 auditorías para aclarar las dudas y garantizar transparencia en los comicios, pero la pieza más importante del rompecabezas electoral está en contra: el tiempo.

El juego con las auditorías no es nuevo. Luis Lander, director del Observatorio Electoral Venezolano (OEV) –a quienes no permiten acreditación de observadores nacionales desde el año pasado-, cuenta que con el tiempo ajustado lo que hace el CNE es acortar su proceso. “Algunas se saltan o se atropellan”.

El oficialismo mueve las piezas y cambia una por otra: las auditorías por la desconfianza.

¿Es el sistema el que se equivoca?

Lander y Martínez coinciden en que hasta el 2015, se puede hablar de un “blindaje” en el mecanismo de voto. El principal ingrediente de esas elecciones fue un proceso de auditorías completo, cosa con la que el CNE empezó con el pie izquierdo en estos próximos comicios.

En ese año, la oposición se hizo con la victoria de una mayoría parlamentaria. “Hasta el 2015, el sistema funcionó como debía funcionar. Pero ahora hay demasiadas dudas como para seguir manteniendo que es inviolable”, remata Martínez.

El representante del partido Un Nuevo Tiempo (UNT) ante el CNE, Vicente Bello está seguro de que aún hoy en día, el sistema no es lo que se vulnera en una elección.

“Los resultados son los resultados. Fueron personas que votaron por los candidatos chavistas u opositores. Lo que pasa es el entorno, la manipulación, personas que fueron coartadas o chantajeadas”.

Para muestra un botón: movilización de centros electorales de un día a otro; voto asistido; los coordinadores de mesa pertenecen en su totalidad al Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv); el proceso de escrutinio, por ley público, dejó de serlo y la observación internacional no está presente desde el 2013.

“Los problemas aquí son todos estos temas que no tienen que ver con la máquina de votación sino con el entorno político. Es ahí en donde actualmente se producen las alteraciones.  El hecho de que se eliminen a partidos políticos como Primero Justicia (PJ) o Voluntad Popular (VP), no tiene que ver con las máquinas de votación pero implica que PJ o VP no podrán postular testigos de mesa, por ejemplo o acreditarlos para las máquinas de votación o auditorias”, sigue Bello.

Las piezas que se mueven a dedo y entorpecen el proceso de votación no son las que están dentro de las máquinas para recibir un voto, transmitirlo y luego contabilizarlo sino los testigos de mesa, los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y el Plan República.

Incluso, los partidos políticos que participan en los comicios pueden elegir sus testigos de mesa pero nunca el coordinador del centro, según Bello y por tanto, el enredo electoral se presenta cuando las denuncias de irregularidades en una mesa son ignoradas.

“La idea tomada sin maldad es correcta, es decir, hay que tener un coordinador del centro de votación que haga como ´de conserje´ y coordine con el Plan República. Esa idea es correcta, el problema es que si designas a todos del PSUV y se cuadran con los testigos del PSUV y con el militar del plan república para dejar pasar un elector y a otro no, es ahí cuando se enreda. Esto incluso se propuso en la mesa de negociaciones pero el gobierno no aceptó”.

Venezuela es el primer país a nivel mundial que tuvo un sistema de voto completamente automatizado con el que teóricamente se reduce el margen de error en los resultados. Tanto Bello como Lander coinciden en que las máquinas y su funcionamiento no son el problema sino que existe uno mayor: la manipulación al electorado.

El voto asistido es la irregularidad que más se ha presentado en las últimas elecciones. Inicialmente, el mecanismo se pensó para ayudar a quienes tengan alguna dificultad al momento de votar pero para aplicarlo existe todo un protocolo que se salta.

“En los centros en donde hay tres mesas o más, hay un centro de información al elector antes de entrar a la mesa y en donde se verifica si al elector le toca votar en ese centro y una vez que lo confirman, le dicen el número de mesa y si la persona dice que necesita ir acompañado, eso se registra y queda nombre y huella dactilar de la persona que acompaña y el protocolo establece que esa persona no puede acompañar a nadie más. El acompañamiento solo puede hacerse una vez”, explica Lander.

Nuevamente son las manos humanas quienes tuercen el proceso pero el sistema se mantiene intocable.

 “En el proceso de votación automatizado, dentro de la máquina, de la totalización y de la transmisión no hay irregularidades. Es decir, después de que la persona entra a la máquina y decide votar, ese voto llega y se cuenta y se totaliza bien”, dice Bello.

A pesar de un supuesto blindaje de las máquinas, la oposición ha cantado fraude en más de una ocasión pero solo ha habido un caso en el que  lo pudo anunciar teniendo la muestra de ello: Andrés Velásquez en Bolívar luego de las elecciones regionales del 2017 en donde se demostró la manipulación de resultados.

Martínez cuenta que a las máquinas pertenecientes al CNE no se les hace mantenimiento desde el año 2013, sin embargo Bello no concuerda con esta premisa y asegura lo contrario.

“Yo afirmo que a las máquinas se les ha hecho mantenimiento desde el 2015 al 2016, exceptuando todos los atropellos del año pasado”

En Filas de Mariche, estado Miranda, el órgano comicial tiene un galpón en donde se depositan todas las máquinas de votación y según Bello, hay técnicos e ingenieros que se encargan de su mantenimiento, sin embargo hace énfasis en la palabra clave para todos los procesos electorales y con la que el oficialismo parece sostenerse: el tiempo, pieza que esta vez no tiene el rompecabezas.

Al representante se le pasó el 2017, un año en donde se hicieron dos elecciones seguidas y en las que, teóricamente se tendría que haber hecho mantenimiento de las máquinas. Ahora, ¿si en el 2016 se hizo, era necesario para las elecciones del año siguiente?

Si todo funcionaba en el 2016 con las máquinas, en las regionales del 2017 no habría sido necesario un nuevo mantenimiento, pero para el 10 de diciembre en los comicios municipales sí tenían que haberse hecho. Nuevamente el CNE y el oficialismo movieron su pieza maestra al adelantar y apresurar las elecciones.

La confianza en el ente electoral se pone más en riesgo con cada nueva convocatoria a elecciones e incluso, los esfuerzos por su parte tampoco parecen apuntar a recuperarla. A diferencia de años pasados, el ente ya no transmite propagandas que promuevan la confianza del venezolano en el sistema.

Para Lander “es una lástima porque el CNE se cayó y eso no quiere decir que el voto dejó de ser secreto, lo que termina ocurriendo con eso es que la confianza en que el voto es secreto en muchos electores se pierde y eso termina con lo que pasó en las dos elecciones del año pasado, que se construyen mitos falsos”

Dentro del rompecabezas electoral, el sistema de identificación biométrica juega otro papel fundamental dentro del procedimiento y a veces ocurre que no identifica al elector y de igual forma se permite que vote.

“En la última elección, quedamos en un aproximado de 157 casos a nivel nacional”, especifica Bello. Cuando este número puede afectar el resultado final de la elección, el ente está en la potestad de anular parcial o totalmente los comicios, sin embargo nunca lo ha hecho.

Otra de las ventajas que podría tener el sistema de votación automatizado es anunciar resultados más rápido, pero el CNE se tarda cada vez más en asomar el desenlace de las elecciones. Lander argumenta que Venezuela no está preparada para informaciones que pueden ser reversibles en horas y precisamente por eso el ente decidió no hacer anuncios de resultados hasta contar con “tendencias irreversibles”.

Las tensiones políticas del país, asegura Lander, pudiesen generar enfrentamientos a raíz de conocer unos resultados que en cuestión de minutos se reviertan. El sueño de tener una pantalla en las plazas del país que muestre los resultados minuto a minuto se aleja de la realidad venezolana de manera indefinida.

Hay una diligencia que también atrasa al órgano: llamar al perdedor de la contienda para anunciar su derrota y esperar a que la acepte. Si todavía lo hacen o no queda en misterio.

En las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) del pasado 30 julio, el oficialismo se invistió de una victoria todavía cuestionada y desconocida a nivel internacional, incluso por la empresa que llevó las elecciones en el país desde el 2004, Smartmatic.

Su salida del tablero de piezas dejó un espacio libre que el chavismo llenó de forma casi exprés con una empresa de origen argentino y de la que muy poco se conoce, ExCLÉ.

La única pieza que le queda todavía a la oposición en las elecciones presidenciales es la de un candidato unitario, todavía no definido y mucho menos anunciado.

Desde un anuncio que no provino del ente, un manejo del tiempo acelerado, sacar de entrada a la pieza más importante del juego y la disminución a 17 toldas políticas en total -12 de ellos han sido o son cercanas al gobierno-, a los dirigentes de la Unidad les queda la decisión de si participar o no en los comicios pero también centrarse en una fecha casi ignorada hasta ahora: ¿qué pasa el 23 de abril de 2018?

Publicidad
Publicidad