«Venezuela tiene que abrir un diálogo consigo mismo, entre venezolanos, para encontrar una solución a esta crisis política, y la comunidad internacional debe acompañar ese dialogo y, dentro de esa comunidad internacional, España estará de forma activa», dijo Sánchez en Santiago de Chile, donde comenzó el lunes su primera gira por Latinoamérica.
El gobernante español, que compareció ante la prensa junto al mandatario chileno, Sebastián Piñera, dijo que España tiene fuertes raíces con Latinoamérica pero que «no aspira a ser un país con una vocación de injerencia en la política latinoamericana», sino «solo de apoyo».
Sánchez expresó que «lo importante es no olvidarse de los venezolanos», tanto de aquellos que están emigrando como consecuencia de la «crisis económica, política y social», como de aquellos que se quedan en su país.
La posición de Sánchez contrasta con la de su predecesor, Mariano Rajoy, cuyo gobierno se sumó a las presiones en el seno de la Unión Europea para imponer sanciones comunitarias al gobierno de Nicolás Maduro, a la par que patrocinaba un diálogo y negociaciones fallidas entre el chavismo y los partidos de oposición.
Rajoy también llegó a recibir en Madrid a los máximos representantes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) la hoy aniquilada coalición de partido opositores que en su momento estuvo a punto de desalojar a Maduro del poder por la vía electoral.
Por su parte, Sánchez reconoció la labor de Chile para acoger a los venezolanos que están llegando a su territorio.
Su posición ambigua contrasta con la de Piñera, quien califica al régimen venezolano como una dictadura.
En el encuentro, el presidente chileno afirmó que Venezuela vive una grave crisis humanitaria y que Chile mantiene su compromiso de colaborar para que ese país «supere su crisis» y «recupere su libertad, su democracia, el estado de derecho y (el) respeto a los derechos humanos».
Unos 147.500 venezolanos han emigrado a Chile en los primeros siete meses de este año, lo que convierte a este país en el cuarto destino en Suramérica para los que huyen de la crisis en Venezuela.
El Gobierno chileno ha establecido una «visa de responsabilidad democrática» para los venezolanos que, desde su implantación en abril pasado, ha sido solicitada por 64.932 personas.
Piñera afirmó que Venezuela vive una grave crisis humanitaria y que Chile mantiene su compromiso de «colaborar» para que ese país «supere su crisis» y «recupere su libertad, su democracia, el Estado de derecho y respeto a los derechos humanos».
En ese sentido, Piñera dijo que España «tiene un rol importante que jugar para resolver problemas de América Latina».
El caso de Venezuela se ha convertido en un problema americano.
Un total de 147.429 venezolanos ingresaron a Chile entre el 1 de enero y el 31 de julio del 2018, que se suman a otros 177.347 que lo hicieron durante el año pasado, según datos de la Policía de Investigaciones (PDI) publicados hoy por el diario La Tercera.
Las cifras, que suman 324.776 personas, sitúan a Chile, según la publicación, como el cuarto destino en Sudamérica, después de Colombia (800.000), Perú (400.000) y Ecuador (250.000), elegido por los venezolanos que han abandonado su país en el marco de la crisis que la afecta, que suman unos 2,3 millones según datos de la ONU.]]>