Venezuela

Huellas de las lluvias en Vargas aún permanecen en tres parroquias

Los habitantes del sector La Cabrería, parroquia La Guaira, relatan haber vivido horas de angustias el 26 de septiembre. Tres horas, aproximadamente, duro una fuerte lluvia que se llevó por delante una casa dejando tapiada a una familia y afectando a varias más. 

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Foto: @jguaido

Dos niñas fallecieron. Su madre no pudo salvarlas. Muñecas llenas de barro, una cuna y un mueble permanecen bajo el lodo y escombros. Junto a ellos, un juego de tazas que quedó intacto.

Daniel González vive en la casa de abajo desde 2017. Afortunadamente, ni él ni su esposa estaban en ese momento pero su vivienda quedó destruida. Daniel, junto a otros habitantes de la zona, tienen más de 24 horas limpiando el barro y los demás restos que quedaron en el lugar.

La madre de las niñas fallecidas, así como una de sus hijas que logró salvarse, reciben atención médica.

Por su parte, Olga Silva tiene 50 años viviendo en ese sector. Orgullosa, señala que es “la fundadora” de La Cabrería. Episodios como el vivido este martes se han repetido, aunque dejó claro que no han sido con la misma intensidad. Según ella, “una ola de barro” bajo de la montaña llevándose todo a su paso.

Su hogar está tan solo a unos 50 metros de la casa de la familia Mediadea, en donde las niñas perdieron la vida. Las paredes agrietadas e incluso, desprendidas unas de otras, dan cuenta de la intensidad de lo ocurrido. 

La señora Olga, al igual que otros habitantes, no ocultan su miedo ante nuevas lluvias después de lo ocurrido. 

Su petición a las autoridades es una casa. Nadie se la ha ofrecido ni a ella ni a ningún vecino a pesar de que fueron censados. Tampoco se les indicó que debían desalojar sus residencias por encontrarse en una zona de alto riesgo, como señalan algunos voceros oficiales.

Los habitantes de La Cabrería piden a las autoridades ayudar con la limpieza de la zona pero también hacen un llamado de conciencia a la colectividad para que no utilicen las quebradas como basureros ya que “nos ponen en riesgo a todos”, manifestó González. 

En ese sector del estado Vargas hay más de diez niños, de los cuales seis viven en la casa de la señora Olga. Todos presenciaron cómo esa “ola de barro” arropó la casa. 

Todos eran amigos de Janielli Victoria Mediadea, la niña de 11 años que falleció. De hecho, se llamaban entre ellos “primos”.  Ninguno de los pequeños pudo dormir por el miedo que les causó lo vivido y el recuerdo que les quedó del terror experimentado este martes. 

El barro, que llega casi hasta las rodillas y cables con electricidad sueltos en la zona representan un peligro para los habitantes. Las piezas de cemento que sirven de piso cedieron ante el caudal de agua. 

“Toda Vargas es una zona de riesgo”, dice González. Algo en lo que coincide el mayor William Pereira de los bomberos del Distrito Capital quien además vive en el sector.

Aunque el gobernador  de la entidad Jorge Luis García Carneiro sostuvo que se le asignarían viviendas a siete familias afectadas, los vecinos del sector desconocen quiénes serán los beneficiados. 

El sector Cantón en la parroquia Carlos Soublette fue otro de los afectados pero en menor medida. Allí también se desbordó la quebrada tapiando un carro que afortunadamente evitó que más escombros llegaran a las casas del sector. La crítica allí era la misma: ausencia de las autoridades aunque las cuadrillas de limpieza  se vieron a lo largo de la avenida principal.

El fantasma del deslave de 1999 está presente en los habitantes de estos sectores. Aunque tienen miedo, señalan que “no tienen más opciones”. 

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