Chacao fue el epicentro de las concentraciones. Día tras día, los vecinos de la zona se inventaban estrategias para salvarse de los gases: vinagre, pasta dental, máscaras, lanzarse al piso… o huir. Hoy, las calles del municipio quedaron con los rastros del descontento estudiantil contra el gobierno nacional.
Los mensajes en el piso quedaron apenas como una mancha en el camino de los transeúntes.
Los caraqueños vuelven a disfrutar de la Plaza Altamira, sin gas lacrimógeno en sus narices
Una señora se detiene a tomar una fotografía al obelisco de Plaza Altamira. A sus espaldas, el homenaje que dejaron los jóvenes a los asesinados durante las manifestaciones
Una señora camina por Altamira Sur. Voltea a mirar la fotografía del Líder Leopoldo López al momento de su detención. Después, sigue su paso.
Tres jóvenes tomaron turno para fotografiarse con la bandera nacional de fondo.
Los carteles también dejaron mensajes que, con el tiempo, se ven desgastados por el óxido, la lluvia y la indiferencia.