El laborioso guiso y la dificultad de acceder a las cachapas de hoja, en tiempos recientes, puede haber influido en la disminución de la popularidad de la chalupa, un plato que llegó de México y se quedó en Venezuela
La chalupa es un plato que figura en pocos recetarios públicos venezolanos. Sin embargo, en muchas mesas privadas, se servían versiones preparadas y adaptadas por las amas de casa. Según la cocinera e investigadora Zoraida Castillo, las primeras referencias a su elaboración en Venezuela se ubican en un recetario familiar del año 1945.
El origen del plato es claramente mexicano, afirma Castillo. Agrega que “en el libro Alquimia y atmósfera del sabor de Doña Carmen Titita, se habla de la chalupa”. Se trata de un «antojito» para fines de semana y celebraciones, elaborado con tortillas de maíz blandas.
Sus investigaciones le permiten afirmar que la preparación nació en Puebla o Guanajuato. En esas poblaciones mexicanas llaman chalupa a “una tortilla de maíz frita con puré de papas troceado muy blando, queso y pollo”. Además, la tradición señala que la tortilla debe freírse en manteca de cerdo y se completa con salsa verde, lechuga y rábano.
Desde mediados del siglo XX, de la mano de algún viajero que disfrutó en suelo mexicano este antojito, la chalupa llegó a Venezuela donde se adaptó con ingredientes que forman parte de la despensa tradicional del país y se incorporó a los recetarios familiares.
La chalupa caraqueña
La refinada versión venezolana de la chalupa, según Armando Scanonne en su libro Mi cocina a la manera de Caracas (1982) se elabora formando capas con las cachapas de hoja o bollitos de maíz dulce. Incorpora un guiso de pollo con sofisticados ingredientes como encurtidos en mostaza y vino dulce Moscatel, además de lascas de queso de mano, para luego ir al horno hasta gratinar.
El laborioso guiso y la dificultad de acceder a cachapas de hoja, en tiempos recientes, puede haber influido en la disminución de la popularidad de la chalupa.
El joven cocinero Iván García, del restaurante El Bosque Bistró, desarrolló una versión para la mesa pública a partir de los recuerdos de la primera vez que la probó, elaborada por una amiga de la familia cuando él era adolescente. García utiliza cachapas y un guiso muy parecido al de Scanonne pero, en su versión, además del queso de mano añade mozzarella.
Escribir acerca del Día de la Madre no es tarea fácil porque sobra literatura. Poetas y escritores se han referido al tema desde todos los ángulos posibles. A ellos se suman defensores y detractores
Existe una extensa y muy variada iconografía de la venerada imagen de Nuestra Señora de la Coromoto, estampada, pintada y moldeada en los más disímiles materiales