Opinión

Sobre Carlos Lanz

Carlos Lanz saltó a la palestra por ser el principal responsable del secuestro de William Frank Niehous, empresario estadounidense y representante de una poderosa trasnacional en Venezuela

carlos lanz
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Lejos de transmitir seguridad y confianza, la versión oficial que ofreció la Fiscalía General sobre el caso del ex guerrillero Carlos Lanz ha alimentado una nueva ola de interpretaciones y suspicacias.

Es difícil creerle a un poder público que en los últimos tiempos se dedicó a distorsionar los hechos, que ha sido cómplice de atroces violaciones a los derechos humanos y que en general parece reaccionar según las métricas que los casos capten en las redes sociales.

Mientras me recuperaba del estado de estupefacción que me dejó la presentación detallada ofrecida por Tarek William Saab, me topé en Twitter con este mensaje del buen amigo y activista política José Luis Rodríguez.

Bien reflejó José Luis un estado de ánimo que se respira aún en torno al caso Lanz: Si es verdad la versión oficial es una podredumbre. Si es mentira lo señalado por la Fiscalía es una pudrición. Por dónde se le mire, apesta y habla a las claras de la destrucción social y política en la que está inmersa Venezuela.

Durante casi dos años estuvo presente en las redes sociales de Venezuela esta pregunta “¿Dónde está Carlos Lanz?”. La misteriosa desaparición del conocido ex guerrillero, involucrado en la lucha armada de los 1960 y una década después protagonista del más sonado secuestro en la historia del país, fue tema de debate y esto obligó a una investigación judicial a fondo.

Sicarios contratados por la pareja sentimental de Lanz se encargaron de asesinarle con disparos a quemarropa. Por indicaciones de Maxiorisol Cumare, quien fue pareja del ex guerrillero por más de tres décadas, no debía quedar ningún rastro de su cuerpo. Pagó 8.000 dólares para que su pareja fuese descuartizado y lanzado por pedazos en una cochinera para que los cerdos se lo devoraran.

Los detalles de lo que sin duda es un estremecedor suceso fueron brindados por el fiscal general Tarek William Saab, quien aprovechó la tribuna mediática este 6 de julio para descartar cualquier móvil político. Aunque el telón de fondo es en realidad una trama de corrupción.

Lo que hay detrás del caso de Lanz

Las diferencias maritales entre Cumare y Lanz, según el propio fiscal, estaban relacionadas con los hechos de corrupción en los que estaba inmersa la mujer, quien por su posición de directora del Inces (Instituto Nacional de Educación y Capacitación Socialista) en el estado Aragua, había amasado una pequeña fortuna gracias a la asignación a dedo de contratos con el Estado.

Lanz fue reportado por desaparecido en agosto de 2020 por sus hijos con una anterior pareja. Se activó a partir de entonces un Comité por la Vida de Carlos Lanz, en el cual, aunque parezca grotesco también participó Cumare.

Activistas de izquierda, de lo que se viene llamando en Venezuela el chavismo crítico que rompió con el régimen de Nicolás Maduro pero que reivindica a la figura de Hugo Chávez, asomaron varias hipótesis en los últimos dos años.

Primeramente, se manejó la tesis de que contra Lanz hubo un “pase de factura” de Washington por su rol protagónico en el secuestro de un estadounidense alto representante de una transnacional. También se comentó la posibilidad de que hubiese sido secuestrado para evitar que hiciera denuncias sobre la corrupción en el seno del chavismo.

¿Quién era Carlos Lanz?

Lanz, nacido en 1946, se vinculó tempranamente a la lucha guerrillera en Venezuela. Formó parte en la década de los 1960 de las Fuerzas Armadas para la Liberación Nacional (FALN), creadas como brazo armado del Partido Comunista de Venezuela (PCV), con hombres que fueron entrenados en Cuba con asesoría del Che Guevara y armados por el propio Fidel Castro.

En 1966 el PCV rompe con la línea de La Habana, de la guerrilla foquista, y se alinea con la posición de la entonces Unión Soviética y del poderoso partido comunista soviético de entonces, de insertar a los partidos comunistas del tercer mundo en la lucha política, siempre que hubiera condiciones para ello.

En Venezuela el sistema democrático de entonces optó por lo que se conoció como la “pacificación” que conllevó a legalizar al PCV y en la práctica perdonar los delitos cometidos por los otrora alzados en armas.

Lanz, sin embargo, decidió seguir con la lucha armada, que pasó de las zonas montañosas a las acciones urbanas, incluyendo secuestros como forma de financiar sus operaciones, especialmente a partir de los 1970.

Lanz saltó a la palestra por ser el principal responsable del secuestro de William Frank Niehous, empresario estadounidense y representante de una poderosa trasnacional en Venezuela. El hombre de negocios, a quienes los grupos insurgentes acusaban de tener vínculos con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), estuvo tres años secuestrado.

Niehous fue liberado en una operación militar y Lanz detenido en la misma. Esto se habría logrado gracias a la delación de otro de los secuestradores. A mediados de los 1980 todos los involucrados en este sonado caso, el secuestro más importante registrado en Venezuela, fueron liberados por el Estado democrático y algunos de ellos, como Lanz incorporado a la docencia universitaria en entidades públicas.

La desaparición de Lanz, a partir de agosto de 2020, fue prácticamente ignorada por las autoridades judiciales y policiales de Venezuela. Tras intensificar sus campañas en redes sociales y dejar en evidencia que no se habían realizado investigaciones a fondo, hace algunos meses la Fiscalía retomó el caso y ofreció un millón de dólares por información fidedigna sobre el paradero de Lanz.

Al parecer esta suma de dinero terminó por agrietar la red de complicidad que se había tejido y la persona que ayudaba en casa de Lanz con las tareas domésticas brindó información. En total una docena de personas están detenidas y procesadas según la fiscalía.

“Fue muy deplorable la imagen que dejó el fiscal Tarek William Saab sobre los últimos años de vida del guerrillero Carlos Lanz; una esposa corrupta con varios amantes, que lo hostigaba y hasta lo golpeaba. Y cuando quiso, decidió asesinarlo con ayuda de varios secuaces revolucionarios”, comentó el veterano periodista Gregorio Salazar. Y este ha sido el epílogo de este controversial ex guerrillero en una Venezuela donde la versión oficial casi siempre es puesta en duda.

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