Venezuela

Carlos Lanz, el ex guerrillero muerto por su entorno íntimo y devorado por los cerdos

"Se trata de una trama espeluznante que es como un cóctel del terror, que mezcla múltiples móviles criminales. Durante meses, y casi dos años, se le quiso dar un matiz político. Se habló de que pudo haber sido por un móvil pasional", afrimó el fiscal Tarek William Saab sobre el caso del activista chavista Carlos Lanz.

Carlos Lanz, una búsqueda implacable
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Codicia, traición, adulterio, patologías y violencia psicológica; una piara de cerdos para desaparecer el cadáver; corrupción con fondos públicos; engaño y manipulación, con un vago trasfondo en las profundidades de la izquierda venezolana. El abominable asesinato del camarada profesor Carlos Lanz se convirtió en una trama como para narrar una novela negra, llena de ironías y giros inesperados.

Una valiosa y completa delación permitió atar los cabos y destejer la trama en pocas horas.

Este fin de semana el caso se mantiene en el tapete, tras la imputación concluida en la madrugada del sábado de los 12 implicados en el caso que conmueve a las entrañas del chavismo en el poder.

La mayoría de los imputados son parte del entorno más íntimo de Lanz, incluyendo a su esposa, una hija de ambos, una hijastra del ex guerrillero, y varios hombres relacionados sexual y sentimentalmente con las tres mujeres, según la información oficial.

Glenn Castellanos, supuesto socio y amante de la esposa de la víctima es el nombre del delator y ejecutor. Su cédula de identidad es 10.726.356 y su capacidad para contar esta historia con fríos detalles permitió dar «un giro de 180 grados» en los últimos pocos días a un caso se había convertido en un cangrejo para los investigadores.

El fiscal general William Saab presentó un video donde, viendo a cámara, el sicario Glenn Castellanos narra cómo «los muchachos» se encargaron de descuartizar el cuerpo de Carlos Lanz y arrojar los pedazos a un chiquero de cochinos en la finca La Fortaleza, propiedad de la mujer de Carlos Lanz.

«Eso fue una obra endógena de la esposa y el círculo más allegado a Carlos Lanz que hicieron tal desaparición», dijo Castellanos, al desmontar la inverosímil especie de que la CIA o el Mosad de Israel estuviera detrás del caso.

Una coartada pública

El llamado Comité de Búsqueda y Liberación de Carlos Lanz también había sostenido que Lanz había sido secuestrado y abducido por fuerzas extranjeras como «pase de factura» por el secuestro del industrial estadounidense William Frank Niehous, hace 45 años, en el que participó Lanz en sus años de guerrillero.

Más tarde atribuyeron el caso a una desaparición forzada ejecutada por agentes al servicio del Estado venezolano y amenazaban denunciarlo ante Corte Penal Internacional (CPI).

«Pero fue un caso aberrante muerte por encargo», dijo William Saab.

«Este hecho fue tan preparado y organizado por sus autores que los implicados casi tuvieron la coartada perfecta para el crimen perfecto. Sin embargo, nosotros decimos que no existe tal cosa. Hoy vamos a detallar todo lo ocurrido», asomó el fiscal Tarek William Saab en una declaración pública sobre la solución del crimen del ex guerrillero y profesor Carlos Lanz, tras casi dos años de su desaparición.

La expectativa creada dio resultado. En su relato minucioso el fiscal reconstruyó el caso que enfrentó inclusive a figuras de la izquierda radical con el gobierno de Maduro.

«Lo llevan a la parte de atrás de una cochinera, donde había nueve cochinos bien papeados (gordos), según la delación certificada, firmada, de Glenn Castellanos, era para finalmente para desaparecer los restos. Eso fue lo que ocurrió con el cadáver de Carlos Lanz», dijo el fiscal.

Los dos sicarios utilizaron cada uno dos machetes y el capataz un cuchillo para entre los tres desmembrar el cuerpo de Calos Lanz, lanzarle los pedazos durante un lapso de 45 minutos a la cochinera para que los cerdos se comieran los restos mortales, detalló el fiscal.

«Un desenlace no solo sorprendente, sino cruel, escalofriante…un aberrante crimen que este grupo quiso presentar previamente como un crimen moral, de querer luego decir que fue una desaparición forzada atribuible al Estado venezolano», dijo el fiscal.

Carlos Lanz era un ex guerrillero que combatió al sistema en la lucha armada durante la era democrática. También fue activista social; profesor universitario y ecologista; se casó en cuerpo y alma con el chavismo desde los lejanos tiempos en que el comandante de paracaídas Hugo Chávez irrumpió en escena para hacer saltar por los aires las bases del Estado democrático venezolano.

Lanz era parte de la «corriente histórica de la izquierda romántica», esa misma que cayó seducida por los cantos de sirena y los ruidos de metralla con los que los camaradas prometían tomar el cielo por asalto.

Mayi Cumare, Carlos Lanz dormía con la enemiga

Su desaparición fue asociada de inmediato por su esposa, Mayi Cumare, con ese pasado y el presente de activista político de Carlos Lanz.

Pero ella en realidad era el genio del mal detrás de este crimen. Su personalidad patológica y su habilidad para los negocios turbios son algunos de los resortes que desencadenaron la tragedia personal de su esposo, según se deriva de las acusaciones de la Fiscalía.

Era evidente que Carlos Lanz la iba a denunciar y entregarla a los órganos de justicia, dijo Tarek William Saab.

Su nombre completo es Maxiorisol «Mayi» Cumare, ex directora del Inces (Instituto Nacional de Educación y Capacitación Socialista). Según el fiscal, tenía un circuito de al menos 18 contratistas relacionados con su cargo público. Había amasado una fortuna -a su nombre y de testaferros- que se expresaba en varias, casas, vehículos, apartamentos y en una finca de 80.000 metros cuadrados, llamada La Fortaleza, en el estado Cojedes, donde a la postre aparecieron algunos restos de Carlos Lanz, básicamente unos harapos de ropa y trazos de sangre, reactivados con luminol.

Tarek William Saab dijo que desde el comienzo nunca descartaron que estuviera involucrado el círculo más cercano de los familiares de Lanz en el crimen.

Pero por el contario le dieron «menos de uno por ciento» de credibilidad a la hipótesis de que Lanz había sido secuestrado por un comando de mercenarios israelitas que se lo habían llevado para entregárselo al gobierno Canadá.

«Ella tiene el típico perfil psicológico de una persona que sufre del trastorno límite de personalidad fronteriza, una persona inestable en lo emocional, en lo familiar…de un narcisismo social extremo, de las que llegan a ser agresivas, impulsivas, que se convierten en sociópatas, no les importa si caen presas algún día o no», resumió sobre Cumare.

La lista de enemigos íntimos de Lanz

Ahora Cumare ha sido imputada (acusada) de los delitos de sicariato, asociación para delinquir, corrupción y simulacro de hecho punible.

Según el relato del fiscal, recogidos por lo servicios de información del Ministerio Público, también Tito Viloria (coautor y dueño de la finca donde ocurrió la muerte de Lanz) será imputado por los delitos de sicariato, asociación para delinquir, concierto para la celebración de contratos y simulación de hecho punible.

Con una celeridad que solo se explica por el interés del propio gobierno en el caso, los indiciados fueron imputados (acusados formalmente) en un proceso inicial que concluyó en la madrugada del sábado 9 de julio.

En la lista de los 12 está Elis Becerra (capataz de la finca) está presuntamente vinculado por el delito de sicariato y asociación para delinquir.

José Antonio y Hely Enrique Pinto Moreno (autores materiales) estarían presuntamente incursos en sicariato y asociación para delinquir.

Asimismo, Zaida Suárez (coautora) está presuntamente implicada en sicariato, asociación para delinquir, concierto para celebración de contrato y simulación de hecho punible.

También forman parte del proceso penal Alyeska Berenice Gil Cumare (hijastra del profesor Lanz) y Abyayala Esperanza Lanz Cumare (hija de Lanz) por supuesto encubrimiento y simulación de hecho punible.

De igual modo, Darwin Zambrano (esposo de la hijastra), Oliver Medina (amante de la pareja de Lanz) y Maryori Acevedo (doméstica) fueron imputados por encubrimiento y simulación de hecho punible. De igual modo, Diego Atehortua (amigo del cuñado) fue imputado por encubrimiento.

Castellanos en el secuestro y destino de Lanz

Al delator Glenn Castellanos, «le ofrecimos la garantía procesal, la cual aceptó luego de admitir los hechos. Es testigo pero al mismo tiempo participante directo del crimen», explicó William Saab.

Otro camarada, llamado Tito Viloria, de antigua militancia en el Partido Socialista y quien se define como «troskista», contratista y socio de Cumare, fue el encargado de llevarse a Lanz, bajo engaño, a una supuesta reunión con milicianos en la ciudad de Mariara, estado Carabobo.

“Nosotros, como Ministerio Público, siempre sostuvimos que la salida de Carlos Lanz de su vivienda fue voluntaria, porque no había elementos de interés criminalístico. Él salió e incluso cerró la puerta de su casa”, precisó Saab.

«Mientras viajaban en dirección hacia Mariara, fueron abordados por un grupo criminal en el sector Yagua; donde José Pinto y un hombre identificado como ‘Pedro Basketbol’ (solicitado) lo bajaron del vehículo y, bajo amenaza con arma de fuego, lo hicieron abordar una camioneta Ford Explorer azul dónde lo trasladaron hacia la finca La Fortaleza en Cojedes», explicó.

Cumare pagó 8.000 dólares por el crimen, a través de Castellanos, quien buscó a los sicarios y se quedó copn $3.000.

El propio Viloria se quedó con $3.000 del total ofrecido por Cumare para deshacerse Carlos Lanz y de su amenaza de denunciar la red de corrupción en el Inces de Aragua.

La orden no era solo asesinarlo, sino desaparecer el cadáver, que «nunca debía encontrase», dijo William Saab.

«Ella estaba obstinada de que Carlos Lanz obstaculizara sus negocios de corrupción», agregó al explicar que Tito Viloria, un ex dirigente sindical chavista y uno de los proveedores, de alimentos al Inces de Maracay.

Maryuri Acevedo, una trabajadora doméstica con 20 años en la casa de Lanz, reveló «una relación de hostilidad entre Carlos Lanz y su esposa, además, identificó a Oliver Medina y Glenn Castellanos como parejas extramatrimoniales de Cumare».

Misterio en Maracay

Hace dos años, el 8 de agosto de 2020, desapareció misteriosamente en la ciudad de Maracay -hoy acaso la más chavista de las ciudades venezolanas- y sus camaradas se apresuraron a tachar el caso como una desaparición y secuestro de naturaleza política. De manera peregrina lo atribuían a unas oscuras fuerzas que se oponen a la llamada revolución bolivariana, ese movimiento político que se mimetizó en todos los estadios de la vida en Venezuela.

¿Dónde está Carlos Lanz?

Ese era uno de los llamados más socorridos de la campaña emprendida por los amigos y familiares de Carlos Lanz para dar con el paradero del profesor desaparecido. La presión interna desde el propio chavismo llevó al régimen en el poder a ofrecer una recompensa que comenzó en un millón de dólares y que devaluaciones aparte estaría hoy en unos 720.000 dólares.

«Se ofrece recompensa a quien aporte información útil que conduzca al paradero del ciudadano Carlos Lanz», dice todavía un comunicado del Ministerio del Interior difundido en redes sociales.

Ahora es el propio fiscal Tarek William Saab, el llamado poeta de la revolución, quien ha revelado la verdad: el profesor Carlos Lanz fue desaparecido y asesinado por sus propios familiares.

El 3 julio Carlos Lanz cumplió 76 años de edad y el llamado «Comité de Búsqueda y Liberación de Carlos Lanz Rodríguez (CBLCL)», areció su campaña con visitas a pedios de la propaganda chavista como Ciudad Ccs para insistir en sus pedidos de justicia y acción efectiva por parte del gobierno de Nicolás Maduro.

Invitaban a «todo el pueblo a sumarse a la conmemoración del natalicio de Carlos Lanz» y señalaban que el 8 de julio se cumplen 23 meses «de haber sido secuestrado políticamente y desaparecido».

«El CBLCL ha organizado una serie de actividades con motivo de continuar la lucha por la búsqueda y liberación de Carlos Lanz; esto al cumplirse 23 meses de permanecer cautivo, bajo el poder de los enemigos de la Revolución Bolivariana, que fueron quienes desarrollaron la acción del secuestro de Lanz», sentenciaba Bruno Zanardo, uno de los amigos empecinados en esta búsqueda.

Los más radicales camaradas comparaban la desaparición de Lanz con las prisiones de dos chavistas emblemáticos: el terrorista venezolano condenado en Francia Carlos Ilich Ramirez Sánchez, alias El Chacal, y con el empresario colombiano del negocio de la importación de alimentos baratos y caros Alex Saab, preso en Estados Unidos y procesado por presuntos crímenes de lavado de dinero en conchupancia con los líderes de la revolución chavista.

Mayi Cumare, la enemiga que dormía al lado

“Carlos es un objetivo para la contrarrevolución y para el imperio» «La desaparición de Carlos es un secuestro político,es muy grave, en una revolución eso no se puede permitir. Esto pone en tela de juicio a la revolución”, decía en 2020 Mayi Cumare sobre la desaparición de su marido.

En un sentida carta, publicada en el medio chavista Aporrea (bloqueado por el propio chavismo en el poder), el 29 de septiembre de 2020, a 50 días de la desaparición de Carlos Lanz, Mayi Cumare exhibía una notable capacidad de fingir.

«No hay crimen perfecto, entre cielo y tierra no hay nada oculto, nada puede hacerse sin dejar rastros. Entonces pregunto: Qué pasa con el paradero de Carlos Lanz? Donde está Carlos Lanz? Exigimos respuesta ya», decía después de una larga parrafada exigiendo justicia y acción a las autoridades que investigan el caso.

«Carlos Lanz representa para el pueblo revolucionario una figura referencial y la revolución no puede permitir que apátridas y traidores nos desaparezcan a los nuestros», señala.

«Sabes que para mí, desde mi concepción religiosa, la muerte es sólo un tránsito a otro plano de eternidad y de luz para guiar y acompañar a nuestros seres queridos. Esa cosmovisión me ha permitido aceptar la muerte como algo tan natural y real como el nacimiento. Por ello el sufrimiento que a algunos y algunas les causa la muerte de un ser amado, a mi sólo me conmueve y me hace aferrarme a mí convicción cosmogónica. Creí prepararme siempre para la ausencia, pero en tu caso todo es distinto. El no saber qué pasó, quién te llevó, dónde estás y por qué no me dicen quién y para qué te tienen, me desespera y angustia. Por qué juegan con nuestro dolor?», escribía ahí Mari Cumare.

Hubo quien observó ciertas alusiones a la muerte, muy arriba en esa especie de carta pública donde la hoy imputada insistía en el movil político del crimen.

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