Sin mucho pudor a la hora de abordar ciertos temas, la brasileña Anitta escandaliza y encanta por igual. En una entrevista con Harper's Bazaar se plantea la dualidad de Larissa (su nombre real) y su exitoso personaje artístico
En 2012 lanzó su primer sencillo «Meiga e Abusada». En 2017, el mismo año en el que presentó su primer tema en español -«Paradinha»- y su colaboración con J. Balvin -«Downtown»- la gente de Billboard la incluyó en su lista de artistas más influyentes en redes sociales. Hoy la cantante y bailarina brasileña Anitta es una presencia gigantesca en la industria musical. Y en las redes, por supuesto: más de 64 millones de personas la siguen en Instagram y más de 19 millones lo hacen en su cuenta de Twitter.
Anitta ya ha editado cinco discos y está por un lanzar uno este año en el que -asegura- reconecta con la música que verdaderamente está en su esencia: el funk carioca, un género duro, fiestero y cocinado en las favelas, el lugar en el que nació y se crió Larissa de Macedo Machado, cuyo alter ego es la aguerrida y retadora Anitta.
Seguramente antes de este álbum, presentará una colaboración con Sam Smith y que se suma a la larga lista de temas en conjunto que ha hecho con gente como J Balvin, Madonna, Rita Ora, Sofía Reyes, Luis Fonsi, Ozuna, Black Eyed Peas, Missy Elliott y Cardi B, entre otros. Anitta ha ganado premios Grammy, MTV y otros tanto. Pero además fue la primera artista brasileña en liderar listas Billboard y Spotify. Es empresaria, modelo, presentadora de televisión y ha sido portada en importantes publicaciones internacionales, la más reciente en la revista Harper’s Bazaar que será publicada en la edición de junio/julio de este año junto a una interesante y larga entrevista en la que se presenta el juego de la dualidad entre Larissa y su personaje público, la incombustible Anitta. De allí tomamos un par de fotos y algunas citas.
“Yo bailo, con el culo al cielo, y se vende más”, me dice. “A la gente le encanta quejarse: ‘Oh, esta persona es tan vulgar’. Pero eso es lo que les gusta. Además de todo, también soy empresaria. Soy una artista. Sé cómo subirme al escenario y hacer que todos salten, hacer que todos hagan lo que yo quiero. Sé qué es lo que vende. Anitta menciona que le dijo a algunos medios que aprendió a hablar cinco idiomas saliendo con hombres de lugares remotos. En realidad, sin embargo, ha contratado a tutores de idiomas para que viajen con ella, ayudándola a realizar múltiples tareas para alcanzar varios niveles de fluidez mientras se peina y maquilla. “[La gente] no tiene el coraje de decir lo que quiere”, explica. “Quieren reírse y hablar sobre la chica que dijo: ‘Oh, aprendí a hablar con los novios’. Si pones eso entre comillas, un millón de clics. Si pones ‘Oh, ella puso a diferentes profesores en el camerino para que pudiera aprender mientras se ponía glamorosa’, nadie va a hacer clic en eso».
En un episodio de ‘Anitta: Made in Honório’, una de las dos series de Netflix que documentan su vida, comparte que cuando tenía 14 o 15 años, fue agredida sexualmente por un novio abusivo. “Transformé lo que sucedió entonces en algo que me ayudó a salir adelante, en un lugar mejor”, dice a la cámara en portugués, entre sollozos. “Para todos los que se preguntan cómo nació Anitta, así fue. Nació de mi deseo y necesidad de ser una mujer valiente. Alguien a quien nadie podría dañar, a quien nadie podría hacer llorar, cuyos sentimientos nadie podría herir, que podría encontrar una salida a cualquier situación… así es como creé a ese personaje”.
El consumo público de la valentía de Anitta se ha centrado principalmente en su sexualidad: que es bisexual, que habla de citas y de tener relaciones abiertas, que a menudo son temas secretos en la sociedad brasileña conservadora. Ella dice que la realidad de Larissa no necesariamente cuadra con la de Anitta, y el personaje todavía actúa como una especie de escudo. “Pensé, si tengo este comportamiento, nadie me joderá nunca. Antes que nadie [más], voy allí: ‘Oh, tuve relaciones sexuales. Hice esto. Yo hice eso’. ¿El verdadero yo? No tengo sexo durante meses y no me importa. Pero Anitta nunca lo haría. Ella coge todos los días».
En cada show de su Eras Tour, Taylor utiliza un promedio de 13 trajes. Y la nueva fase de su gira promete cambios más atrevidos. Beyoncé es otra de las estrellas del pop que tiene el efecto de disparar las ventas incluso en marcas de alto lujo. O poner de moda accesorios como sombreros con pedrería