Íconos

Rihanna desnuda y con diamantes

La fama de Rihanna va más allá de los "memes" marabinos que invaden redes sociales. Su relación con la violencia doméstica y sus populares canciones, que suenan hasta reventar oídos, la hacen una estrella. Su sentido de la moda también ha hecho eco, y para muestra un botón, o más bien 230.000 cristales de Swarosvki. Piedras con las que cubrió su cuerpo desnudo para recibir un premio como ícono de estilo, como si fuera una bailarina de Las Vegas

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Su afición al mundo de las danzas eróticas ya se había percibido. Así la muestra la portada para Vogue Brasil vestida como Josephine Baker. También su video «Pour it Up», donde jugaba a hacer el papel de proxeneta y stripper. Una evolución estilística que recuerda a la de Nomi Malone, el personaje principal de la mejor peor película jamás hecha: Showgirls. En la cinta, Elizabeth Berkley, recién salida de Salvados por la campana, pretende destronar a la gran estrella de la Ciudad del Pecado, Cristal Connors. Pero antes de llegar a comprarse un vestido en Versayce (sic) tiene que usar hilos dentales en estrás y desnudarse en un garito de mala muerte.

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No que a “Riri” le haga falta desnudarse para hacerse de un vestido. Es más bien una opción de vida y, quizás con su obsesión con el mundo de las coristas, ya está pensando en su jubilación o en un tour de despedida en un casino de Nevada.

Tanga, Tanga, Tanga

Más allá de Las Vegas y el  Folies Bergère, el estilo de las showgirls ha sido de gran impacto. Odaliscas bailando los siete velos inspiraron a Poiret y las geishas  de Dior. Kylie Minogue haría un tour completamente dedicado a las coristas dónde el vestuario, o la escasez del mismo, es tan importante como el movimiento sexy. Si hay dudas, pregúntenle a Mata Hari.

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No cuesta nada ser una showgirl y ser un acto clásico, mucho menos cuando Yves Saint Laurent está obsesionado contigo y hace tu vestuario o cuando la marca de zapatos Repetto nombra uno de sus modelos más vendidos con tu nombre. Así le pasó a Zizi Jeanmaire. Se convertiría en una de las bailarinas más famosa de los años sesenta con Mon Truc en Plumes: una fantasía en rosado y plumas que sería inspiración tras la colección otoño-invierno 2013 de Dries Van Noten.

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Aunque menos glamorosas y más vulgares, Latinoamérica también tiene un largo prontuario de “vedettes” desde Moria Casán hasta nuestra insólita Diosa Canales. Lo que carecen en elegancia lo complementan con un buen par de tetas y un trasero para morirse. Sin embargo, nadie ha representado las latinas como Yolanda Montes, La Tongolele, reina de la danza exótica durante época de oro del cine mexicano y quien bien entrados los sesentas aun no tenía pudor para salir en cueros y batir su larga melena negra con un mechón blanco.

Si alguien ha sabido sacarle provecho a lo de bailar en negligés esa es Dita Von Teese. Un ícono moderno del erotismo femenino, Beyoncé le robó la idea del baño de espumas en una copa de martini para uno de sus videos. Dita modela para Jean Paul Gaultier, se casó en un vestido púrpura Vivienne Westwood con Marilyn Manson y sin ayuda alguna revivió la fascinación por la lingerie de lujo y la corsetería.

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