Santiago Uzcátegui Pinto entró a México, en mayo de 2017, desde Estados Unidos en una avioneta privada identificada con la matrícula N254FG. Pese a que ingresó al país como turista, registró la empresa Group Grand Limited, S.A. de C.V., en la Ciudad de México, una de las corporaciones que usa el régimen de Nicolás Maduro para importar cajas de despensa con alimentos y que luego vende a los venezolanos a sobreprecio y vencidos, según denuncias de los compradores.
Así, el benefactor de contratos multimillonarios en Venezuela violó la ley mexicana. En específico el artículo 52 de la Ley de Migración de acuerdo a la cual ningún ciudadano que ingrese como turista puede constituir empresas en el país, pues la visa de turismo l —la misma que usó Uzcátegui Pinto para ingresar a México— sólo “permite realizar actividades que no impliquen recibir remuneración”.
“El gobierno suspendió la exigencia de todos los permisos sanitarios de los alimentos importados; los productos producidos en México, India, Turquía no pasan por estas regulaciones”, denuncia Carlos Paparoni, diputado de la Asamblea Nacional, quien investiga desde 2017 la red de corrupción en torno a la comercialización de estos productos. “Eso ha llevado a que estudios realizados a alimentos como la leche en polvo que llega desde México hayan determinado que tiene el doble de sodio que se debería consumir por porción, que no exista la proteína dentro de la fórmula, lo que ha provocado diarrea en los niños y la muerte de 90 personas por la ingesta de este producto”, explica Paparoni.
“México es el principal proveedor de cajas CLAP hacia Venezuela. Sólo desde México se han enviado 249 mil 803 toneladas de alimentos desde 2017, que se traducen en 17 millones 800 mil cajas CLAP. Y actualmente estas empresas siguen enviando alimentos en Venezuela e incluso también han entrado al mercado de las medicinas”, detalla el parlamentario.
En una actividad completamente ilegal y a través de Group Grand Limited, S.A. de C.V., empresa constituida el pasado 4 de mayo de 2017, según consta en el acta de Registro de Comercio Público 66337 a la que tuvo acceso ContraRéplica, el venezolano Uzcátegui Pinto –en calidad de administrador único de la empresa– autorizó la compra de alimentos de la canasta básica (arroz, maíz blanco, lentejas, caraotas negras, atún en lata, salsa de tomate, pastas, aceite vegetal, leche en polvo y azúcar) a las empresas mexicanas El Sardinero, La Moderna y Serel, entre otras, que luego fueron enviados a Venezuela para ser revendidos por medio de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
Según con la información divulgada por la Secretaría de Relaciones Exteriores en su portal web, sustentada en el apartado 1 del artículo 52 de la Ley de Migración, los visitantes temporales sólo pueden hacer “actividades turísticas, tránsito por México, negocios (como la asistencia a juntas, visitas de supervisión, capacitación o asesorías en México), actividades relacionadas con el ejercicio de los ministros de cultos… además de realización de estudios que no impliquen una temporalidad mayor a 180 días”.
“Un extranjero, que entra como turista, no puede solicitar la constitución de una empresa porque carece de documentos migratorios que acrediten ese permiso. Necesitaría estar forzosamente con un mexicano que respalde la constitución de la empresa, un representante legal. Además requeriría un permiso de trabajo”, detalla Edgar Briceño, abogado experto en casos migratorios. En el caso de Uzcátegui no fue sino hasta el 19 septiembre de 2017 cuando obtuvo su residencia temporal con permiso para trabajar, es decir, seis meses después de que se fundó Grand Group Limited en México.
Apenas dos meses después de haber constituido la compañía, Uzcátegui Pinto entregó el control de la misma a Andrés Eduardo León Rodríguez y Emmanuel Enrique Rubio González, este último hijo del empresario colombiano Germán Rubio, alias Álvaro Pulido Vargas, quien está al mando de Salva Foods 2015 C.A., que se encarga de la distribución y venta de las cajas de despensa en Venezuela, en algunos caso, en estado de caducidad.
La primera vez que el nombre de Group Grand Limited, S.A. de C.V. se escuchó fue el 24 de agosto de 2017 de boca de la fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, destituida por la asamblea constituyente. “Tenemos investigación de las bolsas de alimentos que se entregan en Venezuela, las CLAP (…) la empresa tiene el nombre de Group Grand Limited, empresa que se presume que es del presidente de la República, Nicolás Maduro”, afirmó la exaliada del chavismo ante periodistas tras su participación en la reunión de Ministerios Públicos del Mercosur en Brasil.
La red de distribución de alimentos es compleja: de las bodegas de las empresas productoras en la Ciudad de México fueron trasladadas en ferrocarril hasta el Puerto de Veracruz y de allí, recibidos por la naviera Hapag-Lloyd, enviadas en las embarcaciones buque Viking Merlin o el buque CNP Paita hasta Panamá y luego al puerto de La Guaira, en las costas de Venezuela.
“Postar Intertrade Limited y Group Grand Limited son las que comienzan con el negocio de importación de las cajas CLAP. Desde México envían directamente alimentos a Venezuela por medio de varias empresas, como Comercializadora El Sardinero, una corporación que además estuvo involucrada en un escándalo por supuestamente obtener licitaciones ilícitas para la venta de sus productos a través de Sedesol”, señala Paparoni.
Según el legislador opositor, el régimen de Nicolás Maduro se valió de la peor crisis alimentaria de la región para implantar la venta de alimentos a través de las CLAP y venderla hasta cinco veces por encima de su costo real. “La Organización Mundial de la Salud recomienda que un ser humano consuma un kilo de alimentos al día, actualmente en Venezuela el consumo promedio es de 430 gramos. Dentro de este escenario entran las cajas CLAP. Cada una le cuesta al Estado venezolano 56 dólares, pero si yo comprara los alimentos en México y pagara el seguro y el envío a Venezuela el costo sería de 11 dólares por caja”, ejemplifica Paparoni. De acuerdo con declaraciones del diputado, en el primer semestre de 2018 entraron a Venezuela 27 millones 176 mil 142 cajas CLAP, por las que el chavismo pagó mil 521 millones 303 mil 960.
Instalado en México
De acuerdo con reportes del Instituto Nacional de Migración a los que tuvo acceso ContraRéplica, Uzcátegui Pinto ha realizado múltiples ingresos a México. La segunda visita también la realizó a bordo de una avioneta privada, identificada con la matrícula XACZG, que aterrizó el pasado 2 de enero en el Aeropuerto Internacional de Toluca. Los viajes más recientes al país fueron el pasado 6 y 11 de agosto, desde Panamá y Miami, respectivamente; pero esta vez llegó en aerolíneas comerciales.
Como residente temporal de México, Uzcátegui Pinto instaló su domicilio en la calle Campos Elíseo 108-406, en la exclusiva colonia de Polanco, donde vive con su esposa Lauren Lorena Prado Segura, también de nacionalidad venezolana, y su hija Carlota Leonor Uzcategui Prado, nacida el pasado 12 de junio de 2018 y registrada el día 3 de julio de 2018 en la Ciudad de México, de acuerdo a los datos en el acta de nacimiento 453, libro 0, juzgado 41 de la capital mexicana.
Algunas compañías ya están siendo investigadas por el Estado mexicano, tal como lo aseguró el propio Embajador de América Latina y el Caribe, Luis Alfonso de Alba, quien se refirió a intercambio de información de inteligencia para ubicar a las empresas mexicanas que incluso podrían estar aprovechando la crisis venezolana para lavar dinero. “Hemos detectado la compra de productos mexicanos que están siendo comercializados en Venezuela, de muy baja calidad y que en algunos casos se han adquirido a pesar de estar caducos; estamos haciendo una investigación con distintas autoridades y con el sector privado, para que los productos sean de calidad y se comercialicen de acuerdo a los canales tradicionales”, advirtió el encargado de asuntos de América Latina y el Caribe, y enfatizó que es muy importante que esta ayuda no se preste a “operaciones turbias o actos de lavado de dinero y corrupción”.
Pérdidas millonarias
Las pérdidas por la importación de alimentos que se venden dentro de las cajas CLAP en Venezuela, incluyendo las que provienen de México, ascienden a cinco mil millones de dólares, denuncia el presidente de la comisión de Contraloría del Parlamento venezolano, Freddy Superlano. “Once de los productos que vienen en las cajas CLAP son hechos en México y estos alimentos llegan a seis millones de hogares venezolanos aproximadamente. Aunque no hay cifras oficiales, podemos calcular que el daño patrimonial al país por la importación de estos productos es de alrededor de cinco mil millones de dólares”, detalla Superlano.
El legislador es parte del equipo que investiga la red de corrupción que gira en torno a las CLAP y que tiene su centro de operaciones en México. Superlano asegura que estuvo en mayo en ese país y presentó una denuncia formal para que las autoridades mexicanas investigaran el caso. “Lo que pasa en México es dantesco, más de 677% se le ganó a la venta de algunas marcas de leche. Es decir, ellos negociaban a 0,90 centavos de dólar un kilogramo de leche y lo vendían entre cinco y siete dólares al país”, explica.
“Nosotros llevamos pruebas ante la Procuraduría General de la República (PGR) de que en Nuevo León habían aprobado la constitución de la empresa y le habían dado permisos sanitarios sin tener la legalidad. Hicimos la denuncia formal en contra de Santiago Uzcátegui Pinto y hasta el día de hoy no nos han dado respuesta”, reclama Superlano. “Podríamos incluso pensar que hay colaboración de algunas autoridades mexicanas con este ciudadano”, enfatiza.
El negocio, explica el diputado opositor, se mantiene actualmente desde México, pero ahora usan otras empresas como fachada. “Muchas de estas empresas que venden productos al gobierno venezolano lo tienen que hacer a través de Group Grand Limited S.A., es decir, este corporativo termina monopolizando todo el comercio de alimentos en Venezuela”, afirma. Sin embargo, el esquema de negocio ha ido mutando. Según las declaraciones de Superlano, las transacciones financieras que se realizaban a través de bancos suizos, ahora se hacen por Turquía y Rusia.
En Venezuela, la Asamblea Nacional ha citado a los empresarios y a los funcionarios públicos involucrados, pero no han acudido al llamado. “Nosotros hemos podido obtener la colaboración con distintas instituciones de índole financiera en Panamá, en Estados Unidos y Colombia para obtener más pruebas”, concluye Superlano.
*Nota publicada en alianza con ContraRéplica.