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Sucesos

La confesión de “El Colombia” (Carta de puño y letra)

Está tras la rejas —pese al eufemismo “privado de libertad—, es chavista porque así se reconoce y está involucrado en un crimen de sangre: el asesinato de Robert Serra. Se llama Leiver y, aunque Nicolás Maduro ya lo sentenció, es convicto pero no confeso Mapa del hecho

Kluiverth Roa nació y murió en revolución

Un adolescente de 14 años es asesinado por un efectivo de la Policía Nacional Bolivariana en San Cristóbal, estado Táchira, al recibir un impacto de bala en la cabeza. Con ella, su sueño de vida en libertad se acabó

Las transexuales asesinas

En junio de 2011, revista Clímax investigó un caso que dejó a la opinión pública con la boca abierta. Un puñado de transexuales de la Av. Libertador, que se dedicaba a la prostitución, saltó de las camas a las páginas rojas de sucesos. Entonces, más de cinco asesinatos alarmaron a las autoridades. En 2016,  algunos vecinos de la zona comentan que la historia no ha cambiado mucho. Un nuevo grupo de extorsionadores tima a quienes venden sus curvas en las calles del deseo Mientras Luisa cogía falsos y remendaba faldas, su hijo Luis Alberto, en la habitación contigua, rizaba sus pestañas. Desde que se estiró su esbeltez, en lugar de las sudaderas, gorras y koalas, gustaba de lentejuelas, carteras y labiales. Frente al espejo, el muchacho también retocaba el escote de su blusa verde manga larga. Esa noche del viernes 13 de mayo de 2011, pese a los malos agüeros que la tradición popular le achaca a la fecha, exhibiría sus coqueteos y gracias en la concupiscente avenida Libertador de Caracas. “Siempre supe que era diferente. Al principio me costó aceptarlo. Pero la sangre duele. Llama. Además, era hermosa”, se persuade Luisa con ese dejo que rezuma ternura y dolor. Antes de salir de su casa, en el barrio 5 de Julio de Petare, Luis, mejor conocido en sus andariegos y calenturientos trajines como “Luisa” —acaso en honor a quien lo parió—, no podía imaginar que los malditos destinos ya habían profetizado su suerte. Volvió al espejo para aprobar el maquillaje y soltó: “mamá quédate quieta. Tengo que hacer mucho dinero para ponerme bella. Si llego temprano te traigo unas empanadas”. Y partió en alegres zancadas. “No le pude decir adiós”, se lamenta la progenitora y el sonido del portazo final, que hizo retumbar el rancho, quiebra en añicos no sólo su talante luchador sino también su maternidad en luto.

La masacre en Charlie Hebdo

Francia perdió hoy a cuatro figuras irrepetibles de su panorama periodístico, los dibujantes Charb, Cabu, Tignous y Wolinski. Fueron asesinados junto a otras ocho personas en el atentado perpetrado en París contra el semanario Charlie Hebdo

Caso Robert Serra y los lamentos de "El Colombia"

A un año del asesinato de Robert Serra, Leiver Padilla sobrevive encerrado en un calabozo del Sebin, mientras denuncia estar siendo envenenado. Aislado, ratifica su inocencia y señala a otro de los imputados como verdadero homicida. En tanto el poder lo acusa sin vacilar, él hace lo imposible por decirle a su madre que más que pena máxima, pareciera que alguien lo quiere muerto La justicia aún no toca la puerta de la familia de Robert Serra. Hace un año, el 1 de octubre de 2014, los asesinos no necesitaron hacerlo en la casa del diputado, cuando acabaron con su vida. 12 meses, mil declaraciones y anuncios y varias marchas después, lo que hay es vacío. Zulay Aguirre, madre del fallecido y candidata a heredar su curul en la Asamblea Nacional, cruzó palabras con quien fue señalado como el autor material del crimen, Leiver Padilla Mendoza, alias "El Colombia". Fue justo al momento en que lo llevaban a juicio, el 19 de agosto de este año. Ella dijo, mirándolo a la cara, “quiero la pena máxima para el asesino de mi hijo”. El acusado apenas pudo atinar una respuesta, formulada sin premeditación: “señora, yo no soy el culpable de esa muerte, algún día saldrán a relucir los nombres de los verdaderos asesinos”. La frase, más que una defensa, es un juramento que Leiver está convencido se cumplirá, aunque no dependa de él. Detenido en los calabozos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en Caracas, ha tenido poco contacto, o casi nulo, con sus familiares. Una y otra vez han intentado verlo, sin éxito. Solo a través de mensajes compartidos por visitantes de otros detenidos, quienes comparten sangre en las venas con Padilla, han logrado saber sobre su estado y cotidianidad dentro del calabozo. Así también formula denuncias “El Colombia”. “Cree que lo están envenenando poco a poco, porque todo lo que le dan de comida lo vomita enseguida. No lo sacan al baño y está en una celda sucia, llena de excrementos y vómito”, refieren, entristecidos, los parientes de quien, según Nicolás Maduro, actuó bajo las órdenes de “Julito Vélez”.

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