Cultura

Jim Morrison en sus propias palabras 45 años después

Se cumplen 45 años de la muerte de Jim Morrison, cantante y poeta. Ante sus compañeros admitía no ser músico, porque nunca aprendió a tocar nada. Lo suyo eran las palabras, la provocación, los conceptos, el sexo y la bebida. En apenas cinco años, dominó la escena rock norteamericana hasta cansarse de ella y huir a París para enfocarse en sus versos, y morir. Fue una estrella fugaz, como son las mejores.

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«The Doors (las puertas). Está lo conocido y lo desconocido. Y lo que separa ambas cosas es una puerta, y eso es lo que yo quiero. Quiero ser la puerta».

Jim Morrison a Sam Kilman, compañero de clases en la Florida State University en 1966. La frase también fue usada por Ray Manzarek en entrevista a Newsweek en 1968. Luego el entorno de la banda le atribuyó la cita al escritor William Blake.

«Piensen en nosotros como unos políticos eróticos».

Jim Morrison a la revista Newsweek en 1968.

«La única vez en que me abro completamente es sobre el escenario. La máscara de la actuación me otorga un lugar donde puedo esconderme y al mismo tiempo revelarme. Lo veo como algo más que una simple presentación de subir, cantar e irme. Me lo tomo muy personal. No siento que haya hecho el trabajo completo hasta que todo el mundo en el recinto esté en el mismo lugar que nosotros. Por eso a veces paro la canción y simplemente dejo pasar una larga pausa que permita dejar salir toda la hostilidad latente y las tensiones antes de que todos podamos estar unidos».

Jim Morrison a la prensa en Berkeley, luego de un concierto en 1967.

«Es como mirar a un mural, hay movimiento y hay pausa. Me gusta ver qué tanto pueden aguantarlo, y cuando están por romperse lo dejo avanzar. Siempre sé cuándo hacerlo. Eso los asusta, y el miedo es excitante. Es como ese momento previo al orgasmo. Todo el mundo quiere eso».

Jim Morrison luego de un concierto en Nueva York durante el cual extendió una pausa de la canción «The End» durante cuatro minutos y medio de silencio, en 1967.

«Si no encuentro nuevas maneras de desarrollarme creativamente en el lapso de un año, seré un bueno para nada más que la nostalgia».

Jim Morrison a Fred Myrow en Nueva York, 1968.

-¿No quieres hablar de mi bebida?
-Bueno, sí. Tienes reputación de…
-De ser un borracho… Bueno, es cierto. Todo es cierto. Emborracharse es, emborracharse. Estás en completo control, hasta un punto. Es tu decisión, cada vez que tomas un sorbo. Es como, supongo, la diferencia entre suicidio y lenta capitulación.
-¿Qué significa eso?
-No lo sé, viejo. Vamos al bar de al lado y tomemos un trago.

Jim Morrison a Jerry Hopkins durante una entrevista para Rolling Stone, 1970.

«Siempre he estado atraído por las ideas que son de revuelta contra la autoridad -cuando haces las paces con la autoridad te conviertes en ella. Me gusta la idea de romper o destruir el orden establecido. Estoy interesado en todo sobre revueltas, desorden, caos, especialmente en actividades que parecieran tener ningún significado».

Jim Morrison en un escrito biográfico hecho para fines publicitarios en 1966.

-¿Siempre tomas tanto alcohol, Jim?
-No siempre. A veces tomo más.

Conversación entre Jim Morrison y Tandy Martin, una ex compañera de secundaria. Nueva York, 1967.

-¿Aún tienes esas libretas que me dejabas leer?
-Algunas. Pero muchas otras no puedo encontrarlas porque estúpidamente quemé varias en Los Ángeles cuando estaba en ácido. ¿Crees que si tomo pentotal sódico (el llamado suero de la verdad) pudiera recordar lo que escribí en ellas?

Conversación entre Jim Morrison y Tandy Martin, una ex compañera de secundaria. Nueva York, 1967.

«Abrieron el telón y allí estaba yo parado y ellos empezaron a reirse. Esos idiotas me odiaban. Y yo los odiaba a ellos. Quería matarlos. Nunca había odiado a alguien tanto. El resto del show no pude sacarme eso, lo seguí odiando mucho».

Jim Morrison a Danny Fields comentando un concierto en Forest Hill, Nueva York, ante una audiencia que esperaba ver a Simon & Garfunkel.

«Hombre de la puerta trasera. Los hombres no saben lo que es eso, pero las pequeñas niñas sí lo entienden».

Jim Morrison presentando la canción «Back Door Man» en el local Ondine de Nueva York, en 1966.

… y algunas palabras ajenas:

«No ha habido un símbolo sexual masculino desde que James Dean murió y Marlon Brando sacó barriga. (Bob) Dylan es más intelectual y los Beatles siempre han sido muy bonitos para ser profundamente sexy. Ahora llega Jim Morrison de The Doors. Si mi antena está correcta, él pudiera ser aquello que domine la libido masiva por mucho tiempo».

Howard Smith, en The Village Voice, 1968.

«Este grupo no tiene nada».

Jac Holzman, dueño de Elektra Records, en 1966 luego de ver a The Doors por primera vez. Cuatro ocasiones más tarde, les ofreció su segundo acuerdo discográfico: un contrato de un año extensible a dos o tres, o hasta que hicieran seis discos.

«Esta es la última vez. Nunca más los Doors entrarán al Whiskey. Ni siquiera pagando su propia entrada».

Phil Tanzini, dueño del local Whiskey a go go donde The Doors se presentaba cada semana ente 1966 hasta que interpretaron la canción «The End» incluyendo la lírica:
-Father?
-Yes son.
-I want to kill you. Mother… I want to fuck you.
(… se cumplió su palabra)

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