Cultura

“Hamlet, la experiencia”: Shakespeare con perfume de mujer

Cuarenta actrices interpretando todos los personajes de una pieza predominantemente de hombres y con la orquesta Gran Mariscal de Ayacucho remarcando cada escena con música de salsa y ópera, son algunas de las propuestas de este montaje dirigido por José Manuel Suárez, con Daniela Alvarado en el rol principal. El 9 de junio la estrenan en el Teatro Teresa Carreño

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hamlet la experiencia

La cuarentena que tuvo que guardar durante la época más difícil de la pandemia del coronavirus, fue fructífera para el joven actor y director José Manuel Suárez. El obligado ocio le sirvió para pasar buena parte del tiempo indagando en el nutrido banco de datos de obras dramáticas que venía alimentando durante los años previos al covid-19. De esta manera, dio con una idea que le venía rondando desde hacía tiempo y que terminó de concretar con la elaboración de una adaptación muy particular de “Hamlet”, a través de una ambiciosa puesta en escena con un elenco íntegramente femenino.

Sin duda, una propuesta a todas luces innovadora, que acrecienta su aliento creativo al apoyarse en un acompañamiento musical sinfónico a ritmo de salsa y ópera, para así remarcar climáticamente las escenas de esta inusual propuesta de la obra de William Shakespeare, una de las más estudiadas y representadas de la dramaturgia universal. Con estas premisas, y a través de diversas discusiones e intercambios de puntos de vista con el equipo que finalmente se estructuró para el montaje, se fue concretando el proyecto.

Bajo la dirección de José Manuel Suárez, con la actriz Daniela Alvarado en el rol principal, la música a cargo de la Orquesta Gran Mariscal de Ayacucho, dirigida por Elisa Vegas y la producción de Claudia Salazar, Hamlet: la experiencia, que así se llama el espectáculo, llegará a la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño. Las funciones, cinco en total, se llevarán a cabo los días jueves 9 y viernes 10 de junio, a las 7:00 pm; sábado 11 a las 5:00 pm y domingo 12, en doble función, a las 11:00 am y a las 5:00 pm.

Esencia femenina en roles masculinos

Además de Daniela Alvarado interpretando el rol de Hamlet, en el elenco estelar figuran Elba Escobar, Nohely Arteaga, Carmen Julia Álvarez, Claudia La Gatta, Adriana Romero, Grecia Augusta Rodríguez, Varinia Arraiz, Stephanie Cardone, Marianery Amín, Nella Martínez, Raquel Zapata y Carito Delgado.

“Un elenco que interpretará a los personajes masculinos y femeninos, como una contestación a la época del teatro isabelino, en el que las mujeres tenían prohibido subirse a un escenario a interpretar algún papel”, afirma José Manuel Suárez para explicar la razón de que las interpretaciones de la pieza estén a cargo de actrices y no de actores, pese a ser una pieza con personajes predominantemente de hombres.

«Esta es mi manera de apoyar el movimiento del feminismo positivo, sin caer en extremos», sostiene Suárez. «Es una mezcla de amor y admiración. No desde lo feminista, sino desde la solidaridad que deberíamos tener entre todos para poder levantar nuestras voces».

Como director, Suárez le pidió a cada actriz que se inspirara en un hombre al que admirara y que quisiera emular, para luego deslastrarse de su feminidad y así poder entrar en la piel de cada personaje.

El sonido de Shakespeare

El montaje del espectáculo está bajo la responsabilidad de Claudia Salazar, directora de Clas Producciones, empresa que ha escenificado varios de los musicales más celebrados en nuestro país, títulos como Los Miserables, Piaf, voz y delirio, Casi normal y La Novicia Rebelde, entre otros, reconocidosentusiastamente por sus altos estándares de producción y composición escénica.

—¿Por qué decidiste producir esta versión tan particular de “Hamlet”?

—Tuve el privilegio de trabajar con José Manuel el año pasado, en una adaptación de Shakespeare en comedia, con él como actor. Al finalizar aquel proyecto, me presentó esta idea, que me llamó muchísimo la atención, aunque nunca pensamos que íbamos a estrenarla en la Ríos Reyna. Por ello, cuando finalmente se planteó esa posibilidad, progresivamente agarró un cuerpo diferente, siempre bajo su creatividad y con su propuesta innovadora. Hoy día tenemos más de 40 personas en escena y hay una orquesta, la Gran Mariscal de Ayacucho, que dirigirá Elisa Vegas; es decir, que se empezó a parecer más a lo que a mí me gusta hacer.

—¿Es un musical?

—No es un musical, pero la musicalización de la obra es completamente en vivo. José Manuel decidió integrar canciones de ópera y hasta salsa. Son instrumentales, aunque hay dos momentos de canto, que son básicamente líricos.

Es una musicalización para crear ambientes, para dar paso a grandes coreografías, que le darán mayor grandiosidad al espacio. Aunque tenemos a más de 40 actrices en escena, la música las hará ver como si fuesen cien.

Regalar grandes espectáculos

—¿Cómo fue la incorporación de la Gran Mariscal de Ayacucho?

—Surgió a raíz de una reunión que se dio con José Manuel, Elisa y tres músicos, que son los que componen y hacen arreglos para la orquesta. Nos sentamos a leer toda la obra juntos, para entender qué es lo que está pasando en cada escena, cómo es cada uno de los personajes y con qué sonidos acompañarlos. Todo bajo la selección previa y precisa de José Manuel, quien tenía claro desde el minuto uno en adelante cómo debía sonar, utilizando y orquestando la Gran Mariscal de Ayacucho.

Para poder integrar la música, el texto está recortado, hicimos una adaptación. Es Hamlet, pero los textos de la puesta están hechos para acercar más a la audiencia. El espectáculo dura dos horas y media, incluyendo un intermedio de quince minutos.

—¿Es un montaje muy costoso?

—Tener cuarenta actrices en escena, una orquesta y una gran escenografía, además de la campaña publicitaria para llenar la sala de más de dos mil puestos (exactamente 2.714) es costoso. Gracias a Dios hemos conseguido apoyo de marcas que están entendiendo la importancia de la cultura en nuestro país y se sumaron para materializar el proyecto.

—¿Es tu producción más ambiciosa?

—No sé si la más ambiciosa, porque todas las cosas que he hecho han sido así, cada una con su particularidad. Creo que a esta la hace ambiciosa contar con un texto de Shakespeare y transformarlo en un espectáculo como el que está planteando el director. Hacer cualquier montaje de esta envergadura, en este país, siempre ha sido ambicioso, pero uno de los sellos de Clas Producciones es que siempre estamos regalando al público grandes espectáculos.

—¿Cuál de tus espectáculos es el que más te ha llenado?

—Creo que Los Miserables. Siempre va a ser mi consentido, es como mi carta de presentación. Es la pieza que siempre quise materializar. La hicimos en un momento clave para Venezuela, para Clas Producciones y para cada uno de los que integramos el equipo.

—¿Algún otro proyecto en mente?

-Tengo una lista larguísima. Entre otras cosas, me gustaría volver a presentar Los Miserables, así como tambiénalgo para niños, para lo cual me propongotentar a Disney para que venga a Venezuela y hacer algo al respecto.

—¿Entonces está planteado repetir Los Miserables?

-Sin duda. Es un proyecto que tengo en mente desde el momento en que bajó el telon de Los Miserables en la Ríos Reyna el 10 de noviembre de 2019. Ya veremos cuándo la presentaré en una próxima temporada.

“Era un tipo muy complicado”

Como actriz, Daniela Alvarado enfrenta el que considera el mayor reto de su vida profesional: entrar en la piel de Hamlet, uno de los personajes más complejos de la historia del teatro universal. Desde que aceptó asumir esta responsabilidad, bajo la dirección de su esposo,José Manuel Suárez, ha transitado distintos caminos en el proceso de construcción de su rol.

—Al principio me lo tomé muy con soda, después me atormenté a mí misma, como por un mes, lloré mucho, me acribillé, me lastimé y dije: “No voy a ser capaz, ¿por qué me metí en esto?”. Pero ahora estoy en una etapa de entender, terminé de armar el Tetris repasando el texto, pues todos saben que Hamlet es un tipo complicado. Su texto y su manera de hablar es complicada. No escucharlo, sino aprenderse el texto es lo complicado. Necesito volverme loca para disfrutarlo como lo quiero disfrutar (ríe). Lo más importante es entender lo que dice, porqué lo dice y en el momento en que lo dice. Me quedo con su elegancia, su nobleza y su lealtad.

Es muy raro lo que voy a decir, pero es un acto de fe. No queda otra que atreverse y afrontarlo sin vergüenza, sin pensar en qué dirán los demás, sin juzgarse uno mismo, sin maltratarse, sino con la dignidad de asumirlo como un salto al vacío. Si no es así, no hubiera podido seguir avanzando. Y la idea no era quedarse atascado, sino avanzar, equivocándote incluso.

«A mí Hamlet me conmueve»

—¿Son mujeres actuando como tales en los personajes?

—Lo más importante es contar la historia. No le estamos mintiendo a nadie. No estamos diciendo que somos tipos, porque además forzar la barra sería bastante tonto. Somos actrices interpretando personajes masculinos, pero como actrices. En mi caso, es mostrar cómo haces el acercamiento desde tu feminidad y desde tu inteligencia a este hombre y cómo lo enfrentas desde tu punto de vista completamente femenino.

Van a ver la historia de Hamlet, no hay nada extraño en lo absoluto. Es simplemente un elenco grande de puras mujeres, donde solo hay dos personajes femeninos, que todos sabemos que son Gertrudis y Ofelia, y el resto hacemos de hombres lo mejor que podamos, porque lo que queremos es contar esta historia. No vamos a engolar la voz ni actuar con ademanes masculinos, porque nos veríamos completamente como payasas.

—¿Qué es lo más complejo de un personaje como Hamlet?

—Es un tipo muy complicado e inteligente, pero esa inteligencia pocas veces lo ayuda, porque lo hace preguntarse y dudar constantemente sobre su existencia, sobre lo que debe ejecutar o no. A mí lo que me causa es una ternura enorme, no sé cómo explicarlo ni cómo describirlo. Yo lo leo, lo vuelvo a leer y lo siento, trato en lo posible de hablar por él y de explicarme a través de él y lo único que me causa es una ternura absolutamente enorme. Yo lo veo como uno de los personajes más complicados de la historia. Hay cualquier cantidad de actores que lo han podido interpretar y cada uno de ellos tiene un punto de vista diferente y con su propia perspectiva.

A mí Hamlet me conmueve porque siendo un hombre al que le arrebataron lo que más amaba, que era su padre, y al enterarse bajo qué circunstancias no sabe qué hacer para encararlo, porque no sabe cómo manejarlo, porque vive bajo la constante interrogante de “¿lo estaré haciendo bien?”, el bendito ser o no ser. Mandar todo a la mierda y matarlos a todos es lo que creo que hubiera podido pasar si Hamlet fuese mujer en su esencia, pero de esta manera la obra duraría media hora (ríe), pues la mujer tiene una pasión que no manejan los hombres, ellas tienen una determinación enorme ante las circunstancias de su vida. La mujer ejecuta y a los hombres les cuesta más hacerlo.

Referencias ineludibles

—Evidentemente, habrás visto a otros actores interpretar a Hamlet para preparar el personaje, ¿Cuáles te llamaron más la atención?

—Los vi todos! (ríe) Y como ya te dije, cada actor tiene una visión muy particular. Creo que todos son totalmente respetables, pero a mí me gustaron unos más que otros. Mi favorito es el que menos le gusta a José Manuel, que es lo que más me llama la atención. Es el del actor inglés Andrew Scott, quien lo hizo hace unos cinco años. No pude ver a Benedict Cumberbach, pues no conseguí ningún tipo de material de él en esa obra, ni tampoco el de Ralph Fiennes. Pero están las referencias de Kenneth Brannagh, de David Tennat, de Mel Gibson y otros más. Pero el de Andrew Scott me atrajo muy especialmente.

—¿Cuál es la vigencia que le consigues a Hamlet como personaje y a Shakespeare como autor?

—Se trata de historias que no caducan nunca, porque siempre tendrán una relación con algo que uno está sintiendo, viviendo o viendo, que puede ser el país, algo personal, algo que uno haya escuchado. Para presentarlas a nivel actual tienes que traerlas un poquito para acá, porque a lo mejor la gente no los entiende bien. La idea no es presentar un espectáculo para que la gente no lo entienda, sino para que lo disfrute y se sorprenda. Que alguien que tenga 15 ó 16 años y no haya podido ver a Shakespeare, se siente en un Teresa Carreño y al ver el espectáculo se motive a leer más sobre este autor. Creo que de eso se trata. Son historias que aunque quizás no tienen que ver con cómo se mueve hoy el mundo, nunca caducan en su esencia.

“No extraño a la TV”

—¿Has extrañado tu ausencia de la televisión?

—¡Para nada! Las cosas tienen que ir cambiando y avanzar. Uno no puede quedarse pegado en una cosa que ya no es rentable, que es caduca y antigua. Yo entiendo mucho cuando la gente extraña la televisión, porque formó parte de nuestra cultura, eso es absolutamente normal. Pero tenemos que poder entender que hay que avanzar. Por lo menos a mí me gustaría hacer más cine, más teatro y que también la gente pudiera verme en otro lugar que no sea la sala de su casa, que no sea en su cuarto. Creo que hay que enseñarle a la gente que tiene que ir al cine, apoyar al cine venezolano, ir al teatro a apoyar a nuestros actores o a los que nos quedan aquí. Porque esa es otra, nosotros somos los que estamos aquí, los que quedamos, y la idea es que también la gente vaya a vernos y disfrute de lo que estamos presentando.

—¿Cómo has desarrollado tu actividad bajo esta realidad?

—Te vas acostumbrando, adaptando y entendiendo que la vida tiene cambios. Es como las relaciones: el amor va cambiando, evolucionando y creciendo, se va alimentando. De eso se trata la vida, de los cambios, y tienes que afrontarla con la mayor disposición y buena energía que puedas.

En otros ámbitos mi carrera se ha enriquecido. Imagínate que me hubiese quedado solamente haciendo televisión, sin tratar de entender o conocer otras cosas. Me hubiese quedado haciendo lo mismo y completamente repetida. Agradezco enormemente haberme involucrado todo lo que he podido con el teatro y con el cine, porque he podido aprender de otra gente, trabajar con grandes directores y con personas que jamás pensé que iba a conocer.

—¿Qué consideras lo más destacable de lo que has hecho en teatro?

-No lo sé. Yo he hecho de todo, desde microteatros hasta una obra durante siete u ocho meses, como Los hombres no mienten. Haber trabajado también en La Caja de Fósforos fue para mí maravilloso y enriquecedor. Todo en las tablas ha sido alucinante para mí. Pero después de Hamlet y de la película One Way (Solo ida), dirigida por Carlos Malavé (la protagonizó con José Manuel Suárez), a estrenarse en septiembre, pienso tomarme una pausa por unos meses. Estoy un poco cansada y necesito concentrarme en otras cosas: en mi casa, en mi familia. A lo mejor puedo producir, pero quisiera tomar una pausa.

—¿Por qué no te fuiste del país?

—Porque nunca me llamó la atención. Nunca sentí la necesidad. Nunca me gustó Miami, ni para vivir ni para trabajar. Creo que tiene que ver también con las prioridades que cada quien tenga, que cada quien escoja y decida. Me quedé aquí por mi familia. Yo soy feliz en Venezuela y creo que si me hubiese ido, habría sido cambiar unos problemas por otros.

Respeto profundamente la decisión de cada quien, pues debe ser muy difícil tomar tu vida y meterla en una maleta. Pero espero también que no me critiquen por el hecho de haberme quedado, porque siento que ha pasado mucho eso también. ¿Qué tiene de malo que me haya quedado en el país? Tengo la gran ventaja de tener además la ciudadanía española, pero no quiero irme. Quiero creer que puedo hacer algo por la cultura de mi país.

—¿Cómo ha sido la experiencia de ser dirigida por tu esposo?

—Al principio me costó adaptarme a que mi esposo me dirigiera, no supe separar eso porque antes me iba a la casa sola y me quejaba, ahora no, ahora me voy a la casa con él, pero entendí que nuestro amor no tiene que ver con que me corrija. De hecho, me encanta tener un director exigente porque si no, me siento sola y abandonada como actriz. Para mí es importante un director que te corrija, que te diga cómo vas, incluso cuando lo haces bien.

—¿Cómo te va en tu vida de casada?

—¡Ay, chévere! Se ríe uno mucho, que es lo mejor, me río bastante. Creo que mi vida de casada me ha nutrido de una manera enormemente importante.

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