Música

Padre Arrupe: un concierto inspirador en Madrid pro fondos para niños de El Salvador

El 10 de diciembre se lleva a cabo en Madrid el 25avo Concierto de Navidad de la Fundación Padre Arrupe, una ONG que tiene mucho que enseñar sobre la ayuda al desarrollo con la Educación como bandera. Su trabajo inspirador ayuda a los niños en El Salvador.

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Concierto Fundación Padre Arrupe

La Fundación Padre Arrupe, una ONG española que es modelo de trabajo humanitario efectivo para los países más pobres de América, celebrará el sábado 10 de diciembre su vigésimo quinto concierto benéfico de Navidad, en otro esfuerzo para recaudar fondos para su labor entre poblaciones vulnerables.

«Este año celebramos nuestros 30 años de trabajo en El Salvador, por lo que hemos preparado un programa muy especial y divertido con el que disfrutar de las canciones de grandes maestros que todos conocemos.¡Perfecto para toda la familia!», es el reclamo de este espectáculo de primer nivel con la Orquesta Metropolitana de Madrid, el Coro Talía y el baile de Sara Martín, todos dirigidos por la batuta de Silvia Sanz Torre.

​¡Un concierto solidario que permite cambiar vidas en El Salvador!

La Fundación Padre Arrupe nació en España en el año 1992, con la misión de ofrecer a niños y niñas de El Salvador en riesgo de exclusión social una educación basada en la excelencia académica y humana, que les brindase una oportunidad real de cambio y que les capacitase para competir en igualdad de condiciones.

Se trata de la educación como herramienta que ayuda a estos niños a salir de la espiral de pobreza y vulnerabilidad en la que viven. Así nació el Colegio Español Padre Arrupe,  que anualmente educa a 1.500 estudiantes de los dos a los 18 años de edad.

La Fundación Padre Arrupe busca desde 1992 mejorar las condiciones de vida de los colectivos desfavorecidos de El Salvador a través de la educación y la sanidad. Trabaja en tres grandes pilares: el Colegio Español Padre Arrupe, los proyectos de mejora de la educación pública y la Clínica Asistencial Padre Arrupe.

Es un trabajo inspirador y modelo a seguir, reseñado por medios de América y España.

Niño salvadoreño, uno de los estudiantes de la Fundación Padre Arrupe en Soyapango. Este es uno de los municipios que rodean a la capital de El Salvador y está entre los más peligrosos del mundo en términos de violencia criminal.

Un concierto inspirador

El concierto de la Fundación Padre Arrupe será regido por la maestra Silvia Sanz Torre, directora de orquestas con trayectoria en distintos países de Europa, Asia, América y África. Ella además es emprendedora como fundadora y directora titular del Grupo Talía y de todas sus formaciones musicales: Orquesta Metropolitana de Madrid, Coro Talía, Madrid Youth Orchestra (MAYO), Orquesta Infantil Jonsui y Coro Talía Mini.

Villancico tradicional
Avatar J. Horner

Las entradas, con precios que van desde los 18 a los 50 euros, dependiendo de la ubicación en el Auditorio Nacional de Madrid, se pueden adquirir en el propio portal de la Fundación Padre Arrupe.

Padre Arrupe, trabajo en educación y salud

El Salvador es conocido como  “El Pulgarcito de América”, ya que es el país más pequeño del continente pero, sin embargo, es el más densamente poblado y uno de los más peligrosos, señala la ONG.

«El Salvador es un país con graves problemas socio económicos y unos índices de violencia altísimos. En 2018 fue el segundo país con mayor tasa de homicidios del mundo, sólo superado por Venezuela.Las pandillas urbanas o ‘maras’ vertebran el país.Son bandas mafiosas que reclutan a niños y adolescentes desde muy pequeños. Dedicadas a la droga, las armas y la extorsión, su presencia impide a la población vivir en paz».

La  Fundación Padre Arrupe es una ONG nacida en 1992 para mejorar las condiciones de vida de los colectivos más desfavorecidos de El Salvador a través de una educación de calidad y del cuidado de la salud.

En Soyapango, uno de los municipios más violentos del mundo, la Fundación construyó y gestiona directamente un complejo educativo y sanitario de 19 hectáreas. El  Colegio Español Padre Arrupe  beca y forma a más de 1.500 alumnos provenientes de entornos vulnerables bajo los pilares de la excelencia académica y humana. Por su parte, la  Clínica Asistencial Padre Arrupe  atiende a 60.000 pacientes al año, trabaja más de 29 especialidades médicas y ontológicas, y precios notablemente inferiores a los del sistema de salud privado.

​La educación como legado

La Fundación Padre Arrupe fue ideada por iniciativa del sacerdote jesuita Juan Ricardo Salazar-Simpson S.J. nacido en Zaragoza en 1942. De carácter divertido y afable pero también fuerte y tenaz, su fe inquebrantable y su pasión por servir a los demás marcaron toda su vida ya desde niño.

En 1984 llega a  El Salvador,  en plena guerra civil que desangró ese pequeño país durante 12 años y cuyas secuelas se extienden hasta los días de hoy.

Mientras dirigía el departamento de ingeniería de la Universidad Centro Americana (UCA), dedicó todo su tiempo libre a atender a los refugiados que huían  de la guerra abandonando sus casas y pertenencias. Desde ese momento, su involucración con la población menos favorecida y con aquellos que tenían que dejar toda su vida atrás para escapar del conflicto armado, fue total.

​Trabajando con ellos se dio cuenta de que la mejor forma para reconstruir el país era educando a las futuras generaciones. Estaba convencido de que  la escasez de recursos no debía ser un impedimento para recibir una  educación de calidad, igual que la que él mismo recibió. La educación permitiría a esos niños y jóvenes salir de la pobreza, ayudar a sus familias y construir un país mejor para todos.

Desde el principio recibió el apoyo y la ayuda no sólo de las instituciones salvadoreñas, sino también del gobierno español, así como  de la Unión Europea y  de multitud de empresas y personas que se sintieron identificadas con el proyecto y quisieron colaborar con él. Sin todos ellos nada hubiera sido posible.​

Entregó el resto de su vida a hacer realidad este proyecto y, tras su fallecimiento en 1999, todos sus hermanos y especialmente su hermana, Felicidad Salazar-Simpson, y su cuñado, Ramón de Rato Figaredo, recogieron su testigo:formar a hombres y mujeres para los demás.

Ahora, años después de su muerte, la obra que él fundó educa en los mismos  valores  y con las mismas premisas que él implantó: excelencia y valores éticos y morales como pilares fundamentales para el desarrollo de las personas y como vehículo fundamental para que esos jóvenes impulsen y mejoren sus vidas y su país.

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