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"Una sombra en mi ojo": final explicado del gran éxito de Netflix

La película danesa ha coincidido con la invasión de Rusia a Ucrania. La manera en la que el director danés Ole Bornedal presenta los hechos, contando la historia de tres niños que sufren las consecuencias de la guerra, es muy innovadora y de allí su impacto en la audiencia de Netflix. Pero una escena en específico ha generado muchas dudas. Aquí la explicamos

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Netflix

El pasado 9 de marzo se estrenó «The Bombardment». La cinta danesa, titulada para el mercado hispano como «Una sombra en mi ojo», se ha convertido en un éxito de Netflix, no solo por su calidad sino porque refleja muy bien, probablemente como pocas, las consecuencias absurdas de la guerra, coincidiendo con la irresponsable invasión de Rusia a Ucrania.

Dirigida por el danés Ole Bornedal («Dina», «1864»), este largometraje recrea una de las grandes tragedias ocurridas en Dinamarca, cuando varios aviones despegaron de Inglaterra con la intención de destruir el cuartel general nazi, el 1 de mayo de 1945 y la misión derivó en la muerte de muchos inocentes.

Pero, antes de continuar destripando lo que sucede en la película y abarcar el punto más importante: la resolución específica de dos personajes, debemos advertir al lector que necesariamente haremos spoilers.

Los pilotos cometen un error que cuesta la vida de muchos inocentes

Retomamos entonces. En el cuartel de la Gestapo, la policía secreta estatal de la Alemania nazi sabe de las intenciones británicas y a modo de escudo humano, tiene en el ático del edificio a varios miembros de la resistencia danesa. Así las cosas, un total de 18 aviones salen con la misión de reducir las defensas antiaéreas y bombardear al enemigo.

Debido al mal tiempo, lo bajo que tenían que volar para no ser detectados y otros errores humanos, un avión se estrella y ante los problemas de visibilidad, los pilotos intuyen el destino del ataque siguiendo el humo de la colisión, dirigiendo las bombas hacia la escuela católica romana francesa, Institut Jeanne D’Arc. El saldo de la equivocación fue terrible: 86 niños fallecidos.

Ahora, repasemos uno a uno los acontecimientos finales.

¿Quiénes son los niños que sobreviven?

La película se centra en tres niños: Rigmor (Ester Birch), Eva (Ella Josephine Lund Nilsson) y Henry (Bertram Bisgaard Enevoldsen). Como se nos muestra al inicio, Henry sufrió un trauma al presenciar el asesinato de varios inocentes: tres mujeres y un chofer en un ataque aéreo de los aliados. Por eso deja de hablar.

Con la esperanza de que eventualmente supere el miedo a los espacios abiertos y vuelva a comunicarse como antes del incidente, Henry es enviado a casa de su prima, Rigmor. Gracias a ella, conoce a una nueva amiga, Eva. Momentos antes del ataque, todos ellos están en la escuela, practicando una obra de teatro.

Pero como Eva se saltó el desayuno, tiene un dolor estómago. Pide un permiso, como ya hemos visto antes, para comer un bollo de pan y Henry le sigue. Es allí cuando comienzan los ataques. Ya sea por instinto o por sentirse pecadora (recordar la leyenda que los pequeños cuentan sobre el pan envenenado), Eva decide abandonar la escuela a pie, en pleno bombardeo. Mientras que Henry, esta vez, no la acompaña.

Adentro de la institución reina el caos. La hermana Teresa (Fanny Bornedal), en plena evacuación, nota que uno de los proyectiles, que está al final de las escaleras principales, no ha explotado. En consecuencia, le grita a los estudiantes para que regresen y busquen otra ruta de evacuación. Toma a dos niños de la mano, uno de ellos es Rigmor.

Ya en el sótano de la escuela, la monja y los pequeños esperan que finalice el ataque. Justo cuando creen que ha terminado, el techo se derrumba. La atención se centra entonces en Teresa, que se ha quedado atascada y no puede ver, por su posición, a Rigmor, que está en otro nivel. La pequeña, que la cámara no enfoca, cuenta que tiene una viga que le ha atravesado la cara y que está rodeada de agua, que proviene de las tuberías rotas.

Acude al rescate Frederik (Alex Høgh Andersen), el danés que colaboraba con la SS y que dice abandonar las filas opresoras, luego de su encuentro con Teresa. Esta última no sabe que el exagente es quien está protagonizando el salvamento. Cuando finalmente se ven las caras, tras quitar varios escombros, ella decide sumergirse al agua y el edificio termina por colapsar.

Luego de esa escena, Henry, que recupera el habla al ser encargado de dar el parte de los niños encontrados,  cuenta que Eva no se encontraba en la escuela al momento del derrumbe final sino que se había devuelto a la casa. En un largo travelling la progenitora comprueba que la pequeña está comiendo la avena que no había querido tomar antes de ir a la escuela. Así termina la cinta.

Los padres corren al saber que la escuela ha sido bombardeada

¿Por qué Teresa se lanza al agua?

Esta es la escena polémica de la película que dirige Bornedal. Frederick queda en schock cuando ve que la voz que pedía ayuda era la de Teresa. Ella, tras la sorpresa, prefiere sumergirse antes que aceptar el rescate. ¿Por qué? La respuesta fácil: porque aún tiene esperanza de que Rigmor esté viva, aunque hace rato que ya no responde. La otra opción es más metafísica, por ponerle un nombre.

Teresa, desde un inicio, tiene dudas sobre Dios. Se pregunta si ese ser omnipresente es capaz de cerrar los ojos ante los crímenes que están cometiendo los nazis. En determinado momento, ella le dice a Henry, por estar del lado de los criminales de guerra, que es «el diablo». Es posible que por eso no acepte a este salvador, porque no sabe el efecto que ella ha conseguido en él. Esta conclusión es una paradoja, una de las muchas que plantea el director, durante toda la cinta.

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