Cine y TV

Marilyn Monroe, la criatura que mató a Norma Jean

“Blonde” de Andrew Dominik muestra una visión sorprendentemente íntima acerca de Marilyn Monroe. Pero también derrumba algunos mitos sobre su figura arraigados en la cultura popular: ya está en Netflix

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Monroe

Según cuenta el libro “Blonde” de Joyce Carol Oates que adapta la película del mismo nombre de Andrew Dominik, Marilyn Monroe era mucho más que una actriz destinada a la tragedia. Su suicidio, con apenas 36 años, la cristalizó en un mito morboso acerca del sufrimiento. 

Monroe sufría, sin duda. Pero también era una mujer talentosa, con una férrea voluntad para triunfar y con una considerable ambición. Oates, que diseccionó a la mítica figura del cine, lo deja claro: “Norma Jeane era más que una leyenda. Era una fulgurante mirada a la aspiración colectiva por del deseo”.

¿Qué tipo de deseo? El film “Blonde” trata de responder a la pregunta con una fastuosa y cruel mirada a una criatura creada a para ser consumida por la celebridad. La Marilyn Monroe del director excede la leyenda oscura de su fallecimiento en circunstancias ambiguas, su turbulenta vida emocional o sus relaciones con el poder. Todo, para encontrar un centro vital que convierte a la actriz en víctima, rehén, testigo y al final, en heroína de su historia.

La película está más interesada en cuestionar mitos y sacudir los cimientos de la idea de que Monroe era un juguete en manos de hombres privilegiados. O peor aún, una muñeca de carne y hueso, inocente y fatua.

La Marilyn que muestra Dominik está llena de heridas -invisibles, ocultas en el brillo-, pero también tiene una fortaleza asombrosa. Un punto de hierro en mitad de todo el esplendor exquisito y decadente que la rodeó hasta el último día de su vida.

Uno de los méritos del guion es ser tan polémico como incómodo.Es una de las miradas cinematográficas más profundas al mito que rodea a Monroe. Con su recreación a mitad de camino entre la ficción y la realidad, el film explora los puntos más trágicos de su historia y también permite analizar una nueva perspectiva acerca de la figura considerada una de estrellas más icónicas del séptimo arte.

Los dolores siniestros de una estrella 

El argumento no pretende ser una crónica. Tampoco una biografía meticulosa. En mitad de ambas cosas, recorre el fenómeno que rodeó a la actriz. Y en especial, la manera como Hollywood la transformó en un producto de consumo masivo para un público deslumbrado por su atractivo físico. Poco a poco, la industria moldeó a Monroe hasta crear a la estrella por excelencia y también, someterla a un tipo de escrutinio público, que todavía resulta desconcertante.

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La película, que atravesó una polémica por su contenido sexual y la forma de mostrar a Monroe, sorprendió a la crítica. En particular, por el hecho de que su director insistió a Variety en que no se “trata de una obra complaciente”. Incluso la autora del libro original dio su aprobación al punto de vista del guion y la forma en que interpretó su obra. 

El juego de reimaginar los aspectos más controvertidos y desconocidos de la vida de Monroe, tiene sus altibajos. El guion sigue a la actriz durante un supuesto aborto clandestino y escenas sexuales con cierto aire gratuito que tal vez ocurrieron. Pero dentro del mundo creado a la medida del mito, todo parece ser una certeza. Marilyn Monroe emerge entonces como una criatura rota, afligida y la mayoría de las veces, desconcertada. Una mujer que fue devorada por la maquinaria de Hollywood hasta ser convertida en un producto. Uno tan valioso y tan cuidadosamente elaborado, que terminó por desaparecer a la mujer real.

Marilyn Monroe, la que fue, la que pudo ser

¿Sucedió así? La película no está del todo interesada en aclarar la disyuntiva, aunque su premisa insista en ese punto. En realidad, la Marilyn de Dominik es un personaje capaz de reflejar a su época. Con sus grises, brillos y pequeños horrores.

Sorprende también su mirada sobre el mal colectivo. Marilyn Monroe es una rehén de la incansable persecución de la prensa. De la percepción sobre su atractivo físico como un elemento que debía ser comerciable y dejó, en algún momento, de pertenecerle.

La Monroe de “Blonde”, es una mujer que bordea el abismo. Que transita de un lado a otro en medio de horrores y sufrimientos silenciosos. La crueldad a la que Monroe fue sometida es el punto más doloroso de “Blonde” y extrañamente, su mayor fortaleza.

El argumento convierte a la figura de la actriz en una dualidad que permite al público hacerse preguntas. ¿Quién es la mujer que se convirtió en un referente de lo que la industria del cine podía lograr? Marilyn Monroe es el paradigma del Hollywood más despiadado, frío y calculador.

El factor de Armas

Ana de Armas, que se mimetiza a niveles sorprendentes bajo la piel del mito, construye un personaje que conmueve. Gracias a la actriz, la premisa sobre la exploración a la celebridad tenebrosa atraviesa una evolución brillante. Buena parte del film se sostiene sobre la capacidad de De Armas para profundizar en su papel con cuidado. Alejada de clichés, es quizás la versión de Monroe más elegante que el cine podría concebir.

Su actuación hace de “Blonde” un dilema narrativo de especial interés. ¿Cuánto de lo que padeció Marilyn Monroe estuvo oculto por la brutal exigencia de Hollywood? No es un dilema nuevo en torno a la historia de la actriz, pero en esta ocasión, el guion tiene más elementos para plantearlo desde varias dimensiones distintas. La fórmula de la gran estrella, construida a partir de una mujer frágil, tiene algo de dramático y edulcorado. Sin embargo, en “Blonde” toma un nuevo sentido.

Norma Jeane, el nombre real de la actriz, se usa como un tránsito entre el dolor y el miedo en más de una ocasión. Quizás, esa sutil diferencia de la mujer que desapareció para sostener a la estrella, sea la historia en trasfondo más dolorosa. La más real y la más brillante, entre las docenas que confluyen en el corazón dorado pero temible de “Blonde”.

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