Cine y TV

"The Equalizer 3", el asesino perfecto de Denzel Washington

“El Justiciero” o “The Equalizer 3”, demuestra que la acción ha evolucionado para convertirse en una gran pregunta acerca de la violencia. En una época de héroes inverosímiles y situaciones disparatadas, la épica sobria y elegante dirigida por Antoine Fuqua es una rareza digna de celebrar

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El cierre de la franquicia “The Equalizer”, con su tono sobrio, meditado y levemente pesimista, no es una apuesta segura. Mucho menos cuando su mayor fortaleza no es una colección de explosiones y tomas acrobáticas, sino Robert McCall (Denzel Washington), una figura lóbrega que es capaz de matar con un movimiento de muñeca, pero que en esta oportunidad también toma la decisión de ayudar a un pueblo entero. Y es justo esa rara personalidad, su punto de mayor interés. En especial, a medida que Washington logra crear un personaje que se separa de cualquier otro del género de acción contemporánea.

Sí, se trata del viejo tropo del ejército de un solo hombre. También, del habitual asesino taciturno que despliega capacidades casi sobrehumanas para matar, mutilar, decapitar y otras tantas atrocidades, sin perder la compostura. Pero contar con un doble ganador de Oscar tiene sus ventajas, por lo que el director Antoine Fuqua logra algo extraordinario: convertir a McCall, un hombre ya con venerables sesenta y tantos, en un benefactor brutal.

Ya lo era en la segunda película de la saga, en la que hacía favores desinteresados a sus vecinos de calle y rescataba niñas secuestradas sin que nadie se lo pidiera. Solo que ahora, en «The Equalizer 3» todo va más allá y permite explorar al asesino como tótem de un tipo de violencia desinteresada. McCall, herido de muerte y rescatado por un samaritano italiano, termina por formar parte de una comunidad en una Sicilia idílica y peligrosa. Lo que le lleva a abandonar un semi retiro involuntario para volverse una máquina de guerra atroz pero con ciertos límites morales. Un equilibrio precario que Washington logra con habilidad. 

Un malvado, un asesino y lamafia

Denzel Washington, que ha interpretado desde al líder de los derechos civiles Malcolm X hasta a un policía corrupto y manipulador, convierte a su asesino en un hombre con una moralidad personalísima, en un agente subversivo. Puedes, sin duda, contratar a McCall para matar, dice un personaje en la primera y recordada película del 2014, pero jamás podrás decirle qué hacer.

Un punto que se explora con mayor libertad en «The Equalizer 3», en la que el personaje atraviesa aguas peligrosas.

En primer lugar, termina herido de gravedad y le lleva tiempo recuperarse, por lo que ya no es infalible o al menos ya él no cree que lo sea, un detalle mayor para entender su psicología. El guion de Richard Wenk, atraviesa la idea práctica del hombre capaz de todo y la transforma en algo más singular. Washington imprime a su personaje un aire imperturbable, pero también, una amenaza latente, ya sea leyendo el periódico, tomando café en una calle italiana o matando con los labios apretados por la concentración. McCall no se basa en su fuerza física para ser un agente del caos, para mover los cimientos del poder y enfrentar a los que son, incluso, más peligrosos que él.

Y esta vez, el enemigo es la mafia. La originaria mafia siciliana, además, con múltiples tentáculos de influencia, brutal y cruel. McCall, que no las tiene todas consigo, actuará en contra de un monstruo mitológico en el mundo criminal que tiene tantas cabezas como una hidra. Pero también logrará un objetivo brillante y que hace de la historia una caja china de secretos: desestabilizar el sistema del horror del que se sostiene todo un entramado de asesinos desalmados.

Todos matan poralgo

¿Por qué mata Robert McCann? No lo hace por la bondad discreta de su corazón, sino por un sentido de la justicia tan retorcido que resulta creíble. Más duro aún, comprensible, en medio de la noción sobre el bien y el mal construido sobre el sentido vengador de un hombre capaz de todo.

Pero así es el cine, ¿no? Un sentido abyecto sobre los deseos irrealizables del colectivo. Lo que permite a “The Equalizer 3” brindar rostro a la criatura furibunda que todo ciudadano de bien ha sido alguna vez en su fuero interno. Una interpretación que incluso la misma película deja claro en una referencia al antihéroe más querido de los últimos veinte años, el celebérrimo Walter White.

¿Por qué matarías? Afortunadamente, no tienes que hacerte esa pregunta: McCall lo hace por ti. 

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