De Interés

Tudela pone el sombrero

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Los oficios de la Caracas de ayer se preservan como fósiles en la memoria. Pocas manos aún bregan para mantener vivas vetustas tradiciones. La sombrerería Tudela, diagonal a la casa natal de Bolívar, donde presidentes como Betancourt, Caldera y Campins compraban ejemplares, todavía no ha bajado su santamaría. Un último suspiro de sus dueños refresca los miles de sombreros que se apolillan en los depósitos del olvido

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