Levan Gabriadze logra que la película transcurra en tiempo real. Utilizando ordenadores y celulares como conectores, lo que excusa la cantidad de escenas fallidas. Es un recurso que baja los cotos, así que se sugiere más que se ve. No pegue el grito en el cielo por el siguiente spoiler: desde que nos sentamos a ver Unfriended sabemos que la posibilidad de que alguien llegue vivo al último minuto es igual a la de comer decentemente por menos de 500 bolívares en un restaurante venezolano.
Eliminar Amigo es un giro de tuerca al subgénero (aunque a los puristas le moleste el término) del found footage o metraje encontrado. Costó apenas un millón de dólares de presupuesto (si bien esto siempre es cuestionable pues en mercadeo se gasta mucho más) y ya supera los 50 millones recaudados. Todo indica que seguirá la senda del fenómeno Paranormal Activity, que convirtió al limitado director Oren Peli en multimillonario. ¿Por qué ha gustado? Primero porque lo que sucede en pantalla, específicamente sobre el uso y abuso de la tecnología es totalmente creíble. Tal vez para los que tenemos más de 30 años, esa sea una debilidad, pues nos cuesta creer que la juventud se «encuentre» de esta manera. Ese es el Talón de Aquiles para las grandes audiencias. A un adulto le costará entender porque los chiquillos no cierran la laptop desde un inicio para acabar con la amenaza. O por qué, por ejemplo, nadie llama a un familiar para pedir ayuda.
Sin embargo, la gran debilidad del guión es la razón para explicar la venganza de un personaje clave en la historia. Películas como Bang Bang You’are Dead, Elephant o la poderosa Klass (Estonia, 2007), trabajan muy bien la frustración que derivan en graves consecuencias de quienes son objeto de burlas y violencia física. En Unfriended es risible, por decir lo mínimo, el acontecimiento que desata la matadera. Claro, no es cosa de ponernos muy serios porque esto es terror adolescente y no una cinta de Stanley Kubrick.
El espectador debe saber que existen obras que trabajan mejor la relación entre la tecnología y la trama, como The Den, The Collingswood Story y sobre todo la joya de cine independiente Megan is Missing. De hecho, Unfriended parece una versión mejorada de Open Windows. Aún así, el verdadero problema de Unfriended se encuentra en las deudas que deja para encajar en el género. Toda obra de terror debe tener… terror. Y la incapacidad del director para acertar qué mostrar y qué no a medida que los personajes van desapareciendo boicotea el resultado. Ello, más la incapacidad de empatizar con los actores (deseamos que todos mueran lo más cruel y rápido posible), atentan contra un filme que tiene el mérito de intentar hacer algo diferente con estereotipos y elementos ya trabajados. En todo caso, no queda duda de que estamos ante una nueva versión -ya anunciaron la secuela- de Sé lo que hicieron el verano pasado 3.0.