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¿Nadal sigue disfrutando del tenis?

Cuando vimos caer a Rafael Nadal en los cuartos de final del Abierto de Australia 2015 contra Tomas Berdych, pensamos que no era más que un duro golpe donde hechos aislados se posicionaban sobre aquel match. Estábamos equivocados.

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FOTO: AFP

Creímos que el español se recuperaría y seguiría corriendo de un costado al otro, luchando y pasando a sus rivales desde el fondo de la pista, pero el destino torció su camino para enseñarnos que los mejores también deben aprender a andar en la oscuridad.

2015 fue una pesadilla para un jugador acostumbrado a la victoria, y 2016 no ha sido la excepción. Pero, realmente, ¿qué pasará con Nadal?

Cada vez que entra a la cancha se escuchan murmullos sobre su fragilidad mental, algo que antes no afectó al español; todo lo contrario, entre sus atributos estaba sumar ante cualquier rival y sobre cualquier superficie.

Irónicamente, el ex número uno del mundo se acostumbró a lidiar con lesiones en sus rodillas, pero aún no ha podido dar con el algoritmo que lo lleve a mejor rumbo. La torre de control señala cuáles son las condiciones favorables para aterrizar, pero el piloto piensa diferente.

Tal y como sucedió con el suizo Roger Federer después de su claro dominio en el circuito masculino entre 2004 y 2008, vino una caída que solo se puede explicar como algo emocional: el de Basilea fue vulnerable. Ya no era el tenista invencible que solo perdía contra Nadal en torneos sobre polvo de ladrillo, ahora cualquiera que estuviera en un buen día y aprovechara cierto bajón de su contrario, podía dar la sorpresa.

Federer superó esto, pero no volvió a ser aquella raqueta indetenible. Por su parte, Nadal sigue en el punto donde hay más preguntas que respuestas.

Perder certezas lo llevó a perder ciertas sensaciones en su juego: su pelota ya no tiene la profundidad y peso de otros, y su revés cruzado ya no factura tanto como antes. Cuando todo estaba bien, pocos se percataron de algunos detalles en su tenis que debía mejorar, y que ahora se agudizan. El servicio parte siempre como una duda.

Perder es una opción de algunos, pero dejar de disfrutar no pasa por la mente de ningún jugador activo; sin embargo, para un competidor de la talla del ibérico, esta sensación parece aproximarse.

Ahora, asegurar que el Manacorí deba dar un paso al costado frente a esta difícil situación es tan extremo como dudar de su figura. No habrá otro como Rafa. Es el mejor que ha jugado sobre arcilla, y uno de los pocos que lo ha ganado todo. Un momento gris no puede borrar lo alcanzado en el pasado, pero sí se vuelve una advertencia para el futuro.

La temporada sobre polvo de ladrillo está a la vuelta de la esquina y serán abril y mayo dos meses clave para saber un poco más sobre si el español mejoró o no, pero es claro que merece un voto de confianza.

El tenis en un deporte donde es obligatorio que los pies, manos y cabeza estén en orden para el óptimo desarrollo de la disciplina, y las respuestas a tantas dudas solo él las sabe. Es más sencillo retomar viejas lecciones aprendidas y eso debería llevarlo a sumar títulos en esta etapa del calendario. Volver a aparecer en primera plana mordiendo el trofeo, ahí está el inicio de un nuevo ciclo.

Esta campaña es fundamental para saber hasta dónde se siente cómodo. El día que deje de ser así, sabremos que una referencia del tenis actual caminará por el pasillo hacia la puerta de salida.

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