De Interés

"Salomón" Rodríguez Zapatero

José Luis Rodríguez Zapatero se aproxima a la crisis venezolana desde una engañosa equidistancia. No formula completo el problema. No se atreve a describir todo el lienzo. No calibra la crisis democrática. No juzga el déficit de libertades públicas. Zapatero quiere contribuir. Pero nada más. La mano de naipes que propone Zapatero se está jugando con Miraflores.

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Rodriguez Zapatero

En sus gestiones, hace el líder socialista español una interpretación que está parada sobre un escenario que, visto desde cualquier distancia, es casi inconcebible. Distribuir las responsabilidades y las culpas licuadas en la equidistancia declarativa, las fórmulas diplomáticas, las generalidades y los buenos deseos. Zapatero no está evaluando cualitativamente el problema con ninguna objetividad. Zapatero está proponiendo un acuerdo para empezar a conversar. Nada más.

No afirmo que Zapatero sea un hombre malintencionado, o que su conducta obedezca necesariamente a bajos intereses, como algunos proponen.

Puede que a Zapatero le interese que el gobierno ofrezca concesiones parciales, que se traduzcan en un logro concreto que pueda ser presentado como un haber, amainen la tensión, y, presume uno que supondrá él, estabilicen al gobierno para que pueda terminar su período.

Las gestiones diplomáticas siempre van a tender a estabilizar lo que ya existe, no a crear nuevas realidades que eventualmente desestabilicen más las cosas. Venezuela será, según cada quien, pensará él, una democracia o una dictadura, y ya está.

Zapatero, y Leonel Fernández, y Martín Torrijos, deberían comprender que el único parámetro digno de una mediación ante una crisis de estas magnitudes es la garantía del derecho ciudadano a ejercer la cláusula constitucional del Referéndum Revocatorio, obligando a Miraflores a respetarlo y atenerse a sus resultados. Respeto al fuero de la Asamblea Nacional. Respeto a los resultados de las elecciones parlamentarias. Respeto al orden constitucional. Respeto a la voluntad del constituyente. Lo demás es boxeo de sombra. Es una historia que los venezolanos nos conocemos de memoria.

La mediación irá avanzando. Hace rato que sobrepasamos la zona de los melindres. La única gestión que tiene sentido consiste en persuadir al gobierno de someterse a la letra de la ley. Si el trabajo que piensan adelantar logra estructurarse en torno a esta columna vertebral, cualquier esfuerzo habrá valido la pena. Todo lo demás es metafísica.

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