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Daviana Silva, la quinceañera de Petare que conquistó Panamá

Su naturalidad sobre el ring delata su pasión por el boxeo; sus uñas, perfectamente cuidadas, bajo los guantes, dan fe de su coqueta adolescencia. Con sólo dos años peleando, la habitante del sector Maca exhibe un récord de seis victorias y cuatro derrotas, que incluyen una medalla de bronce avalada por la Asociación Mundial de Boxeo y un título en el país centroamericano.

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Daviana
Fotografías: Andrea Hernández @andrernandez

Daviana llega batiendo su liso y rubio cabello al gimnasio vertical El Dorado, de Petare. Coqueta, femenina y con aire de inocencia, la niña de 15 años podría pasar por aprendiz de gimnasia. Pero al entrar al recinto, todo cambia. Se cambia el jean por un short, la blusa por una franela y cubre sus manos con vendas y guantes. Daviana es boxeadora, y “de las buenas”, afirma su entrenador.

“Davi –como le dice cariñosamente- llegó al club a los 13 años. Su interés por el boxeo nos sorprendió a todos. Pensábamos: ‘cómo una niña tan simpática quiere pelear’; su respuesta fue clara: a mí me gusta el boxeo”, rememora Juan Montes, instructor de uno de los clubes que hace vida en el sitio.

Daviana hacia Petare

La pequeña, que acudió al lugar interesada en aprender kung fu, inició su transitar como pugilista con el experimentado entrenador, quien ha formado a peleadores de la talla de Leonardo “Chispita” Padilla, quien, tras su debut profesional en 2014, sigue invicto luego de 11 combates, nueve por nocaut.

El  desempeño de la joven ha provocado la admiración de muchos y el orgullo de su tutor. “Cuando subió por primera vez al ring, todos quedamos muy sorprendidos. Protagonizó una pelea buenísima, contra una muchacha avanzada. Ese día apreciamos su talento y su técnica”.

A partir de ese momento, las habilidades de la muchacha sólo se incrementaron y, pese a caer en su primer careo, demostró que tenía madera para defenderse en el cuadrilátero.

“Yo la admiro, porque hay que ponerle un mundo para competir contra las ‘toras’ a las que ha enfrentado. Pero ella ha dado la talla; es de las buenas”.

Daviana escucha a su entrenador

La heroína de Maca

Daviana vive desde bebé en el sector Maca, de Petare. Desde que incursionó en la disciplina, su rutina se ha convertido en credo. Sale de casa cada tarde, atraviesa el sector en jeep hasta Puente Baloa y toma un autobús que la deja frente al gimnasio vertical El Dorado, donde forja su sueño de ser boxeadora profesional.

Cuando llueve, como el día que nos recibió en su casa, la ruta es más larga; pues la comunidad restringe el paso vehicular para evitar que ceda el recodo que comunica ambos sectores, y debe bajar caminando hasta la siguiente parada de autobús. Sin embargo, esto no es impedimento para la joven. Para ella, entrenar es un placer y entrar al recinto es como estar en casa.

Petare

“Cuando estaba pequeña quería jugar baloncesto. Recuerdo que mi mamá se negaba, porque decía que era un deporte para hombres. Cuando vinimos para inscribirnos en kung fu, supe de las clases de boxeo, por la cartelera informativa, y me llamó tanto la atención que me permitió practicarlo”, relata la elocuente muchacha.

“Yo era muy flaquita, pero ver a los muchachos sobre el ring me motivó a entrenar fuerte, y comencé a mejorar mis condiciones. Montes vio que le ponía empeño y me permitió asistir en 2015 a mi primer Campeonato Nacional. Fui sin saber nada y gané bronce. Estaba nerviosa, pero aprendía rápido y no temía pelear”.

Daviana boxea

Su valentía y disciplina reforzaron su talento y resultados. En sólo un año, su nombre ya retumbaba en los torneos locales, mérito que le mereció ser invitada a la cartelera Nocaut a las Drogas, categoría cadete, organizada por la Asociación Mundial de Boxeo, en el Centro Cultural Yesterday, en Turmero.

“Pelear en Maracay fue una experiencia muy interesante. Había boxeadores con mucha trayectoria. Yo fui con mucho optimismo y di lo mejor de mí, como me ha enseñado a hacerlo Montes”. ¿El resultado? Una flamante presea de bronce y la proyección que la niña necesitaba para ascender a escenarios internacionales.

“Gané la medalla por nocaut técnico. Mi papá, que ahora vive en Panamá, les mostró varios videos míos a unos amigos boxeadores. Ellos se mostraron interesados y me llamaron a participar como invitada internacional en una cartelera de mi categoría, que se celebra durante las Ferias de Arraiján, un pueblo de ese país”.

Medallas

La joven fue evaluada durante 15 días, previo a los careos. “No fue fácil. Fue un entrenamiento bastante estricto, pero yo tenía la capacidad. Montes me ha enseñado a creer en mí”.

El 11 de agosto, día de la pugna, llegó. Y Daviana, quien horas antes había conocido  su contrincante, confiesa que los nervios se apoderaron de ella. “Antes de pelear, investigué un poco a quien me iba a enfrentar. Mi rival tenía 16 años, 49 peleas y la apodaban “Chucky”. Yo la miraba y miraba, y ella se veía tan tranquila. Pensé que no podría ganarle”, relata.

Pero en ese momento, las palabras de su entrenador le dieron aliento. “Durante las dos semanas hablé mucho con Montes. Él me animaba, y yo sabía que desde Venezuela me apoyaba. Así que subí al ring e imaginé que estaba en Petare, con mi gente y mi familia”.

Boxeando

En el primer round, la muchacha evaluó las deficiencias de su rival; a partir del segundo, demostró por qué había sido invitada al torneo.

“Fueron cuatro asaltos de dos minutos cada uno. Le gané por decisión unánime”, cuenta emocionada. “Pensé en mi mamá, mi hermanito, mi abuela y Montes. Dije: esto para mi profe será súper grande”.

Y así fue. La niña fue recibida por su club y sus seres queridos como toda una campeona. “Se siente demasiado bien ganar, porque sabes que tu gente te apoya y está contigo. Cuando lo logras, sientes que puedes hacer lo que sea”.

Su victoria la dedica a dos amigos que pertenecieron al club, pero fueron asesinados hace un año. “Este triunfo es para Derwin y Meneses, mis amigos que están en el cielo. Siempre los tengo y tendré presentes”.

Su mensaje para sus compañeros es de optimismo y perseverancia. “Nada es imposible, y esta es la prueba. Si quieren hacerlo, pueden. No es fácil, pero basta con no rendirse nunca”.

Daviana Silva

“No desmayes si es lo que quieres”

El destino es caprichoso, y quien un día trató que Daviana no practicara “deportes para niños” es hoy su mayor fanática: su mamá.

“Al principio no estaba de acuerdo. Pensaba: ‘mi muchachita tan linda y me le van a dar golpes’. Pero luego vi su desempeño, que le gustaba, que era constante, que le tomaba cariño. Fue lo que escogió para su vida, y lo que me queda es apoyarla”, afirma Susana López, de quien, evidentemente, la niña heredó su trato familiar y cordial.

“Cuando subió por primera vez al ring, yo estaba tan nerviosa. No sé como describirlo. Luego, la vi confiar en sus capacidades. Estaba tranquila; tiene madera para eso”.

Cintas de boxeo

La progenitora no escatima en halagos para la joven. El pecho se le infla de orgullo cuando habla de ella.

“El día de su debut, aunque perdió la pelea, ya para mí era una campeona. Esto llenaría de orgullo a cualquiera. Le falta mucho para llegar a ser quien sé que puede ser; pero el éxito será el resultado de lo que hace hoy”.

La visualiza grande, exitosa, ganadora. “Siempre le digo: ‘no desmayes si es lo que quieres’. Quiero que sepa que cuenta conmigo para cumplir sus sueños. En unos años, quiero verla como la campeona que es. Siendo feliz con lo que está haciendo”.

Daviana

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