Deportes

El homenaje de "El Potro" Álvarez a Chávez se perdió en el tiempo

A sólo dos años de su inauguración, el recinto espera por un amplio proceso de restauración asumido por Fundaglobal, empresa encargada de su construcción y garantía. ¿La razón? El abrasivo efecto del salitre en la localidad, con el índice más alto de todo el estado.

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Por Jován Pulgarín y Johanna Osorio / FOTOGRAFÍAS: DAGNE COBO BUSCHBECK

«Parque Hugo Chávez. Se le está dando ese nombre a esta obra de envergadura. Él soñó y quería algo de esta manera. Lo estamos haciendo posible en revolución, de la mano de nuestro presidente Nicolás Maduro, amante del deporte. Se están invirtiendo más de 200 millones de bolívares. En una obra donde vamos a albergar más de 1200, 1300 atletas, aparte de los técnicos, las familias que vienen a acompañar este gran evento a sus atletas», dijo Antonio «El Potro» Álvarez. ministro de Deportes  en 2014, cuando comenzaron las obras para los III Juegos Suramericanos de Playa. Dos años después, el busto del fallecido presidente, una enorme y decorativa antorcha metálica y una fachada con pintura corroída reciben al visitante en el Coliseo de Deportes de Playa de Camurí Chico, en el estado Vargas.

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“Cuando se comenzó a deteriorar la pintura, Fundaglobal costeó un estudio que determinó que Camurí era la zona más afectada por la sal en todo el estado”, señala José Cardozo, vicepresidente de la fundación Coliseo Hugo Chávez. “Este recinto se inauguró incompleto, por la premura que requería la organización de los Juegos”.

Desmonte, lijado y pintura de todos los paneles de la fachada, instalación del techo movible y la construcción de un muro que contenga las olas en las adyacencias del complejo son necesarios para su culminación, indica el encargado, quien fungió, además, como director general adjunto del área operativa, durante la realización de la contienda de playa.

“En aquel momento, la entidad encargada de vigilar su construcción fue el Instituto de Infraestructura de Vargas, que actualmente tiene bajo su potestad el seguimiento y control de los trabajos en la obra. Nosotros sólo nos encargamos de la custodia del material deportivo y supervisión de las actividades que se llevan a cabo en el lugar”, afirma el directivo.

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La restauración del recinto inició hace dos meses, bajo la tutela del coronel José Manuel Suárez, rector de Infravargas, comenta Cardozo. No obstante, y pese al carácter público del complejo, los resultados se ven retrasados por la carencia de los implementos necesarios y los inconvenientes para su importación desde Colombia, país de origen de Fundaglobal. Así lo asevera un obrero de la compañía.

“Tenemos varias semanas trabajando, pero es difícil avanzar porque en Venezuela no se consiguen los materiales que precisamos. El thinner, los disolventes y los activadores de pintura vienen desde Colombia”.

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El trabajador indica que la empresa estimaba entregar la obra durante el mes de diciembre de 2016; sin embargo, se ha postergado sin fecha determinada. “No contamos con los permisos requeridos para traer lo necesario. Se trasladan por vía terrestre, a través de la frontera, sólo pequeñas cantidades, para que no se considere contrabando, pero no son suficientes. Así es imposible que fijemos una fecha de culminación”.

Arena también requiere mantenimiento

A simple vista, el Coliseo Hugo Chávez cuenta con un amplio y adecuado espacio para las prácticas deportivas que en él se desarrollan. Pese al proceso de restauración, su funcionamiento no se detiene, y el recinto recibe semanalmente a las selecciones regionales de balonmano, tenis de playa y es, además, sede de la Liga de Fútbol de Playa de Vargas.

No obstante, atletas y dirigentes coinciden en que es necesario un mejor mantenimiento del área central del recinto.

“El Coliseo es magnífico, digno del orgullo del país, por ser único en su estilo en Latinoamérica; pero requiere de mayor atención por parte de los encargados, para proyectarse como una instalación idónea para albergar torneos internacionales”, afirma Ghassan Mamo, presidente de la Federación Venezolana de Balonmano, que organizó en abril el Campeonato Panamericano de la disciplina, en el complejo litoralense.

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“Recientemente fuimos anfitriones del Panamericano. Cinco días previos al torneo, la última inspección reveló que la arena no era ni siquiera aceptable para el desarrollo de un evento de tal envergadura. Se lo comunicamos al gobernador, Jorge Luis García Carneiro, quien, afortunadamente logró solucionar el inconveniente. El día de la competencia contábamos con un espacio apto, y del agrado de las delegaciones participantes; pero que la preparación haya sido de esta forma no es el escenario ideal”, sostiene Mamo, quien explica que este aspecto es fundamental para la correcta práctica de las disciplinas de playa.

“La arena del coliseo debería tener siempre una textura y composición óptima. Para esto es necesario mezclarla con arena sílice, que evita la dureza del suelo. Si la superficie no es adecuada, el atleta puede sufrir lesiones puntuales o permanentes al nivel de los tobillos, rodillas o cadera. Además, se perjudica la técnica y espectacularidad acrobática del juego”.

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El federativo recomienda la concientización sobre el uso de los espacios y la conservación de los implementos deportivos del recinto. “Las estructuras, porterías y mallas han sido evidentemente afectadas por el rigor del salitre y el sol. Es necesario que, aquellas que no sean fijas, se remuevan y salvaguarden”.

Indicó, asimismo, que inconvenientes como la deficiente señal WI-FI deben ser solucionados. “La Federación Panamericana de Balonmano fue muy crítica con Venezuela por la mala señal de internet inalámbrico, que perjudicó además la transmisión de los resultados vía streaming, que es una exigencia del organismo para las sedes de los eventos internacionales. Cada detalle debe ser solucionado, si queremos que el coliseo brille como la joya que es”.

Instalación subutilizada

«Actualmente la selección no entrena allí», explica Edgar Quintero, ex capitán de la selección de fútbol playa, hasta hace un año. «Básicamente adquirir un permiso para practicar en el coliseo es imposible porque no se tiene claro quien administra la infraestructura. Puedes tener el aval de la Federación y aún así que te nieguen el recinto, porque existe un área gris sobre la dirección, entre la Gobernación, el propio IND de Vargas y hasta el Comité Olímpico. En todo caso, si no eres amigo de ellos, no entrenas».

Quintero, defensa, que representó a la vinotinto de la especialidad en el Mundial de Ravena, en Italia, confirma que la arena no es la idónea para que los jugadores entrenen o jueguen en esas instalaciones: «Hace un año que dejé la selección, sin embargo sigo conectado a la práctica. Hace poco se jugó un estadal en la playa Alí Baba por las limitaciones del Coliseo. Desde que se estrenó, no se colocó la arena sílice, que es la que requiere una instalación de su categoría. Como la brisa descubre la cancha, se llena con arena de playa. Es una gran instalación, de las mejores del mundo, pero no le han dado el cuidado que requiere y está subutilizada».

Robi Cavallo, quien dirigió a la selección que clasificó al Mundial y que logró un meritorio tercer lugar en el Campeonato Suramericano de Brasil en 2011, recuerda que «en Venezuela, Valera y Maturín tienen la arena ideal, pero los ingenieros decidieron Vargas por la mineralización. Lamentablemente esa arena no es frondosa y se compacta. Digamos que se pone lisa (el pie no hunde bien). Entonces tienes que removerla continuamente para que eso no suceda, lo que significa que el mantenimiento debe ser regular».

De hecho la Federación Venezolana de Fútbol informó que la arena de las canchas de fútbol playa que se están realizando en Margarita es traída desde Monagas.

Ante esta situación, José Cardozo, vicepresidente de la fundación Coliseo Hugo Chávez, asegura que, pese a que la arena proviene del club Camurí Grande, es preparada adecuadamente para su uso en la instalación. «La arena se cirne en una cantera para quitarle las piedras, y luego se lleva al coliseo; pero el mantenimiento mayor y la mezcla con sílice la realiza y costea Infravargas. Nosotros sólo hacemos la limpieza menor».

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La inseguridad suma escollos

No sólo el salitre y la escasez confluyen en contra del Coliseo Hugo Chávez. El hampa del litoral varguense ha penetrado en el recinto ocho veces, en 2016.

“Aquí se han robado seis esmeriles de los obreros, una escalera de aluminio, extintores, el televisor de la sala de prensa y hasta morrales de atletas”, comenta una fuente allegada a la instalación, quien indica que el personal de seguridad es insuficiente para custodiar todo el complejo.

“Sólo hay dos vigilantes externos, empleados de la constructora colombiana (Fundaglobal), y uno interno, para vigilar todo el lugar, que carece, además, de iluminación adecuada durante las noches”.

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Debido a la grave situación de inseguridad en el complejo deportivo –que se ubica a menos de 100 metros de una estación de policía- el encargado de vigilar el lugar culmina su labor a las 8 de la noche, situación que propició el último robo, el 9 de octubre.

No obstante, el vicepresidente de la fundación, José Cardozo, asegura que el maleante fue capturado y se tomarán medidas para evitar un próximo incidente.

“Logramos detener al delincuente que había ingresado las últimas veces. En conjunto con el cuerpo policial de la zona, comenzaremos a hacer patrullajes diarios, para apoyar a nuestro comisario y erradicar el hampa en el coliseo”.

Silencio institucional como defensa

El equipo del El Estímulo intentó conversar con las autoridades competentes sobre los inconvenientes observados y comprobados en el Coliseo Hugo Chávez.

Tras múltiples y fracasados intentos vía telefónica, fue imposible entrevistar al coronel José Manuel Suárez, rector del Instituto de Infraestructura de Vargas.

Mientras, en contacto telefónico, Adrián Mayora, director de deportes de la Gobernación de Vargas, se negó a declarar. “Yo no voy a conversar sobre eso. Vaya y pida una cita con el gobernador y que le explique él”, respondió de forma tajante.

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