Venezuela

Vargas: la nevera del castigo y el amor

El alcalde de Vargas sorprendió con una gesta heroica con puesta en escena rodeada de funcionarios policiales: la nevera está a salvo y la malagradecida quedó bajo llave. Lo que hay que ver...

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Tal parece que todo en su gestión lo hace siguiendo instrucciones de Nicolás Maduro. Al menos es lo que se ve en la cuenta de tuiter del alcalde del Municipio Vargas, José Manuel Suárez Maldonado, «Servidor del pueblo, Revolucionario y Socialista de alma, cuerpo y corazón». Si le da a una viejita una cama con colchón, hace un video y menciona a su presidente. Y si manda a que metan presa a una pobre mujer por vender una nevera que supuestamente le regaló Maduro, también se hace un video y lo menciona.

Ese registro audiovisual de una detención irregular por donde se mire, lo tuiteó el viernes 26 de mayo pero lo borró horas después, posiblemente por la avalancha de respuestas en las que se señalaba lo obvio: no hay delito alguno en el hecho de que una mujer de bajos recursos reciba un bien en calidad de donación -por lo tanto pasa a ser de su propiedad- y que posteriormente decida ofrecerlo en venta, seguramente para cubrir alguna necesidad tan básica como el hambre. O lo que sea, porque la nevera recibida es suya.

El alcalde Suárez Maldonado acompañó su tuit con un video en el que dice «hoy le dimos un duro golpe a esas personas que no valoran lo que nuestro proceso revolucionario les da con mucho amor, lo que mi presidente le entrega con mucho amor». La humilde mujer se observa de espaldas, sometida a la vergüenza pública, al lado de la «neverita» y rodeada por agentes de la Policía Municipal y señalada casi como encarnación del «vicio de la corrupción», según criterio del funcionario «servidor del pueblo».

Sana y salva…

«Aquí estamos, en pie de lucha defendiendo nuestro proceso revolucionario», se le escucha decir mientras la cámara muestra la caja de la nevera como si estuviera mostrando algún alijo de droga o la captura de alguna banda de ladrones de casas, o alguna red de trata de personas desmantelada, o algún funcionario que se embolsilló parte del presupuesto municipal o quizás uno de esos martilladores de uniforme apostados en algunas de las «alcabalas» que abundan en la región. Nada de eso: el alcalde y los agentes defienden a la revolución de una mujer que quería vender una nevera.

Así como tuvo el tino de rectificar y borrar el tuit en el que lo que de verdad muestra es al Estado venezolano violando leyes y derechos fundamentales, ojalá lo haya tenido también para liberar sin cargos absurdos a esa mujer.

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