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Las 10 comiquitas que dejó la temporada de beisbol

Repasemos las 10 comiquitas de la temporada 2016-2017 del beisbol venezolano, que deja a Bravos (sin títulos), Tiburones (último título en 1986), Cardenales (2001) y Leones (2010) como los cuatro equipos que tienen más tiempo sin coronarse.

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Fotografía: Dagne Cobo Buschbeck.

La última vez que Águilas de Zulia fue campeón, acababa de ocurrir el deslave de Vargas, teníamos un ministro al que le interesaba la cienciaveníamos de un año con inflación de 20%, Norkys Batista había perdido en el Miss Venezuela y a Gloria Trevi se la estaban llevando presa.

17 años después de la temporada 1999-2000, casi el mismo tiempo que ha durado el chavismo en el poder, el “Maga-Zulia” ratifica que no hay fórmula exacta para ganar en el extraño beisbol venezolano.

Zulia prácticamente contó con un único pitcher abridor criollo, que además tuvo una temporada mediocre (Wilfredo Boscan). Cerró octubre con una racha bastante afortunada (récord de 15-5) y luego aguantó el reflujo en noviembre y diciembre a pesar de que quedó con registro negativo en ambos meses (9-14 y 9-11, respectivamente).

Ya no estaban peloteros-franquicia de años anteriores como Ernesto Mejía, Carlos González, Ender Inciarte o Gerardo Parra. Lo compensó con dos colombianos que ayudaron en la ronda eliminatoria (Reynaldo Rodríguez, 12 jonrones, y Giovanny Urshela, 16 dobles), pitcheo de relevo y un mánager debutante pero al que al parecer le agrada dirigir con una perspectiva analítica-estadística, Lipso Nava.

En la postemporada (récord global de 12-2) se juntó todo para el “Maga-Zulia”: los refuerzos magallaneros (Endy Chávez, Ronny Cedeño, Mario Lisson, José Tabata, Mitch Lively), una línea central defensiva impecable (el cátcher Jesús Flores, el insuperable shortstop-rastafari Freddy Galvis y Endy Chávez en el jardín central), el bate de José Pirela y un importado paciente en el plato y útil donde lo colocaran, el dominicano Jordany Valdespín.

Repasemos las 10 comiquitas de la temporada 2016-2017 del beisbol venezolano, que deja a Bravos (sin títulos), Tiburones (último título en 1986), Cardenales (2001) y Leones (2010) como los cuatro equipos que tienen más tiempo sin coronarse.

  • La comiquita de la final. El tercer juego del desenlace entre Águilas y Cardenales comenzó el lunes 23 de enero a las 7:00 de la noche, se suspendió definitivamente a la 1 de la madrugada luego de una auténtica batalla campal entre la afición maracucha y los peloteros larenses y se reanudó el martes 24 a las 5:00 de la tarde, con un casi inmediato hit decisivo de Alí Castillo. Y los aficionados que lanzaron objetos al terreno, bien gracias (José Pirela también fue víctima de agresiones en Barquisimeto). En ese tercer juego hubo otra rareza digna de la liga de Criollitos: un out por regla en el primer inning a Ronny Cedeño por batear de séptimo en vez de octavo.   
  • El lineup de la vergüenza. Leones del Caracas quedó último en la ronda eliminatoria (27-36), lo que puede atribuirse a la debacle del pitcheo (en apariencia el de relevo, pero sobre todo el abridor), y a la indisciplina, si creemos en la palabra del despedido Alfredo Pedrique, un mánager con experiencia en Grandes Ligas. El jueves 29 de enero, cuando el Caracas ya estaba eliminado pero el juego seguía siendo importante para la clasificación, varios peloteros se negaron a jugar y el equipo se despidió con un lineup vergonzoso, que incluía a un tal Fran Martínez como cuarto bate y shortstop.
  • Ozney Guillén. El capricho de Richard Páez con su hijo Ricardo David cuando era el técnico de la Vinotinto de fútbol queda como una pendejada. Vamos a decirlo de manera clara: el único motivo por el que el mayamero Ozney Guillén debutó esta temporada con Tiburones es porque es el hijo del mánager. Un jardinero que ya no es demasiado joven (25 años), que en Estados Unidos sólo ha jugado en ligas independientes y que nunca ha mostrado poder, velocidad, contacto o nada particularmente destacado. Excepto que es un hijito de papá. Todo se te perdona, Ozzie, eres un ídolo.
  • El fracaso de Félix Hernández. Esperamos 12 años para volver a ver al “Rey” en Venezuela. De hecho, cuando debutó con Cardenales en la temporada 2003-2004 tenía 17 años, no había debutado en Grandes Ligas y casi nadie lo conocía. Por él, Magallanes le entregó tres peloteros a Lara. La estrella de los Marineros de Seattle apenas lanzó cinco innings en dos aperturas y se fue con efectividad de 7.20. Formó parte de la debacle del pitcheo de Magallanes, que llegó a usar hasta 19 abridores distintos y quedó eliminado junto con el Caracas (récord de 29-34), la primera vez que eso ocurría desde la temporada 2007-2008. Alguien lo puso en una pancarta en Maracaibo: los que salieron de circulación no fueron los billetes de 100, sino los eternos rivales.
  • Efecto Clásico chucuto. Por lo menos Félix vino: en un año de Clásico Mundial, nos quedamos esperando por Miguel Cabrera, José Altuve, Carlos González, Elvis Andrus, Odubel Herrera, Rougned Odor, Salvador Pérez, Junior Guerra…   
  • La lesión de Joey Gallo. Ya prácticamente no viene ningún importado de renombre, lo que no quiere decir que no lleguen algunos extranjeros rendidores que incluso se quedan jugando toda la temporada (ergo, el dominicano Denis Phipps). El antesalista estadounidense Joey Gallo (23 años) siempre ha tenido problemas con el exceso de ponches, pero es quizás el bateador con más fuerza de todas las ligas menores y el importado más prometedor de los que vinieron en la temporada 2016-2017. El prospecto de los Rangers de Texas tomó exactamente siete turnos oficiales al bate con Magallanes. Tuvo una lesión en la pierna en el primer inning de su tercer juego y lo mandaron a su casa. Por lo menos pegó un jonrón.
  • La telenovela interminable. El samurái Alex Cabrera cumplió 45 años en un 2016 en el que fue acusado hasta de bachaquero y los Tigres de Aragua, que arrancaron muy mal la temporada (7-13 en octubre), dijeron que peor era nada y probaron a darle una nueva oportunidad, a pesar de que tenía una suspensión vigente de 25 juegos por dopaje. Amparado por una decisión judicial, debutó el 28 de octubre, pero la liga dictaminó que la sanción seguía en pie y que su alineación era ilegal. Finalmente pudo jugar la postemporada, y a pesar de que los Tigres fueron barridos, no se puede decir que bateó mal (promedio de .308 al bate, un jonrón, seis boletos). ¿Volverá a intentarlo en la 2017-2018? ¡Qué es un tatuaje más para un tigre!    
  • De nuevo el formato. Se eliminó el sistema de puntos de la temporada 2015-2016 que nadie entendió, pero siguió la polémica. Tigres de Aragua perdió 4-0 la primera serie de playoff ante Águilas, pero debido a su posición en la ronda eliminatoria, recibió la oportunidad de jugar el desempate del “mejor perdedor” (sic) ante los Tiburones. Bravos de Margarita, de cuyas filas salió el MVP de la liga, Breyvic Valera, se despidió a pesar de una cerrada serie (4-3) ante Cardenales. Estaba escrito en las reglas de campeonato, pero igual se vio feo. Por lo menos los Tigres perdieron 4-2 ante los Tiburones y los televidentes nos salvamos del espantoso audio interno del estadio José Pérez Colmenares de Maracay, que incluye remixes de rugidos de tigres y voces de bebés.
  • Estadios vacíos. O comes o pagas el condominio, ni hablemos de ir al beisbol. La asistencia en la temporada 2015-2016 ya había caído 26,5%. ¿Qué cifras presentarán las autoridades de la LVBP cuando hagan el balance de esta campaña? Muchas cosas han desaparecido de Venezuela en los últimos 18 años, y la próxima podría ser el aficionado de pelota. Algunos equipos inventaron promociones tipo “dos por uno”, “sólo para chicas” y “tercera edad gratis”, pero igual las gradas siguieron peladas. Afortunadamente, tanto Águilas como Cardenales tuvieron buena asistencia en la final.
  • Ñapa: la comiquita trágica. Yorman Nicger Landa, de 22 años, no era precisamente un súper prospecto de los Mellizos de Minnesota. El pitcher derecho tuyero ni siquiera lanzó una pelota para los Bravos de Margarita en la temporada (había llegado de Tiburones en 2015). Falleció en un accidente de tráfico en Charallave el 10 de diciembre. El equivalente local a las recientes tragedias de los lanzadores José Fernández y Yordano Ventura en Grandes Ligas.
  • Ñapa: la comiquita bonita. El grandeliga Oscar “Cachi” Salazar se despidió a los 38 años después de 20 temporadas en Venezuela, incluidas siete con los Tiburones después de haber sido dejado libre por el desaparecido Pastora en 2006 y dos títulos con Caribes de Anzoátegui. Tomó su último turno con Bravos en el séptimo partido del primer playoff ante Cardenales y, a pesar de que estaba en un estadio visitante, la afición de Barquisimeto le dio una ovación. ¡Qué fácil es ser un buen ciudadano!  

     

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