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El crimen de Cibell Naime: "Tenía que matarlos porque mi papá me jodía"

En 1994, la joven Cibell Naime asesinó a sangre fría a Miguel Tauil y Juan Carlos González, vendedores de mascotas de raza. ¿Quién era Cibell y qué la empujó a cometer este doble homicidio?

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Cibell

Cibell Naime Yordi nació el 24 de enero de 1976, es la menor de 3 hermanos. Sus padres, de origen libanés y religión drusa, son Shauki Naime y Salam Yordi de Naime.

El padre de Cibell era un afamado ginecólogo que vivía holgadamente con su familia en una urbanización de clase alta caraqueña. A puertas cerradas, eran una familia bastante conservadora y estricta: Shauki no dudaba en aplicar mano dura a sus hijos cuando no obedecían lo que él y su esposa pensaban eran las conductas correctas de acuerdo a su cultura y religión.

Cibell y sus hermanos tenían prohibido salir a fiestas o reuniones, llevar amigos a la casa, tomar transporte público, entre otras cosas. Cualquier falta a estas normas se pagaba con severos castigos que incluían maltrato físico por parte de Shauki. Sin embargo, Cibell era rebelde y por ese motivo se ganó más de un castigo o golpiza.

En 1994, Cibell tenía 18 años y había aplazado el tercer año de educación secundaria. Sus padres decidieron inscribirla en un instituto de educación para adultos de manera que pudiera terminar sus estudios y no se atrasara más. Se dice, además, que sus padres planeaban mandarla al Líbano para arreglar un matrimonio con un joven de religion drusa, como ella, y que continuara su vida en ese país.

Pero en noviembre de 1994, Cibell leyó algo en el periódico que llamó su atención y dio el primer paso que cambiaría su vida para siempre.

El gato, el cheque

Cibell vio un anuncio en el periódico de una venta de mascotas de raza. Ella soñaba con un gato angora y ahí estaba su oportunidad. Al llamar al número que aparecía publicado, le atendió Miguel Tauil, un abogado de 30 años que no ejercía ya que estaba dedicado de lleno a su negocio de venta de animales de raza que tenía junto a su socio Juan Carlos González, de 19 años.

Miguel le informó a Cibell el precio del gato: 20.000 bolívares, o 118 dólares para la época. Era demasiado dinero para una adolescente. Pero Cibell estaba aferrada a la idea de comprar el gato y eso la hizo pensar en un plan.

La joven sabía que su padre guardaba sus chequeras en una oficina de su casa y pensó que sería fácil robarle un cheque y falsificar su firma. Después de practicar por algunos días y estar conforme con la falsificación, procedió a robar tres cheques por si arruinaba alguno antes de lograr la firma perfecta.

El 4 de diciembre de 1994, Cibell llamó a Miguel Tauil para concretar a compra del gato. Ese día ya tenía listo el cheque falsificado para pagar por su nueva mascota. Quedaron en que Miguel pasaría por el instituto en el que estudiaba la joven para hacer la transacción, él le entregaría el gato y ella el cheque. Ya Cibell tenía también la historia que le contaría a sus padres sobre el gato: simplemente diría que era un regalo de una amiga del instituto.

Asi lo hizo y Cibell siguió tranquilamente su vida durante los siguientes días, hasta que su padre, quien era extremadamente organizado, se dio cuenta de que le faltaban tres cheques de su talonario y, más grave aún, que uno de esos cheques había sido cobrado por el monto de 20.000 bolívares.

Shauki Naime llamó a sus hijos y esposa para preguntar sobre el cheque. Ninguno sabía nada, y aunque vio algunas actitudes raras de Cibell que lo hicieron sospechar, no podía comprobar su culpabilidad. Entonces les informó que seguiría investigando hasta saber dónde estaban sus cheques, quién los había tomado y cobrado. Cibell se hizo la desentendida, pero estaba cayendo en pánico: por su mente pasaban los castigos y los gritos a los que estaba acostumbrada desde su infancia, aunque suponía que esta vez sería mucho peor. Debía hacer algo.

Cibell tenía alrededor de una semana para resolver el problema, ya que para Navidad había un viaje familiar planificado y quería tener eso listo antes del viaje. Así, empezó a llamar compulsivamente a Miguel y a Juan Carlos para pedir, insistir, exigir y, finalmente, rogar que le regresaran el cheque y a cambio ella ofrecía entregar el dinero en efectivo o, de ser necesario, regresar el pequeño gato.

Pero no había posibilidad de entregarle el cheque. Miguel le informó, una y otra vez, que era imposible porque ya había sido cobrado: el cheque estaba en el banco. Entonces Cibell empezó a pedirle el dinero de vuelta, a lo cual Miguel se negó.

Unos días después, en su desespero, Cibell llamó a Miguel haciéndose pasar por otra persona, una tal Adriana, solicitando información sobre una pareja de perros daschhund, o salchicha. Miguel le dio los datos necesarios y ella le dijo que estaba interesada en comprarlos. Cibell citó a Miguel en una panadería cercana a un centro comercial de una urbanización acomodada de Caracas, pero a Miguel le pareció más lógico que la venta se hiciera en su casa, ya que así el cliente podía ver todos los perros en venta y elegir el que más le gustara. Además, le ahorraba el transporte de esos cachorros, que era un poco incómodo.

El martes 13 de diciembre, Cibell tomó una pistola que su padre guardaba en la oficina, fue al instituto como todos los días, pero no entró a clases. En una entrevista posterior, ella lo relató así:

“Esa tarde llegué en un taxi a la urbanización Los Naranjos, me bajé frente a la garita de seguridad donde había cuatro vigilantes e hice el trayecto a pie hasta la quinta llamada “Taumuss”. Allí me recibió la madre de Miguel quien me ofreció café. A los muchachos les inventé que la cliente era una tía mía que esperaba en la garita de vigilancia, así que salimos a buscarla en la camioneta Toyota Samurai de Miguel. Yo me senté en el asiento de atrás y antes de llegar a la entrada de la urbanización volví a pedir que me devolvieran el cheque. Como Miguel se negó, saqué la pistola que llevé de mi casa para asustarlo y obligarlo a que me diera la plata. Entonces se produjo un forcejeo en la camioneta y fue cuando le disparé en la cabeza. Cuando vi lo que había hecho me volteé hacia Juan Carlos que me miraba aterrado y le dije: “perdóname, discúlpame, yo no soy mala pero no te puedo dejar vivo porque tú viste todo”, entonces lo maté. Asustada, me bajé de la Samurai y caminé hacia la salida, aproveché un taxi que venía pasando, lo abordé y salí de la zona”.

Un vecino que iba saliendo de la urbanización se encontró de frente con la dantesca escena y avisó a la familia de Miguel. Había muchos testigos pero ninguno sabía el nombre de la chica.

Mientras la familia Naime salía de vacaciones, comenzaban las investigaciones del doble homicidio.

¿Quién fue?

La madre de Miguel había visto bien a Cibell y pudo dar la descripción para un retrato hablado que coincidió con los datos aportados por los vigilantes.

Tauil tenía una lesión causada por proyectil que entró en la región temporal derecha y salió por la izquierda. González tenía un disparo en la región occipital y el proyectil estaba alojado allí. Se recuperaron dos casquillos y la bala que estaba alojada en el cráneo de Juan Carlos y se pudo determinar que el arma que se utilizó no era de alto calibre, pero los disparos fueron casi a quemarropa por lo que resultaron mortales.

La investigación estuvo a cargo del comisario Leonardo Díaz Paruta, quien era el jefe de la división contra homicidos de la Policía Técnica Judicial (PTJ).

Se pensó en varias hipótesis: ¿tal vez algún enemigo de Miguel o Juan Carlos, una ex pareja de alguno, hampa común? Sin embargo, se descartaron rápidamente y el caso iba quedando sin resolución hasta enero de 1995, cuando regresaron los Naime.

Shauki el padre de Cibell, retomó el asunto del cheque robado. Decidió poner todo su empeño en saber qué había pasado y fue al banco donde le notificaron que ese talón había sido cobrado por Miguel Tauil Musso. Primera vez que Shauki escuchaba ese nombre.

El hombre se las arregló para encontrar el número de teléfono de la familia Tauil y llamó preguntando por Miguel. La persona que atendió le informó que, lamentablemente, Miguel había muerto, pero se apresuró a preguntarle si lo llamaba con respecto a la compra de algún animal. En ese momento Shauki recordó al misterioso gato de Cibell y preguntó si vendían gatos. Al otro lado del teléfono escuchó una afirmación que le hizo corroborar sus sospechas: Cibell había robado el cheque para comprar aquel gato.

Lo que no sabía ni imaginaba Shauki es que en las oficinas de la PTJ, ya el comisario Díaz Paruta estaba bastante cerca de dar con la asesina de los dos hombres.

Cibell

La investigación tomó el rumbo del dinero: deudas, pagos, se buscaba algo que diera alguna pista. Investigando los movimientos bancarios, en el banco le informaron a los investigadores que había habido un reclamo por un cheque cobrado por Tauil por la cantidad de 20.000 bolívares, un cheque emitido por el doctor Shauki Naime.

El 19 de enero de 1995, la policía se presentó en casa de los Naime y detuvieron a todos los miembros de la familia. A Cibell la encontraron en una condición horrible, estaba muy golpeada, la cara hinchada, el ojo izquierdo con un hematoma de tal magnitud que le impedía la apertura ocular. Shauki le hizo saber a la policía que ya él había “arreglado” lo del cheque y que no era necesario el operativo ni la investigación. Su sorpresa fue cuando le aclararon que lo que se investigaba era un doble homicidio y que su hija Cibell era la principal sospechosa.

A Cibell Naime le tomaron fotografías que se entregaron a la prensa, ya que el comisario Díaz Paruta quería evitar que se corriera el rumor de que había sido golpeada por la policía. También fue evaluada por un médico forense, para describir las lesiones con las que llegó a la comisaría.

En el interrogatorio, Cibell aseguró que su padre la había golpeado unos días antes, cuando se enteró de que le había robado un cheque. Al preguntarle por el homicidio, confesó de inmediato. Su justificación: “Tenía que matarlos porque mi papá me jodía”.

Paradero desconocido

Ya se sabía que Cibell era la culpable del doble asesinato, ella había confesado, por lo tanto el juicio era para cumplir el procedimiento y determinar el tiempo que debía pagar privada de libertad y los agravantes o atenuantes que pudieran atribuirse.

La defensa le prohibió a su cliente hablar con la prensa, por lo que la joven no emitió ninguna otra declaración. Como se corrían rumores de que el padre de una de las víctimas, el doctor Antonio Tauil quien fungió como abogado acusador, había hecho comentarios de querer matar a Cibell, ella era trasladada a los tribunales con chaleco antibalas y un gran operativo policial, en muchas ocasiones sin dar conocimiento a la prensa para evitar la concentración de personas.

Para defenderla se utilizó el recurso de que Cibell sufría de una enfermedad mental llamada Trastorno Límite de la Personalidad, la cual le hacía tener comportamientos impredecibles e impulsivos. Además, una psiquiatra forense la evaluó y determinó que padecía también de ansiedad y ataques de pánico debido al maltrato que sufría en casa.

La parte acusadora señaló que si bien había maltrato por parte del padre, eso no era un motivo que justificara el asesinato y no debía ser un atenuante. Además de esto, Cibell había actuado con premeditación, alevosía y astucia.

Shauki Naime fue acusado de sevicia, según el articulo 439 del Código Penal Venezolano, por el estado en el cual se consiguió a su hija y la declaración de ella que aseguraba que su padre era quien la había golpeado.

El 16 de diciembre de 1998, Cibell Naime Yordi, de 22 años de edad, fue condenada a 30 años de cárcel por el delito de homicidio calificado por motivo fútil y con alevosía, porte ilícito de arma de fuego, robo de cheque y falsificación de firma.

Cibell fue encarcelada en el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), donde se mostró rebelde y fue trasladada a otra cárcel, por mala conducta.

A partir del año 2001, según declaraciones oficiales, Cibell parece haber madurado. Se graduó de bachiller y quiso comenzar sus estudios de arquitectura. Fue hacia 2004 cuando sus abogados presentaron una solicitud de libertad condicional. Había cumplido 9 años de condena, desde su detención en 1995.

En el año 2006 se le otorgó el beneficio de reinserción laboral, es decir, que podía trabajar normalmente y debía volver en un horario establecido a su prisión, después de presentar diariamente un documento firmado por su empleador que hiciera constar que ella estaba en el trabajo durante las horas correspondientes.

Dado que Cibell cumplía diariamente sin haberse presentado ninguna queja, el entonces juez Maikel Moreno le otorgó la libertad bajo régimen de presentación cuando tenía 12 años cumplidos de condena.

Según Antonio Tauil, padre de una de las víctimas y abogado acusador, el horario de trabajo de Cibell durante el primer beneficio otorgado, era muy irregular y los documentos estaban viciados. Además aseguró que ella cumplió con el régimen de presentación solo durante 3 meses… Después pidió un permiso porque debía realizarse una cirugía y desapareció.

El caso de Cibell Naime se fue olvidando poco a poco. Al digitalizar los documentos públicos, mucha de la información de este caso fue reservada y no se encuentra fácilmente, lo que llevó a que se comenzara a propagar información falsa por redes sociales que mucha gente reproduce. Se dijo que Cibell era narcotraficante y que vendía armas, que operaba desde la cárcel convertida en todo un capo de la droga, también se dijo que se había lanzado como candidata a la Asamblea Nacional Constituyente, bulo que corre hasta la emisión de este articulo y que sin duda continuará.

Después de que se hiciera pública una foto en la que salía con su madre, muchos aseguraban haberla visto en el oriente del país, mientras que otros decían que estaba en Colombia. También se dice que está en el Líbano y que formó una familia.

Lo cierto es que desde hace más de una década no hay certeza de qué fue de la vida de Cibell.

Del gato, el detonador de toda la tragedia, se supo a través de algunos periodistas cercanos al caso, que fue recuperado por la madre de Cibell, la señora Salam Yordi, luego de la detención y posterior enjuiciamiento de su hija.

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