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6 diferencias claves entre la tragedia de Las Tejerías y la de Vargas

La reciente tragedia en Las Tejerías trajo a la mente de los venezolanos el fantasma de la tragedia en Vargas hace ya más de dos décadas. Hay muchas similitudes en ambos casos y también distinciones necesarias de resaltar l Por María José Dugarte y Ariana Briceño Rojas

Daniel Hernández |El Estímulo
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De súbito Las Tejerías y Vargas perdieron todo bajo el mismo evento geológico: un deslave que se produjo en lo más alto de las montañas tras varios días de lluvia. A pesar de ser el mismo fenómeno, el contexto de cada localidad es distinto, especialmente por los tiempos políticos y económicos en que se produjo.

En esta nota, El Estímulo presenta en claves las principales diferencias entre una tragedia y otra.

1. Varias quebradas activas

Según expertos consultados por El Estímulo, durante la tragedia de Vargas se activaron alrededor de 51 quebradas o más. Esto significa que había 51 corrientes de agua, lodo y rocas bajando desde las montañas. Mientras que en Las Tejerías se activaron solo cinco quebradas, siendo la principal la de Los Patos, que pasaba por los caseríos más poblados del municipio Santos Michelena.

2. Menor población en el camino

En Las Tejerías el municipio más afectado por la colada de barro fue el Santos Michelena, que hasta el 2011 – cuando se realizó el último censo nacional – albergaba 38 mil habitantes.

En Vargas fueron afectados mayormente Macuto, Caraballeda y Naiguatá, que en conjunto sumaban 67.858 habitantes según datos de la Oficina Central de Estadística e Informática (OCEI), actual Instituto Nacional de Estadística (INE).

Es por esta razón que la tragedia de Vargas registró mayor cantidad de muertos y desaparecidos, hasta 30.000 y 15.000, respectivamente. En Las Tejerías, hasta el martes 11 de octubre, se contabilizaban 43 muertos y más de 60 desaparecidos.

3. Alertas sobre lo que podría suceder

En Vargas, ante las lluvias torrenciales seguidas del mes de diciembre de 1999, las autoridades alarmaron progresivamente a la población sobre lo que podría suceder.

El 5 de diciembre, la Protección Civil informó 200 viviendas destruidas por las lluvia; el 6 diciembre la Fuerza Aérea indicó que estaba lloviendo más que el promedio histórico; el 10 de diciembre se registran los primeros deslaves; el 14 de diciembre los bomberos consideran decretar estado de alarma; y el 15 de diciembre se produjo el deslave mayor: la tragedia.

En Tejerías, aunque llovió fuertemente y las quebradas se desbordaron días antes de la tragedia, el Estado no evacuó ni advirtió a la población sobre lo que podría suceder.

4. Acceso a la fuente

Durante la tragedia de Vargas y los días posteriores, la prensa nacional e internacional tuvo acceso a las zonas afectadas y posibilidad de conversar directamente con las víctimas del deslave.

En Las Tejerías, la situación es completamente diferente. En medio del deslave, la gobernadora del estado Aragua, Karina Carpio instó a la población a no publicar videos y fotos de la tragedia para «no generar angustia en la población».

La censura se intensificó el lunes 10 de octubre, pues a los periodistas que quería acercarse a la zona afectada, la Fuerza Armada le solicitó acreditación del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información (Minci). En paralelo, Remigio Ceballos, ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores y vicepresidente de Gobierno para la Seguridad Ciudadana, afirmó que la prensa era un estorbo.

5. Dependencia de la zona industrial y zonas con poder adquisitivo

En Las Tejerías no solo las casas resultaron destruidas, la zona industrial también recibió los embates de la lluvia y las pérdidas aún son incalculables. Al menos 15 empresas resultaron fuertemente golpeadas y algunas incluso reportan perdidas completas. Al drama de las muertes, los desaparecidos y los damnificados se le suma otro más: los empleos de las zonas están comprometidos, porque las industrias también lo están.

Las Tejerías posee dos zonas industriales de vital importancia para el estado Aragua y también es la tercera zona industrial per cápita para el país, con un compendio de empresas importantes como Mack de Venezuela, Galletera Puig, Concrecasa, La Montserratina y la ensambladora de vehículos Chery.

Los sectores más afectados por el deslave son precisamente los que están alrededor de las zonas industriales. Sus habitantes viven en zonas vulnerables y gran parte del población trabaja en los distintos galpones e industrias de Las Tejerías. Por eso, el drama de estas comunidades es mayor. No solo son sus casas y sus pertenencias, sus ingresos también están en riesgo.

El tamaño de la tragedia puede medirse por una simple vista al mapa en Google. Los reportes de daños en empresas como la ensambladora Chery y la calle del matadero pueden visibilizar el radio de acción de la vaguada.

6. Las promesas del chavismo

Maduro hizo la misma promesa que hace ya más de dos décadas haría Hugo Chávez ante la tragedia de Vargas. Reconstrucción total, ayuda a las víctimas, apoyo para familias y comercios.

“Tengan la seguridad todos los comerciantes, tengan la seguridad todos los vecinos, quevamos a recuperar hasta el último comercio y hasta la última casa. Vamos a construir una casa nueva para cada quien, con la Gran Misión Vivienda Venezuela. Tengan la seguridad”, dijo.

“Conseguimos edificios cercanos con 200 apartamentos y quizás, con un trabajo intenso, podamos terminarlas en dos meses”, aseveró.

También pidió a los habitantes de Las Tejerías un voto de confianza: “Hemos visto destrozos, centenares de casas y negocios destrozados, con pérdida total. Cuenten con todo el apoyo del gobierno bolivariano que presido. Nadie se va a quedar sin vivienda (…) Pido a aquellas personas que hayan perdido completamente su casa, un voto de confianza”, expresó.

¿Qué pasó en Vargas? Tras la tragedia y por el gobierno de Chávez ordenó que el Comando Unificado de las Fuerzas Armadas (Cufan) asumiera el mando único para intervenir en la zona afectada, y pasó a tener bajo sus órdenes las acciones de los Ministerios de Infraestructura, Salud, Ambiente, Protección Civil y del Fondo Único Social (FUS).

El 11 de enero de 2000, el expresidente Hugo Chávez rechazó el envío de dos navíos estadounidenses que transportaban a 450 ingenieros de la Armada y los Marines, así como tractores, bulldozers y maquinaría de ingeniería.

No es hasta 2005 que se decide emprender un nuevo plan de reconstrucción que llevó por nombre Plan Vargas 2005 para completar 94 obras. Todo ello estuvo bajo la coordinación del entonces ministro de Interior y Justicia, Jesse Chacón, y contó con una inversión de 427 millones de dólares. El plan se enfocaba en minimizar riesgos de desbordamiento futuros. Sin embargo, no existen registros sobre el dinero y las obras invertidas.

El ingeniero hidráulico de la Universidad Central de Venezuela (UCV), José Luis López, declaró a la BBC Mundo que «gran cantidad de viviendas se mantienen o se han reconstruido en los mismos márgenes de las quebradas, en las gargantas de los torrentes y en áreas al pie de laderas inestables» que se inundaron o derrumbaron en 1999.

También señaló que muchas de las canalizaciones y represas construidas tras el desastre para contener el agua van camino de quedar inservibles por la falta de mantenimiento.

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