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Educación y sensibilidad ambiental: así es la primera escuela sostenible de Venezuela

Con apoyo de la Embajada de Francia en Venezuela, el proyecto Lata de Agua impulsa un modelo innovador de desarrollo sostenible y sensibilización ambiental en la Unidad Educativa María Virgen Misionera en el estado Carabobo

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Muy cerca del Lago de Valencia, en Carabobo, está la Unidad Educativa María Virgen Misionera, que se convirtió en la primera escuela sostenible de Venezuela con apoyo de la Embajada de Francia y su proyecto Lata de Agua.

Paneles solares, un sistema de tratamiento de agua de lluvia, un calentador de agua solar y programas de formación para niños y miembros de la comunidad escolar forman parte del innovador proyecto.

Para adaptar la escuela se consideraron los planes de desarrollo sostenible mundiales y la sensibilización para afrontar los problemas ambientales y energéticos que les afectan diariamente.

Encuentro del embajador Romain Nadal con los niños que estudian en la escuela. Foto: Daniel Hernández.

La experiencia de esta primera escuela sostenible en Valencia maneja una serie de ecotécnicas, innovaciones tecnológicas y programas de sensibilización que se diseñaron con la finalidad de preservar y restablecer el equilibrio entre la naturaleza y las necesidades humanas.

La escuela cuenta con todo el equipamiento necesario para generar energía y potabilizar el agua. Este es el techo de la institución durante un recorrido el día de inauguración. Foto: Daniel Hernández.

Todo el proyecto se diseño para que los niños y otros miembros de la escuela puedan conocer y aprender de estas tecnologías, pero especialmente utilizarlas para proveerse de unas condiciones ambientales mucho más armónicas.

¿Por qué Valencia?

Para el arquitecto, fundador y director de Lata de Agua, Laurencio Sánchez, la elección de esta comunidad escolar, para desarrollar este proyecto, tiene que ver por la cercanía con el Lago de Valencia debido a que las condiciones en las que se otorga agua a toda la región central no son idóneas con relación a la calidad del agua.

El problema de la cuenca del Lago de Valencia es uno de los problemas ambientales más importantes en toda la región latinoamericana.

El proyecto Lata de Agua ideó un sistema para recolectar y sanear el agua de lluvia, algo necesario debido a la falta de agua corriente diariamente en la zona donde está la escuela. Foto: Daniel Hernández.

«Estos son escenarios que se van a agravar en el futuro para estos niños y una escuela sostenible es acceso a la tecnología, al conocimiento y a la sensibilidad. Es un reconocimiento de su ecosistema local para que puedan ser ciudadanos muchos más empáticos con sus entornos, que va a redundar en una mejor calidad de vida en su edad adulta», dice Sánchez.

El proyecto Escuela Sostenible Lata de Agua se materializó gracias al apoyo de la Embajada de Francia en Venezuela, en el marco del apoyo del gobierno francés al fortalecimiento de la sociedad civil venezolana a través del programa “Proyectos Innovadores de la Sociedad Civil y Coaliciones de Actores” – PISCCA.

El agua servirá para surtir comedores, baños y los bebederos del centro educativo de Valencia. Foto: Daniel Hernández.

Este trabajo se desarrolla en alianza con la comunidad escolar, la organización Arqbiental y la asociación ABC Prodein.

«La crisis climática y de la biodiversidad son hoy el principal desafío para nuestro mundo, cada vez más interdependiente. Para Francia y su diplomacia, se trata de un tema de movilización absoluta a todos los niveles. Por ello, es un orgullo para nuestra Embajada poder contribuir a proyectos concretos liderados por la sociedad civil venezolana y que cambian la vida de las comunidades, como lo es Lata de Agua», expresa Romain Nadal, Embajador de Francia en Venezuela.

La reforestación de la zona también es parte del proyecto. Este es el embajador de Francia en Venezuela sembrando un árbol. Foto: Daniel Hernández.

Lo que verán los miembros de la escuela:

En la Unidad Educativa María Virgen Misionera se está instalando:

  • Un sistema Lata de Agua de suministro a partir de la captación, tratamiento y almacenamiento de lluvia para mejorar la calidad de agua en la escuela.
  • Pozos de infiltración para reducir las inundaciones de la escuela, recargar acuíferos y humedecer el suelo.
  • Un calentador solar de agua para surtir de agua caliente a la cocina y las duchas de la escuela.
  • Un sistema fotovoltaico para refrigerar alimentos del comedor escolar y energizar la bomba de agua del sistema Lata de Agua.
La escuela no solo tiene herramientas para ser sustentable, sino que ideó un plan para educar a sus miembros y sacar a provecho de cada instalación mediante programas formativos. Foto: Daniel Hernández.

En paralelo a estas acciones, también se promueven actividades de sensibilización, educación y concienciación con:

  • El programa Llueve y Aprendo para sensibilizar hacia el cuidado del medio ambiente, el uso de energías alternativas, el reciclaje y adaptación climática.
  • Un mural con un diseño alusivo al desarrollo sostenible.
  • Un manual docente para escuelas sostenibles, que pueden usar todas las escuelas del país.
Las maestras fueron las primeras en promover las vías para aprovechar todo el potencial que ahora tiene la escuela para sus miembros y la comunidad vecina. Foto: Daniel Hernández.

Un futuro mejor: el motivo detrás del proyecto

«Las escuelas sostenibles, como nosotros las concebimos en Lata de agua, son lugares donde se enseña desde la práctica, desde la acción local de sus habitantes y la toma de decisiones en el entorno. Es dar herramientas a los niños que más adelante serán ciudadanos, para adaptarlos al cambio climático», explica Laurencio Sánchez.

Con esta iniciativa se beneficiarán más de 1.300 alumnos, más de 50 trabajadores de la escuela y los adultos mayores de la comunidad aledaña.

Parte de los niños que estudian en el plantel educativo ya comenzaron a recibir formaciones sobre sustentabilidad, medioambiente y los ODS. Foto: Daniel Hernández.

Esta iniciativa, que comenzó en octubre de 2022, está enmarcada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en el artículo 107 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que establece la educación ambiental como obligatoria en los niveles y modalidades del sistema educativo, así como también en la educación ciudadana no formal.

Este proyecto le da continuidad al trabajo que está realizando Lata de Agua con foco en las escuelas y comunidades para promover el modelo de suministro de agua a partir de la recolección de agua de lluvia.

La inauguración de la escuela sostenible es una de las últimas tareas del embajador antes de regresar a Francia. Foto: Daniel Hernández.

La primera iniciativa se desarrolló en Barrio Nuevo, en el año 2020, con la instalación del sistema Tinajero Lata de Agua en las escuelas EBN-Pedro Felipe Camejo, el CEIN Fermín Toro y en el ambulatorio Las Casitas. Además, se instalaron en cada escuela lavamanos, que funcionan con agua de lluvia, para prevenir el COVID-19.

Los niños pudieron compartir con alumnos de otros grados escolares durante el evento inaugural. Foto: Daniel Hernández.

Posteriormente, en el año 2022, se inauguró el Tinajero Agrícola en la Escuela Nuestra Señora del Encuentro en el Mirador del Este. Ambas intervenciones fueron realizadas en el sector popular de Petare, en Caracas, también con el apoyo de la Embajada de Francia.

Lata de Agua es un proyecto de innovación social que ofrece un modelo de suministro de agua alternativo y sustentable a partir de la captación, almacenamiento y tratamiento del agua de lluvia en Venezuela.

El mural que ahora forma parte de las instalaciones de la escuela. Foto: Daniel Hernández.

El modelo ofrece más y mejor agua a comunidades vulnerables en distintas regiones del país durante al menos siete meses al año.

Se trata de una solución armónica y respetuosa con el medio ambiente al grave problema de escasez del agua en Venezuela, involucrando a las comunidades en la solución de sus problemas hídricos.

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