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Diez días en huelga de hambre: hipoglucemia afecta a jubilados de PDVSA

Aunque la protesta es riesgosa y algunos han vuelto a casa, una parte de los jubilados de PDVSA se mantiene firme y expresa que no se irán hasta conseguir que les paguen el dinero que trabajaron. Esta galería muestra las condiciones en las que estaban en su noveno día de lucha

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El pasado miércoles 4 de octubre se cumplieron 9 días desde el inicio de la huelga de hambre de jubilados de PDVSA en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Los extrabajadores, que provienen del estado Falcón, exigen que se les pague su jubilación.

Tras hacer un recorrido por la UCV para conversar con los jubilados de PDVSA, El Estímulo habló con Marlon Bermúdez, un jubilado que trabajó 30 años en la petrolera de Paraguaná y expresó son 37.500 jubilados los afectados por el incumplimiento del pago de las jubilaciones, que para muchos serviría como fondo de retiro.

Bermúdez indicó que el pago consistía en un ahorro de 3% por parte del trabajador y un 9% que provenía de PDVSA, lo que daba un 12% mensual en ahorro neto para cada trabajador. Sin embargo, este dinero se entregó hasta 2014.

Los extrabajadores denunciaron que el chavismo incumplió con el pago de la jubilación. Los huelguistas señalaron que el dinero desapareció durante la gestión de Rafael Ramírez y los últimos cuatro gerentes de la empresa estatal petrolera.

Hasta este miércoles, los huelguistas de PDVSA se mantenían en la Plaza del Rectorado de la UCV para protegerse de la inseguridad, pero ya la mitad del grupo que llegó está afectado debido a descompensaciones y otros enfermedades. Algunos de ellos se han desmayado y uno decidió retirarse de la protesta.

Miembros del personal de salud que trabaja en la UCV explicaron que varios fueron diagnosticadoscon hipertensión e hipoglucemia, dos efectos negativos por la falta de ingesta alimentaria.

Los huelguistas de PDVSA tuvieron que acudir a las instalaciones de la UCV porque la sede de la compañía en La Campiña, entre Plaza Venezuela y La Florida, se encuentra custodiada por funcionarios de inteligencia y seguridad.

Su esperanza y exigencia es una: que los directivos de PDVSA abran una mesa de negociación y les entreguen su dinero.

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