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De los Armas a los Cabrera, cuatro familias venezolanas con estirpe de beisbol (+videos)

Ramón Cabrera fue ascendido esta semana por los Rojos de Cincinnati y al momento de debutar en las Grandes Ligas logrará algo especial… tan especial, que solo ha ocurrido cuatro veces en la historia del beisbol para una familia venezolana.

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Hace 15 años, su padre Alex ejerció el rol de primera base con los Cascabeles de Arizona y disparó un jonrón en su primer turno en las mayores. Ambos integran ahora la cuarta pareja de padre e hijo criollos que han llegado a la máxima categoría de la pelota estadounidense, una lista que inauguraron Antonio y Tony Armas; y que aumentaron Pablo y Steve Torrealba; junto con José y Edwin Escobar.

“Es una dicha que Dios me puso en este camino y tener a un gran padre que me sirve de ejemplo como pelotero y como persona. Debo tratar de seguir sus buenos pasos”, señaló Ramón Cabrera vía telefónica desde Estados Unidos, donde aguarda con impaciencia por su estreno en la gran carpa. “Mi papá ha sido una gran motivación toda mi vida. Siempre me ha aconsejado, acompañado y apoyado. Lo primero que hice cuanto supe que me subieron fue llamarlo a él y a mi mamá. Me dijo que estaba orgulloso de mí y que vendría a verme pronto”, esbozó.

Los pioneros
Antonio Armas tiene mucho que contar a la hora de hablar de pelota. Entre otras cosas, es uno de los jonroneros más importantes de la historia del beisbol venezolano; un hombre que se mantuvo activo durante 14 temporadas en las Grandes Ligas, pegó la bicoca de 251 cuadrangulares en la gran carpa, representó al país en un Mundial Juvenil y fue invitado a un par de Juegos de Estrellas. Eso sí, cuando sale a la calle junto a su hijo Tony, el protagonismo es compartido.

«A los dos nos identifican por igual y nos piden autógrafos y fotos», sonríe Armas al referirse a su hijo, que lanzó 185 juegos en las mayores, 274 innings en la pelota rentada y defendió a Venezuela en la primera edición del Clásico Mundial. «El beisbol nos ha dejado grandes y buenos recuerdos, pero si me preguntan cuál es el que atesoro con más cariño, tengo que decir que es el día del debut de Tony en las Grandes Ligas. Ese día lo llamaron desde Doble A para lanzar en un partido contra los Gigantes de San Francisco. Lo recuerdo como si fuese ayer», rememora.

Y tiene toda la razón. El escopetero lanzó seis entradas de una carrera limpia contra el elenco de la bahía californiana aquél 16 de agosto de 1999, día que marcó su estreno en las Grandes Ligas.

En la casa de Antonio Armas, en Puerto Píritu, existe una habitación en la que reposan una amplia colección de pelotas autografiadas, fotos, placas, guantes, tacos y el Bate de Plata que conquistó en 1984 con Boston. Una especie de Salón de la Fama personal. En medio de la exhibición sobresale una pintura que refleja a Tony, con el uniforme de los Expos de Montreal.

«Me la regaló él. La verdad es que fue una bendición que le gustara tanto el beisbol como a mí y que trabajara duro para surgir en una profesión tan complicada. Uno piensa lo difícil que es llegar a las Grandes Ligas y te das cuenta de lo grande del logro que compartimos. Es una gran suerte que un padre vea a un hijo llegar a las mayores. Por eso le deseo lo mejor a Ramón (Cabrera) y le envío un gran saludo a Alex. Sé lo que debe sentir en estos momentos. Para mí, ver a un hijo en las Grandes Ligas es una gran suerte y de las mejores cosas que le pueden suceder a un padre», celebra.

Además de este cuarteto de pareja padre e hijo, el cronista Ignacio Serrano encontró a otras seis familias venezolanas que han tenido más de un representante en la gran carpa: Pompeyo Davalillo y su hermano Víctor Davalillo; Roger Cedeño y su sobrino Yangervis Solarte; César Izturis y su hermano Maicer Izturis, Guillermo Rodríguez y su hermano Guilder Rodríguez. Además están los casos de Marcos Armas (hermano de Antonio y tío de Tony) y de Ángel Escobar, sus primos José Escobar, Alcides Escobar y Kelvim Escobar, y su sobrino Edwin Escobar, el hijo de José.

Es que hay peloteros que nacieron con el talento en la sangre.

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