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Vinotinto: Algo más que “salirse a matar”

No encuentre en esta lectura un espacio motivacional para creer que Venezuela  puede ganar mañana en Fortaleza. Ese desempeño se lo dejo a los que mejor saben hacerlo, a Anthony Robbins, a Álex Rovira, o al mancillado Paulo Coelho.

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Foto: Fabiola Ferrero

La afrenta de mañana es durísima y tocó en el peor momento de juego de la Vinotinto, pero también en el de Brasil. A tenor de las funestas estadísticas ante el gigante amazónico, el ejercicio en el análisis no pasa por convertirse en un predicador de la esperanza: es descifrar con qué modos Noel Sanvicente y sus dirigidos pueden recobrar, en el Estadio Castelao, la confianza hipotecada de quienes hoy poco creen en la Selección.

1. Un extra: Decía Salomón Rondón luego de la dolorosa caída ante Paraguay, que contra Brasil había que “salirse a matar”. Pero en el nordeste del país vecino debe haber algo más que dejar el pellejo en la cancha. Nadie pone en duda el profesionalismo de los jugadores y que salen cada partido a darlo todo, por lo que, además del “camión de bolas”, los once en la cancha deben mantener el orden, evitar las desatenciones y aprovechar el más mínimo error rival. Se dice fácil, claro, y es utópico si se contrasta con lo recientemente mostrado y viendo a quién se tendrá en frente, pero alcanzarlo será el punto de partida para invitar de nuevo a los desilusionados a creer que este camino lleva a alguna parte.

2. Mejorar el juego también será ganancia: La obsesión por alcanzar un resultado positivo viene dada por el compromiso autoimpuesto por el cuerpo técnico y la presión de la afición, pero en una eliminatoria a la que le restan 17 partidos, encontrar equilibrio en todas las facetas del juego, recuperar la idea y que el equipo sepa interpretar en la cancha el concepto de Sanvicente, servirá para reconstruir la confianza en este proceso. Sacar los puntos perdidos en Cachamay de Fortaleza, será extremadamente difícil, por no decir imposible, pero hay otra cosecha que puede servir para una competencia que dura dos años.

3. Recuperar la solvencia: De boca para afuera, el equipo de Dunga dice respetar y tener prudencia con Venezuela, pero se sabe que en la realidad, la canarinha va a salir a tragarse a la Vinotinto. No solo quieren ganar, quieren pulverizar al contrario. Por eso, no queda duda que el dominio de la pelota será brasileño. Bien, pero ¿cómo ganó Paraguay?: sin desgastarse y aprovechando el error. Colombia venció a Perú sabiéndose defender. Uruguay capitalizó la pelota parada para ganar en la altura asfixiante. Ecuador mató a Argentina al contragolpe… La necesidad imperiosa de mejorar en ataque, punto crítico en la era Sanvicente, estará a prueba más que nunca: pasará por articular de la mejor manera los movimientos de quienes tengan la responsabilidad de aprovechar las escasas ocasiones que seguramente generará Venezuela de cara al arco contrario. No será un tema de protagonistas, será un asunto de funcionamiento, ese que en el proceso anterior no gustó a algunos, pero alegró a bastantes.

La idea de juego entró en una etapa de juicio público que ha puesto en vilo, más pronto de lo esperado, la continuidad de Sanvicente. Dándole incluso el crédito de que el marcador final de mañana no sea favorable, él y su grupo tienen en sus manos demostrar que el “Concepto Chita” puede adaptarse al desempeño de la generación de futbolistas venezolanos más importante de la historia.

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