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Real Madrid - Barcelona: El día que Cataluña se independizó

Si el Barcelona, como dice el lema, es más que un club, la representación de una nación, en el Clásico del 0-4 no quedó duda: esa nación es más competente y merece gobernarse sola. Eso sí, que siga jugando en la liga de los españoles

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Era un Clásico lleno de simbolismos, mucho más allá del fútbol. El parlamento de la región autónoma de Cataluña acaba de hacer un llamado abierto a desconocer la institucionalidad española, como primer paso a la independencia. Un día antes se cumplió el aniversario de la muerte de Francisco Franco, el dictador al que, según la leyenda negra del equipo blanco, se deben unos cuantos títulos del Real Madrid. Por cierto, Franco está sepultado en uno de los lugares más extraños y repulsivos del mundo, el Valle de los Caídos, con una cruz gigante pavosísima. Algo así como el centro energético del Opus Dei.

Flota la sensación de que posiblemente estamos ante los últimos Clásicos, aunque si al final Cataluña se separa, lo más probable es que se encuentre alguna solución deportiva: sería un absurdo que el Barcelona juegue en una liga catalana junto al Espanyol, el Lleida, el Tarragona y vaya usted a saber quién. En todo caso, si el Real Madrid representa la unidad de España, el 0-4 de este sábado fue la fragmentación. En el día que España más lo necesitaba, el Madrid le falló.

El lema del Barcelona dice que es más que un club: la representación del pueblo catalán. Pues entonces ese pueblo ha demostrado que es mucho más competente y merece separarse. Eso sí, que se lo presten a la Liga y que haya Clásicos para siempre.

Si Real Madrid y Barcelona salieron con esquemas parecidos, 4 defensas, 3 mediocampistas, 3 atacantes, y se supone que todos son muchachos bien comidos y bien pagados, ¿por qué tanta diferencia en la cancha? ¿Por qué un 0-4 que cagado de la risa pudo ser un 0-7? ¿Por qué, Dios mío, por qué? ¿Acaso Rakitic es mucho más que Modric? ¿Acaso un tal Sergi Roberto, que en el primer tiempo parecía Messi, es mucho más que Bale? (respuesta: quizás sí)

La respuesta es simple y muy probablemente usted ya la sabe: el Barcelona es una filosofía y el Real Madrid está hecho a realazo limpio. En el Barcelona se va un técnico (Rijkaard o Guardiola) y llega otro (Luis Enrique) y seguramente hay algunas pequeñas variaciones de matices, pero la escuela de fondo es la misma y tiene un nombre rector: Johan Cruyff, el mismo que hoy sufre cáncer de pulmón por pasársela en una fumadera.

La política de fichaje del Barcelona ha sido mucho más coherente. Sin hacer tanto ruido, reunió quizás a los tres mejores del mundo en este momento: Messi (por rara vez un suplente segundón este sábado), Luis Suárez (qué pedazo de delantero) y un Neymar que por fin está confirmando lo que asomó en el Santos. Mientras tanto, el Madrid tiene al fiasco de Christian Bale, que de manera similar a como pasó con Beckham, le ha quedado grande la liga española.

Es cierto, Xavi se jubiló, y a Iniesta quizás no le queda demasiado en el tanque (¡pero cómo la clavó por todo el ángulo!). ¿Quién vendrá después? En todo caso, la suma de una filosofía es más que las partes. Modric, Kroos y James Rodríguez son tremendos jugadores, quién lo duda, también Marcelo y Benzema, pero en cuanto a planes maestros, el Madrid va palo atrás. Rafa Benítez es probablemente el técnico blanco más mediocre de los últimos tiempos, merece el Wanderley Luxemburgo de Oro. Una institución que carece de continuidad, más allá de la trampa cazabobos del fichaje de moda, con una debilidad crónica en el sector defensivo. Desengáñense, el Madrid no está hoy en capacidad de salirle de igual a igual al Barca, como tampoco la Vinotinto ante Ecuador. ¿Casemiro, dónde andabas?

Desde que Cruyff tomó las riendas del Barca en 1988, los azulgranas tienen 13 títulos de Liga y 5 de Champions League de Europa. En el mismo período, el Real Madrid lleva 9 Ligas y 4 Champions. Dos grandes equipos, quién lo duda, pero la proyección da para que en algún momento de este siglo el Barca alcance al Madrid. Si es que siguen juntos en la misma Liga, ojalá, aunque no en el mismo país.

¿Que viva España? Que viva la caña, dirá esta noche el madridismo despachado y arrecho que le silbó a Cristiano Ronaldo. Y van ya unas cuantas.

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