Los Luis-Vicente-Leones del mundo están preocupados porque la economía de China solo está creciendo 7% cada año, cuando lo habitual era más de 10% (se los cambio por el -6% de Venezuela en 2015). Las finanzas de un país son algo mucho más complejo que esos macroporcentajes. En todo caso, el presunto enfriamiento del motor chino no se está notando en el fútbol.
Los 16 equipos de la Súper Liga Ping Ping (o primera división del gigante asiático), que arranca su temporada número 13 el viernes 4 de marzo, han soltado más de 250 millones de dólares para atraer a 36 jugadores de otras partes del mundo. El más reciente y probablemente el de mayor nivel futbolístico: el delantero Ezequiel Lavezzi, finalista con Argentina en el Mundial Brasil 2014, que pasó del París Saint Germain al recién ascendido Hebei China Fortune. Una inversión superior a la que hicieron, juntas, las ligas de Inglaterra (181 millones de dólares) y España (62 millones) durante la apertura del mercado de pases en el invierno boreal.
Y la cifra puede seguir creciendo antes del viernes 26 de febrero, cuando se cierran los fichajes, pues todavía queda un puñado de cupos no utilizados para extranjeros (cada equipo puede contratar cuatro foráneos más un “comunitario”, es decir, de otros país de Asia o de Australia).
“Desde que llegué a esta liga, sabía que estaba en crecimiento, gracias al apoyo financiero que tiene. Y va a seguir creciendo: se ve en la calidad de los estadios, los centros de entrenamiento o la organización. Todo está creciendo, todo. Dentro de poco seguro China será una potencia del fútbol”, vaticina por teléfono el vinotinto Mario Rondón, delantero del Shijiazhuang Ever Bright (prepárese para muchos otros nombres así en este artículo), un equipo que subió a la primera división en 2015 y alcanzó un meritorio séptimo puesto, con 6 goles del venezolano.
Rondón llegó a la Super Liga el año pasado, antes del gran boom de fichajes de 2016, y a precio de Tiendas Traki (900.000 dólares). Es el único representante tricolor en la primera división del país más poblado del planeta.
Hasta hace poco, decir que uno jugaba en China era como haber sido enviado a un gulag en Siberia. Ahora Rondón puede darse bomba ante cualquiera de sus compañeros en la Vinotinto: está en el torneo de moda, aunque todavía no lo transmitan por ESPN. Y probablemente falta bastante para esto último.
Carnada de billetes
¿Quiénes son esos grandes fichajes que han hecho la ruta de Marco Polo en 2016? Aquí es donde conviene ponerse desconfiado. En realidad, ninguno es una verdadera súper estrella: el volante de enganche Alex Teixeira, que ni siquiera ha debutado con la selección absoluta de Brasil (el ex Shahktar Donestk de Ucrania le costó 56 millones de dólares al Jiangsu Suning, una de las 20 contrataciones más gruesas de la historia del fútbol mundial). El delantero colombiano Jackson Martínez (47 millones, del Atlético de Madrid al pentacampeón Guangzhou Evergrande). El volante defensivo brasileño Ramires (ex Chelsea, 31 millones). El extremo marfileño Gervinho (ex Roma, 20 millones). Otros dos colombianos, además tocayos: el todoterreno Fredy Guarín (ex Inter de Milán, 14 millones) y el atacante Fredy Montero (ex Sporting de Lisboa, 6 millones), entre otros.
La transacción de Ezequiel Lavezzi no es tan llamativa por lo que costó el pase en sí (6 millones de dólares), sino por lo que ganará el argentino: 20 millones. La prensa argentina especula que esta es la razón por la que su ex novia, la modelo Yanina Screpante , se volvió a reconciliar con él luego de un entretenido escándalo rosa y se irá a acompañarlo a China.
Otras ligas de fútbol se han tratado de construir a realazo limpio, como las de Estados Unidos o Qatar. La Súper Liga Ping Ping tiene una diferencia: no está contratando a casi cuarentones con los cartuchos gastados, como el español Raúl. El promedio de los 36 extranjeros que han llegado es de 27,5 años de edad. La estrategia de los chinos se ha basado en detectar a jugadores que se sentían descontentos o subutilizados en sus clubes (caso de Jackson Martínez en el Atlético de Madrid, aunque al parecer tampoco se fue muy contento al lejano Oriente) o a equipos que necesitaban urgentemente cash, como el brasileño Corinthians, que vendió de un solo guamazo al defensa Gil y a los volantes Ralf y Renato Augusto por un total de 20 millones de dólares.
En estos futbolistas se han invertido cantidades muy superiores a su valor real de mercado: en otras palabras, Alex Teixeira no es más futbolista que el chileno Alexis Sánchez (49 millones de dólares pagó el Arsenal para traerlo del Barcelona en 2014), por decir algo. Es decir, con estas cantidades exorbitantes, se están subsidiando las implicaciones negativas de irse a jugar a China: el escaso nivel futbolístico del país (número 93 del mundo en el ranking FIFA); la lejanía geográfica; la invisibilidad de la liga en la TV internacional; cambiar la aspiración a la Champions League de Europa por la Champions League de Asia y tal vez un Mundial de Clubes; la reducción de las posibilidades de que estos jugadores sean convocados a sus selecciones nacionales; y en caso de que lo sean, los interminables viajes (hasta 24 horas haciendo escalas, en el caso de Mario Rondón).
El portero tiene que ser chino
Quizás más impresionantes que los nuevos fichajes, son algunos de los entrenadores que trabajan ya en China: dos ex seleccionadores de Brasil, Luiz Felipe Scolari (Guangzhou Evergrande) y Mario Menezes (Shabdong Luneng), el sueco Sven-Goran Eriksson (Shanghai SIPG) o el italiano Alberto Zaccheroni (Beijing Guoan).
Los equipos de China suelen tener detrás a grandes consorcios de Internet o de bienes raíces: de allí los “apellidos” que vienen los nombres después de las ciudades, como Evergrande, Ever Bright, Greentown o Greenland. Es decir, una economía que huele a burbuja. “Pero estos clubes tienen una ventaja: su mercado de consumidores, que es uno de los sectores mejores posicionados en medio de las recurrentes dudas que despiertan en Occidente las finanzas de China”, señala Andrew Flowers en FiveThirtyEight.com, un portal de análisis estadísticos aplicados a situaciones sociales.
“En la temporada de 2015, se agotaban las entradas de mi equipo tres o cuatro días antes de los partidos del fin semana. Jugar siempre en un estadio full ante 40.000 personas en casa, la cantidad de gente que hay en China, es otra motivación. Me gusta estar aquí”, relata el Marco Polo venezolano, Mario Rondón. Y agrega: “Tácticamente, los jugadores chinos no son, que te diga, muy buenos. Pero con todos estos entrenadores extranjeros de primer nivel, se está incrementando el nivel”.
El presidente chino Xi Jinping (que últimamente tiene un poco abandonado a Nicolás Maduro) se ha tomado selfies con futbolistas como Sergio Agüero y ha colocado como un plan de Estado que China organice el Mundial de fútbol antes de 2030 y lo gane antes de que acabe el siglo. Para compensar las deficiencias de los chinos en deportes de conjunto, se han desarrollado iniciativas como el Proyecto Wanda: enviar niños a entrenar a las filiales menores de clubes españoles.
El perfil del extranjero que se busca en China está más o menos establecido: volantes ofensivos o delanteros sudamericanos o africanos. Defensas centrales o mediocampistas defensivos balcánicos, escandinavos o australianos. Se privilegian virtudes como la velocidad, la estatura física y la estabilidad emocional (cero escándalos, parrandas o antecedentes de constantes cambios de clubes).
Una curiosidad resaltada por el periodista español Francisco Cabezas en el diario El Mundo de Madrid: los equipos chinos jamás contratan guardametas extranjeros. Dentro de su todavía limitada concepción del fútbol, en China se sigue pensando que es más importante evitar goles que anotarlos. Consideran a los porteros como los grandes héroes de los partidos, y reservan ese protagonismo para los muchachos de casa.
Se solicita traductor
¿Está pensando en un trabajo lucrativo fuera de Venezuela? Evalúe la posibilidad de ser traductor en el fútbol de China. Los equipos los contratan por racimos. El idioma no es una barrera, según el venezolano Mario Rondón: “Por eso no hay ningún problema. Todos los equipos tienen traductores. En mi club, el entrenador es un búlgaro (Yasen Petrov) y él habla inglés. Los cinco extranjeros de nuestro equipo casi todos entendemos inglés. Los futbolistas chinos cuentan con traductores que les transmiten las órdenes del entrenador a su idioma. Tengo un compañero portugués (el mediocampista Rubén Micael) y a los dos nos han puesto traductores personales que nos acompañan para todos lados, aunque ya yo sé algunas cosas en chino. Dificultades no he tenido alguna. Conozco a Jackson Martínez y a Fredy Guarín de Portugal y estoy seguro de que se van a adaptar de inmediato. Este un fútbol parecido al portugués, rápido y agresivo”.
Según el colombiano Carmelo Valencia, con amplia experiencia allá, “se usa mucho el juego aéreo y los chinos pegan bastantes patadas”.
Las aspiraciones del Shijiazhuang Ever Bright: “Mejorar el séptimo lugar de la temporada 2015. Los once titulares continuamos en la plantilla, nos conocemos más y estamos más adaptados. Conocemos al entrenador y él nos conoce. En cuanto a la Vinotinto, hablé con Chita en enero y él sabe que puede contar conmigo. Estoy aguardando dar mi contribución si soy convocado para los juegos de la eliminatoria en marzo”. Mario Rondón no se cuenta entre los 15 internacionales que firmaron la polémica carta del pasado noviembre en rechazo a la actual directiva de la Federación Venezolana de Fútbol.
Los fichajes más importantes de la Súper Liga Ping Ping de China para la temporada 2016:
Alex Teixeira (Brasil, 26 años) Jiangsu Suning $56 millones
Jackson Martínez (Colombia, 29) Guangzhou Evergrande $47 millones
Ramires (Brasil, 28) Jiangsu Suning $31 millones
Gervinho (Costa de Marfil, 28) Hebei China Fortune $20 millones
Fredy Guarín (Colombia, 29) Shanghai Greenland $14 millones
Renato Augusto (Brasil, 28) Beijing Gouan $9 millones
Burak Yilmaz (Turquía, 30) Beijing Gouan $9 millones
Gil (Brasil, 28) Shandong Luneng $9 millones
Ezequiel Lavezzi (Argentina, 30) Hebei China Fortune $6 millones
Gael Kakuta (Francia, 24) Hebei China Fortune $6 millones
Fredy Montero (Colombia, 28) Tianjin Teda $6 millones
Obafemi Martins (Nigeria, 31) Shanghai Greenland $3 millones
Jo (Brasil, 28) Jiangsu Suning $2 millones