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Ante la crisis de Mineros, Chuy Vera apela a la fe

Mineros cumple uno de los peores arranques deportivos en su historia en Primera División. "No voy a lanzarla para arriba. Prefiero marcharme a que me digan que tengo que ganar como sea", reveló su técnico, José de Jesús "Chuy" Vera, a los medios de comunicación después de la sonora derrota de Mineros de Guayana en Cachamay ante Atlético Venezuela. Una respuesta tácita a una hipotética pretensión dirigencial de exigir resultados inmediatos. Otro episodio más de un conflicto conocido: los principios y los conceptos batallan ante las emergencias. 

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Fotografía: Prensa Mineros de Guayana

Mineros deambula en la mitad de la tabla acumulada y en la del Apertura tiene solo a dos equipos por debajo. Tres empates en cinco salidas y una catastrófica eliminación en el pasado Apertura a manos de Zamora extiende una crisis de resultados en el que preocupa además el desempeño en la cancha de un equipo que hace rato dejó de ser temible. Y entra el debate en el tapete: ¿cuán importantes son las formas en una institución a la que los títulos le han sido esquivos?

Chuy Vera estaba consciente de lo que necesitaba Mineros al aceptar la oferta. En un primer contacto, el merideño habría evitado regresar al país, dado que su trabajo en el fútbol menor en Estados Unidos atrapaba su interés profesional. Sin embargo, una irrechazable propuesta terminó por darle la vuelta a un fútbol en el que ha vivido con mismo fervor las mieles del éxito y el escarnio del rechazo derrotero. El riesgo era del mismo tamaño del compromiso.

De sus exitosos pasos por Estudiantes de Mérida y Zamora sobrevive en la retina la propuesta futbolística de sus dirigidos en cancha. Nadie olvida la conformación de los onces tipos de aquellas máquinas de fútbol. Con equipos justos en extensión de plantel, apelaba a la continuidad de un grupo para ganar. El fútbol preciosista venía aderezado con resultados, cosa que no pasó en sus experiencias por Táchira y Lara.

En Mineros, los nuevos inversores han dado vueltas por muchas ideas personificadas en Luis Vera, Marcos Mathías y Tony Franco. Las pruebas han desembocado en querer rescatar el juego de toque y posesión que permitió a Richard Páez dejar el mejor recuerdo en el sur del país. Sin poder recuperar la confianza del propio ex seleccionador, Chuy Vera era la opción que se ajustaba a ese mismo concepto de juego como su mejor aval. La diferencia es que los nuevos dueños negriazules han hecho una ingente inversión de recursos económicos para alcanzar los éxitos deportivos prontamente. Con las comodidades propias de una seria institución futbolística, en Mineros nada le falta al cuerpo técnico y al jugador para que pueda realizar su trabajo sin inconvenientes. Sin embargo, se ha puesto a prueba la paciencia de la directiva, una virtud intangible que supera al mismísimo poder económico, que en una fórmula financiera, es ley que vaya íntimamente relacionada la inversión con los resultados.

¿Cuánto aguante habrá para esperar resultados y títulos con Chuy al mando? Por lo pronto, el mismo técnico ha dejado claro a dónde orienta su trabajo. Sin nada que perder laboralmente hablando, un tuit post caída ante Atlético Venezuela deja clara su orientación: «Lamento los resultados negativos pero valoro el fútbol desarrollado. Fe muchachos, los resultados llegarán». Un claro mensaje a su grupo, más que a la afición que desesperadamente pide su cabeza. Un pedido de confianza público a sus dirigidos que incluye el teológico discurso que siempre le ha acompañado.

En Puerto Ordaz la paciencia se acompaña con previsiones. La llegada de Héctor Pablo Bidoglio a suelo guayanés como coordinador de categorías menores del club no es casual. El argentino, que ha sonado con fuerza en varios clubes en los dos últimos recesos de campeonato en Venezuela, parte de entrada como la opción más cercana para recoger el testigo del banquillo si los resultados no llegan pronto. No es secreto que es una alternativa. Vera lo sabe, y por eso apela al apoyo de su grupo de jugadores, el mismo que fue elegido y diseñado de acuerdo a su criterio para este Clausura. Va a seguir fiel a sus convicciones, más cuando esta experiencia la disfruta sin la presión de la inestabilidad, mientras el ojo visor del entorno sufre al ver, una vez más, a un gran Mineros sin ser protagonista.

Sin existir un enfrentamiento dialéctico, queda claro que Chuy Vera mantendrá la fe en sus creencias futbolísticas. Está convencido que ese es el camino hacia los resultados positivos que tarde o temprano deberán llegar. No variará su forma, insistirá en lo suyo, mientras la directiva no parece tener un amplio margen de espera.

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