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Vinotinto Sub 20 con la ilusión intacta

Venezuela alcanzó el primer objetivo que se planteó al llegar a tierras ecuatorianas: clasificar al hexagonal final. Viendo el nivel mostrado por Bolivia y Perú, era inaceptable quedar fuera ante ellos, pero los pergaminos exhibidos para justificar que se era más que esas dos selecciones tenían serias fallas. Finalmente, un grupo que derrochó superioridad física por sobre el resto como su mejor carta de presentación, recibe el premio de clasificar, a pesar de las angustias.

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Fotografía: EFE

El camino de la fase de grupos debe servir para que la cartilla se la hayan aprendido todos sobre cuáles son los aspectos que se deben mejorar. Si ante Uruguay en el debut sostuve que Venezuela no mostraba puntos débiles, hoy encontramos que puliendo aspectos como la definición de cara al arco contrario, se puede hacer mucho más que no depender de apenas un gol en cuatro partidos para buscar la meta de ir al Mundial de Corea del Sur.

La victoria de Uruguay ante Bolivia encausó todo al deber ser. Venezuela en ningún partido se mostró inferior, ni físicamente ni en juego, a sus rivales, pero la superioridad ante otras no se plasmó en goles ni resultados. Esa aseveración se traduce en que el juego practicado por la Vinotinto ha derrochado un despliegue de sacrificio encomiable, pero con muy poca claridad en la gestación. El sorprendente trabajo de la línea defensiva (muchos tildábamos antes del campeonato como el sector más débil de la estructura del once), que no dio muestras de quiebre ni dejó grieta alguna, no se correspondió con lo que pasaba de ahí en adelante.

Poco se puede extraer del choque ante Argentina, entendiendo que ambos equipos sabían que no era necesario arriesgar, aunque Claudi Úbeda , DT de Argentina, se haya quedado sin Conechny ni Romero para enfrentar a Uruguay en el primero del hexagonal. Sin embargo, Venezuela hiló fino en la interpretación de lo que se debía hacer: mucha seguridad al tener la pelota, evitar las desatenciones y buscar algún descuido del contrario para crear alguna ocasión. Así Antonio Romero y Soteldo pudieron llevar algo de peligro. El 4-1-4-1 protegió a los laterales de la conexión de los dos zurdos abiertos (Conechny y Mansilla), suficiente para impedir que llegaran pelotas limpias a Torres y Lautaro Martínez en ataque. Inteligente propuesta destructiva que impidió comodidades a una Argentina que es muy otra sin Ascacíbar en el medio.

El descanso será vital. Nada que reprochar en la adecuación física a la altura. Al contrario, la preparación ha sido extraordinaria, dejando atrás en esa faceta incluso a países cuyo hábitat está por encima de los 2500 metros sobre el nivel del mar, como Bolivia. Esa ventaja, sin embargo, no ha sido aprovechada. Venezuela termina siendo superior a sus rivales del minuto 75 en adelante pero la paupérrima capacidad de definición altera la fidelidad en el rendimiento sostenido del nivel de juego.

Esta selección, que pocos pueden criticar en cuanto a expectativas se refiere porque casi nadie la vio en cancha antes del Sudamericano, exhibe claramente a qué juega: primero la parte de solidez defensiva y segundo, se despliega por las bandas buscando la velocidad de sus volantes externos, explotando el juego de Yangel Herrera en el medio como responsable de darle dinámica en su radio de acción. El sacrificio defensivo es de todos y por eso Soteldo se ve más lejos del arco que de costumbre. Ronaldo Peña, ante Argentina, volvió a su puesto original (segunda punta abierta) y destacó más como el apoyo en el relevo de Ronald Hernández que como 9, tónica mostrada durante todo el Sudamericano hasta hoy. Un tema que debe aclararse de cara al hexagonal: ¿quién será el encargado de finalizar las jugadas de ataque?

La mejor noticia de todas, después de la clasificación, es que el grupo llega entero para el primer partido de los cinco que vienen. No hay lesionados ni bajas por sanción, lo que ayuda a que la preparación sea la mejor partiendo de la disponibilidad de todos los elementos.

Un detalle relevante es la importancia que han tenido jugadores que no estaban llamados a ser protagonistas como Ronaldo Lucena, Luis Ruiz, Josua Mejías o Nahuel Ferraresi, lo que habla del compromiso del grupo y el rendimiento nivelado de todos. Al detalle, la situación de los delanteros: ha probado Dudamel a todos sus atacantes para acompañar a Peña y ninguno ha dado la talla. Los problemas de ataque son evidentes y esa falla debe corregirse de cara a lo que viene. sí, una preocupación.

Corregir con satisfacciones es mejor. Esta selección tiene material suficiente para alcanzar el Mundial y las expectativas se mantienen altas. Todo arranca desde cero, será un nuevo comienzo, pero la ilusión se mantiene intacta.

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