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El Real Madrid mantiene la dinastía en Champions al coronarse en Kiev

La final de la Liga de Campeones de Europa, al igual que en 2016 y 2017, mantuvo los colores blancos de su lado, luego de que el Real Madrid ganara 3-1 al Liverpool, un juego marcado por la lesión de Mohamed Salah, hecho que pone a temblar a la selección de Egipto de cara al Mundial Rusia 2018

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Fotografía: EFE

Los primeros minutos no fueron de estudio. Esto no era necesario. El dibujo era tan conocido para ambos entrenadores como las alternativas, patrones ya moldeados por cada uno a placer.
La parsimonia vestía al Real Madrid. La unión entre Tony Kroos e Isco era tan obligatoria como usar la opción de Luka Modric establecer el ritmo de juego blanco; sin embargo, el inicio no permitió al club español perforar la pared roja establecida por delante del mediocampo por sus volantes.
Del otro lado, Roberto Firmino, más que definidor, aparecía como creador. El delantero centro del combinado inglés era peligroso cuando recibía unos varios pasos fuera del área merengue, desde donde abría la cancha a favor de Sadio Mané y Salah.
Cuando el Liverpool intentaba romper la defensa, Sergio Ramos se ofrecía como sombra de Salah, cambiando de vez en cuando el libreto que sentenciaba a Marcelo como el lateral que debía sufrir al egipcio.
Las aproximaciones sobre cada arco no eran llamativas, pero hacían daño. Lo hizo el Real Madrid con sendos disparos de Cristiano Ronaldo y el brasileño, mientras que su contraparte usaba a su habitual tridente ofensivo para incomodar a Keylor Navas.
Corría el minuto 23 cuando la asociación entre volantes y delanteros derivó en un rebote tomado por el lateral Trent Alexander-Arnold y cuyo fuerte tiro logró tomar el portero costarricense para evitar el primer tanto del choque.
El cuento de hadas de Salah se rompió segundos después cuando una caída tras encontrarse con Ramos terminó con las lágrimas de un serio candidato al Balón de Oro, y cuyo mérito para escabullirse como ganador pudo haber acabado este sábado en Kiev. Un golpe en el hombro y la cabeza lo llevó a salir en detrimento de Adam Lallana.
Zinedine Zidane también sufrió una baja en pleno choque. Dani Carvajal, habitual lesionado en instancias importantes, se tendió sobre el gramado en la fracción 35, con el primer cambio blanco.
El Real Madrid ganó en confianza y armado tras la salida de Salah, presumiendo de la jugada de gol más clara de la primera mitad a través de un cabezazo de Ronaldo al 42 que Loris Karius desvió. Luego Karim Benzema remató, pero la esférica salió a un costado.
El inicio del complemento supuso para Isco la posibilidad de alejar las críticas sobre su actuación con el equipo merengue. Con un mal despeje de Lallana, el volante quedó solo ante la salida de Karius, pero su definición se estrelló contra el travesaño.
El primer gol llegó de la forma más inverosímil posible. Con una habilitación a Benzema en la que fue dudosa su posición (estaba habilitado según la repetición) lo dejó frente a Karius, quien, al sacar con las manos y poca distancia con el francés, dejó que el balón rebotara en su pie derecho y se colara en el arco, en una acción que daría inicio a un toma y dame que culminaría con el empate.
El tanto del galo cayó al 51, mientras que el del senegalés fue celebrado al 55 al aprovechar un tiro de esquina donde un cabezazo fue desviado por él en el área chica.
Isco, esta vez, tuvo su última oportunidad. Al tomar un centro disparó, pero Karius mandó al tiro de esquina. Era la hora de juego y Zidane había agotado su paciencia. Gareth Bale entraría por él y con concretaría una acción de otro partido.
Solo 180 segundos después el galés amuló la chilena de Ronald en Turín, esta vez en el juego por el título. La guerra de los suplentes la ganaba Zidane y, momentáneamente también el título de la Liga de Campeones.
La urgencia por buscar la paridad llevó a Jurgen Klopp a adelantar a todas sus piezas y abrir espacios en la zaga. Con Mané como punta de lanza y Lallana y Firmino buscándolo en el fondo, los Reds tocaron la puerta de Navas, pero sin agrietar el arco contrario.
La dinámica permitió a Ronaldo tener la suya, pero el ansiado tanto de la sentencia fue evitado por Ricky Henderson.
Bale cerró la mala noche de Karius con un fuerte tiro al minuto 83 que no logró despejar y acabó así con las opciones del Liverpool que interrumpir la racha blanca.
Kiev, al igual que Milan y Cardiff, vio celebrar el Real Madrid. La dinastía de Zidane no cesa.]]>

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