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El béisbol, la válvula de escape a la crisis para miles de venezolanos

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FOTOGRAFÍA: Archivo

Se acaba de estrenar la temporada de béisbol y los venezolanos empiezan a incluir en su agobiante día a día la emoción que el popular deporte le regala, una válvula de escape a la severa crisis económica y social por la que atraviesa el país petroleroDesde tempranas horas de la mañana del 12 de octubre las afueras del Estadio Universitario en Caracas, recibieron a los miles de fanáticos que buscaban un boleto para estar presentes en el primer juego de la temporada 2018-2019 del béisbol profesional venezolano.

Los precios de las entradas para el recinto capitalino oscilan entre 22,50 bolívares (0,35 dólares) hasta 1.433,25 (22,79 dólares) una cifra que se acerca al salario mínimo de 1.800 (29 dólares), y que muchos aficionados considera «imposible» de pagar pues existen otras «prioridades».

El comerciante Pedro Monagas, ataviado con camiseta y gorra de su equipo, dijo a Efe que verá los juegos por televisión porque el presupuesto se va en comida que es la prioridad.

«Por mucho que quiera ir al estadio no puedo, es imposible», lamentó.

Con todo, el Estadio Universitario recibió en la primera jornada de la temporada 10.033 personas, según reportes de los equipos.

A pesar de la severa crisis económica que vive el país petrolero, en la que según datos del Parlamento los precios aumentan hasta un 4 % diario, en las tribunas circulaban vendedores de golosinas y bebidas que suelen tener entre octubre y enero sus mayores ventas.

Un vendedor que no quiso ser identificado dijo que «no esperaba tanta gente» y que ofertaron sus productos en lo precios mínimos posibles «por si la gente no venía con ánimo de gastar» aunque aseguró que han vendido «bastante».

El ánimo de los asistentes era digno de un espectáculo que alcanza 74 años de tradición y que en los últimos tiempos se ha convertido en bálsamo para los fanáticos que intentan en nueve innings abstraerse de la realidad del país.

El estudiante Daniel Santos dijo a Efe que el béisbol es para él «una tradición» y pese a la crisis «hará sacrificios» para disfrutar de su pasatiempo.

«Vendré a menos juegos, haré el sacrificio para disfrutar la temporada (…) además aquí uno olvida un rato las tragedias del país y recuerda cómo era antes», dijo Santos.

Con «antes» Santos se refería a cuando asistía con sus hermanos mayores, que hoy están fuera del país, «buscando las oportunidades que aquí no hay», dijo.

Aunque el Gobierno venezolano ha negado que exista un éxodo masivo asegurando que el flujo migratorio del país es «normal» ciudadanos como Santos no creen que sea así.

«No es normal. Hoy vine con amigos nuevos, mis hermanos y amigos con los que vine toda la vida no están aquí, eso no puede ser normal aunque el gobierno diga lo contrario», sentenció.

Según datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), casi 2,5 millones de venezolanos han dejado su país en los últimos cuatro años, cifra que puede crecer y alcanzar a finales de año los 4 millones.

El desarrollo del campeonato, contará con el aporte de 12.000.000 de dólares de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) lo que en medio de la situación económica, que se traduce en escasez de alimentos y medicinas y fallas en servicios públicos, ha generado discusiones impensables en el pasado.

El presidente de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (PVBP), Juan Ávila, explicó el martes pasado en la presentación de la temporada que béisbol necesita divisas debido a que «toda la estructura organizativa de una temporada como la nuestra» se maneja en moneda extranjera.

Insistió que la organización del torneo «genera empleos e ingresos» además de «alegrías».

«Por eso el compromiso siempre es el más grande (…) por ello resulta importante para nosotros recibir el apoyo de Pdvsa», recalcó el directivo.

Pese a que estos recursos aún no están en las arcas de los equipos ni en la liga, se dio la voz de play ball y con ello se espera que hasta febrero, cuando Barquisimeto (Lara, oeste) albergue la Serie del Caribe, miles de personas busquen en el béisbol un refugio a la crisis.

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