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¿Cuál es el límite de Soteldo?

En esta columna, Carlos Domingues comenta como el propio jugador ha roto paradigmas y parece estar más cerca de cruzar el charco, algo por lo que muy pocos apostaban desde su debut en Zamora

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Yeferson Soteldo
Diseño: Yiseld Yemiñany

Justo hace tres años, por estos primeros días de enero, Yeferson Soteldo era presentado como el fichaje top de Universidad de Chile. Una gran pasantía por el modesto Huachipato le abrió las puertas de un grande austral y, así, la vitrina se ampliaba en el espectro internacional. Si había algo por demostrar, él estaba en el sitio adecuado.

En esa ocasión, escribí unas líneas en esta tribuna acerca de cuál era su techo en una columna titulada “¿Hasta dónde puede llegar Soteldo?”. En ese artículo, admití haberme quedado corto con lo que pude describir de él en el partido que narré y en el que debutó con Zamora en la Primera División de Venezuela.

Me permito citar algo más que en esa oportunidad expresé: “Las expectativas con Yeferson deben ser las más altas. Será muy difícil que pueda cruzar el charco al fútbol europeo y no por sus condiciones sino por el tema estatura. El último jugador de sus características en hacerlo fue el argentino Diego Buonanotte y no tuvo mayor relevancia su fugaz paso por AEK Atenas y Málaga (Lo de Messi es fuera de lo ordinario). Sin desesperanzarse, para aquellos que creen que Europa es el tótem, puede que haya algún club del viejo continente que apueste a riesgo como lo hiciera Huachipato y logre el anhelado viaje transcontinental”.

Me quedé corto, muy corto. Jorge Sampaoli se lo llevó a Santos, donde el propio Soteldo pidió la “10” y se ha convertido en el niño mimado de la afición, reconocido su talento por el mismísimo Pelé y ayer, luego de la clasificación del “Peixe” a la final de la Libertadores, también por nada menos que Neymar, rendido a los pies de quien anotara el segundo tanto en la goleada 3-0 a Boca y fuera catalogado el MVP del partido.

Es cierto, sigue en Suramérica, pero convertido en uno de los futbolistas más desequilibrantes que hay en estas latitudes. La presentación de la noche del miércoles subió sus enteros como figura contrastada de América y el aplazamiento del diario El País de Uruguay para la entrega del premio al mejor futbolista del continente en febrero de 2021 parece haber sido planificado para que el venezolano entrara en carrera para ser opción.

Hoy, no hay un futbolista en todos los campeonatos de Suramérica con las características de juego de Soteldo. Es quizá el futbolista más desequilibrante y junto con Marinho, forman un tándem de extremos que no tienen parangón por estos lados.

Cito otro extracto de aquella columna que me condena: “Pero sin ser conformista, considero que Soteldo ya está donde debe estar. Un cuadro importante de América cuya aspiración es máxima (ser campeón nacional y de Libertadores). Un equipo de tradición donde puede alcanzar títulos y ser protagonista al más alto nivel competitivo. Puede que más adelante aparezca uno de los más grandes para llevárselo y será igual de bueno. Ya River Plate preguntó por él, ya Sao Paulo presentó una propuesta formal. Son gigantes. Son clubes de altísimo nivel y que hayan visto en el pequeño futbolista un atractivo para reforzar sus planteles ya es indicio de lo que puede llegar a hacer”. Me volví a quedar corto.

A Soteldo ya Suramérica parece quedarle pequeño y hace rato que se dejó de hablar de su estatura: Europa ya ha enfilado sus ojos hacia el venezolano sin importar su talla. El talento a borbotones, su calidad, su trascendencia y su edad, son las cartas de presentación de un futbolista que puede llegar a multiplicar por cuatro su valor de alcanzar el ansiado título de la Copa Libertadores.

La decisión personalísima de no irse al fútbol asiático a finales del año pasado, que incluso lo pudo haber enfrentado con la directiva que quería venderlo para purgar deudas acumuladas, ha sido una jugada fabulosa, tanto para él, como para su club. De ganar la Libertadores, Santos estaría ingresando hasta 22,5 millones de dólares, una cifra nada despreciable para sanearse financieramente y mucho más de lo que pudo haber ingresado por la venta de Soteldo, figura contrastada en esta marcha triunfal del equipo puerto paulista.

Él, ha manifestado en reiteradas oportunidades que su sueño es jugar en el Manchester United. Ha roto todos los paradigmas posibles y a punta lo que sabe hacer hoy está en la boca del mundo. Yo no me atrevo ya a ponerle techo a sus aspiraciones. Está haciéndolo todo para cumplir su sueño y hoy admito que no me queda duda que puede lograrlo.

Soteldo está para lo que él mismo pueda ponerse como meta. Ya no hay límites que valgan. Le tocó remar duro, el doble que el resto para llegar donde está, y a punta de talento lo ha logrado. El bajito no tiene tope. Es élite.

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