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José Peseiro y la Vinotinto: ¿qué hay detrás de la salida del técnico?

La renuncia de José Peseiro es la conclusión de un malestar que se cocía puertas adentro, en el propio seno del cuerpo técnico de la selección. No es solo que le debían dinero, es que no había confianza en que la directiva de la FVF, presidida por Jorge Giménez, podía cambiar esta situación

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Peseiro

¿Qué pasó con José Peseiro y la Federación Venezolana de Fútbol? ¿Por qué un hombre que preparó la convocatoria para las tres próximas fechas de la eliminatoria, decidió bajarse del barco a días de los partidos? La respuesta no es tan sencilla como se quiere hacer creer al público.

Es obvio que la gran deuda con el técnico, que supera los 400 mil dólares, marcó el destino de una relación boicoteada por la propia dinámica de la federación. Pero lo primero que debemos repasar es lo dicho en la rueda de prensa este 20 de agosto para anunciar la desvinculación del técnico.

Jorge Giménez, presidente electo de la FVF en el pasado mes de mayo, admitió que Peseiro tenía un año sin cobrar. “Si algo tiene la Federación (de Fútbol) son deudas”, aseguró. Y luego contó algo bastante extraño: que lo poco que se le había pagado al estratega Portugués, fue porque él mismo logró gestionarlo antes de llegar a la presidencia de la FVF.

Esta última sentencia genera una duda, porque Giménez habló de un plan en el que le pedía tiempo a Peseiro para encontrar la fórmula de cancelar la deuda, aunque supuestamente el técnico dijo que solo podía recibir dinero en una moneda en específico y manejado desde la FVF.

«El contrato dice que solo puede recibir en su cuenta euros de parte de la cuenta de la FVF y hemos tenido muchos inconvenientes administrativos para asumir las firmas para pagar. Hoy nos llamó y dijo que su decisión es definitiva de que no va a continuar», señaló el presidente de la FVF.

Luego, mientras la federación argumentaba que se le debe un año, Peseiro hablaba de 14 meses de deuda. En el comunicado, publicado este 20 de agosto, explica: «Hicimos todo, realmente todo, hasta que sentimos que no habían más condiciones para continuar. A partir de todas las gestiones realizadas, llegamos a una situación de 14 meses de salarios en retraso. Una situación que consideramos inadmisible».

Apelando a la lógica: si Peseiro no obtuvo ningún dinero por parte de Laureano González, quien fue el artífice de su llegada a la Vinotinto, tampoco durante el corto tiempo que duró la administración del fallecido Jesús Berardinelli, ni tras la asistencia de la Junta Normalizadora (presidida por González), ¿por qué no creería en la palabra de un presidente que en solo tres meses ya le había conseguido «lo poco» que cobró?

«Yo creo que se pudo haber buscado un mecanismo para pagar parte de la deuda y eso hubiera mantenido al técnico al menos por esta triple fecha. Sí siento que hay algo que no me termina de engranar en todo este rompecabezas, y solamente se va a dilucidar cuando conozcamos el nombre del nuevo técnico», dijo Carlos Domingues, narrador y comentarista que ha seguido a la selección Vinotinto desde que Rafael Esquivel dirigía a la federación.

Ruptura afuera y adentro

«José Peseiro nunca llegó a entender bien lo que pasaba puertas adentro en la FVF. Pero confiaba en que haciendo las cosas bien en lo deportivo, podía cambiar la dinámica de una selección perdedora, aunque con talento. Lo económico no era prioritario. O al menos lo veía como superable, hasta que fue imposible compaginar las dos cosas».

La cita anterior es de una fuente dentro de la propia FVF, que encuentra en la salida de Peseiro una solución salomónica de cara a lo que venía: «Ni Peseiro estaba muy contento tras lo sucedido en la Copa América, ni la nueva directiva de la federación estaba feliz con su trabajo y la manera de llevar sus convocatorias. Si Peseiro se quería ir – y la deuda es una buena razón – tampoco iban a hacer un esfuerzo real porque no se fuera».

En la actual FVF había dudas sobre si Peseiro era el hombre ideal para seguir en un proceso caótico, tras relevar en febrero de 2020 a Rafael Dudamel y cosechar un triunfo, tres empates y seis derrotas. Con la Vinotinto en el penúltimo lugar, la Copa América era una esperanza para reconducir el barco, pero la improvisación para manejar los protocolos de bioseguridad y el incumplimiento de pago tras la competencia, aumentó la brecha entre los protagonistas.

Mientras en las otras selecciones las ausencias por covid-19 fueron mínimas, en Venezuela el virus arrastró a casi todo el equipo titular. La cantidad de fotos que circularon en redes sociales, con jugadores abrazados con fanáticos antes de viajar a Brasil, y el acceso del público al Olímpico para un fan-fest con los deportistas, contravienen cualquier orden racional en plena pandemia.

Para el equipo de trabajo de Peseiro, fue la confirmación de que la administración de Giménez no mostraba una línea diferente a las improvisaciones de González y Berardinelli. Que no se cumplieran los compromisos económicos, palabreados para cancelarse después de la Copa, terminaron sentenciando el fin del ciclo.

El cansancio que pudo generar la caótica Copa América, derivó en una ruptura dentro del mismo cuerpo técnico. La renuncia del preparador de arqueros, Daniel Correia, hace tres días por la falta de pagos, fue el primer aviso de una sensación general del cuerpo técnico. El periodista Carlos Tarache informó en Twitter de esta salida.

El veterano periodista Daniel Chapela escribió en Twitter que las promesas realizadas antes del torneo realizado en Brasil no se cumplieron: «Para quien no lo sepa, el ex seleccionador llevaba días demandando una parte del pago para abonarle a sus colaboradores. Nadie le levantó el teléfono tras prometerle, a la vuelta de la Copa América, que le solventarían toda la deuda antes del inicio de las eliminatorias

De hecho, el propio presidente de la federación venezolana, en la rueda de prensa, dijo que Peseiro renunció «no tanto por él, sino por su cuerpo técnico».

«Los asistentes técnicos estaban muy molestos (con la situación económica), de allí la salida del asistente de porteros», afirma a El Estímulo Alfredo Coronis, comentarista y relator del acontecer diario futbolístco en el país, en el programa Conexión Goleadora.

Domingues concuerda en que la deuda era un peso muy duro para que la relación se mantuviera, sin embargo advierte: «Me hace ruido que ahora van a buscar a otro seleccionador. ¿Quién va a decir que sí, cuando se le debe tanto dinero (al técnico) y se ha anunciado que la FVF suma una deuda de seis millones de dólares?».

¿Y ahora qué?

Dos nombres han aparecido con fuerza para tomar de inmediato las riendas de la selección, que en septiembre debe enfrentar a Argentina (2), Perú (5) y Paraguay (9): Leonardo González y Daniel Farías, el primero por haber dirigido al club Deportivo Lara, que presidió al actual presidente de la FVF y el segundo, por sus buenas relaciones con el mismo directivo. Rafael Dudamel también es el del círculo cercano de Giménez, aunque es rechazado por la opinión pública por su reciente pasado con la Vinotinto. Un último nombre en este escenario es el de Eduardo Saragó, en este momento sin equipo.

«La lógica da a entender que un técnico interino pasaría a dirigir, al menos en estos tres meses, dando largas para poder encontrar los recursos para contratar a otro técnico y pagarle a Peseiro. Podría ser un técnico de las selecciones inferiores, o un técnico con cargo en el campeonato nacional, que pudiera compartir esa responsabilidad. Puede ser González o Farías», explica Domingues.

Sin embargo, para los fanáticos, los principales candidatos deberían tener otros apellidos. En una encuesta realizada por El Estímulo, el experimentado Richard Páez (sin equipo), con extenso pasado en la selección y padre del llamado «Boom Vinotinto» y Giovanni Savarese (Portland Timbers de la Major League Soccer) son los favoritos.

Ante la pregunta de si tomaría la selección, Páez le dijo a El Estímulo: «Sí», enviando la imagen del tuit que publicó horas después de conocerse la renuncia de Peseiro.

Sin embargo, Páez, que se encuentra en Estados Unidos por motivos familiares, advirtió que solo lo haría «bajo acuerdos profesionales, no amateurs». En cuanto a lo que debería hacer la FVF tras la renuncia del portugués, refirió: «La pelota la tiene la FVF y ellos deben saber qué hacer con ella, esperemos envíen el pase gol filtrado, adecuado y efectivo».

También, el periodista Coronis informó que la FVF se había comunicado con el extécnico de Boca Juniors, Miguel Ángel Russo, quien analizaría la propuesta.

En todo caso, la cercanía con técnicos y jugadores del fútbol nacional, hacían creer que Giménez podía retomar el valor de una marca que ha perdido valor desde que Esquivel fue arrestado en Suiza, en 2015 por corrupción, en el famoso caso llamado Fifagate. De hecho, se esperaba que la relación estrecha del nuevo presidente con el chavismo, podría incidir en una recuperación económica del ente federativo.

Por eso no fue sorpresa que Delcy Rodríguez, Vicepresidenta de Nicolás Maduro, saludara al ganador de las elecciones de la FVF, en mayo.

Además, como vicepresidente principal de la FVF aparece Pedro Infante, exministro de Deporte y ficha constante del chavismo.

A pesar de todas estas conexiones, Giménez no ha podido mantener la estabilidad que necesitaba la selección para afrontar la triple fecha con un técnico que había probado un sistema de juego en la Copa América y a una variedad de jugadores que ahora deberán ser aceptados por un estratega interino, sin entrenamientos previos. El panorama no puede ser peor para un equipo que, por la covid-19, no pudo estructurar un 11 tipo en el torneo que ganó Argentina, precisamente su próximo rival.

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