No es la primera vez que los clubes europeos intentan la suspensión de la fecha FIFA. Probablemente tampoco sea la última. Analicemos qué pasa con esta batalla entre clubes y selecciones y cuál podría ser una solución a largo plazo
En el marco de una nueva fecha de eliminatorias al Mundial de Fútbol, vuelve nuevamente el largo conflicto entre clubes y selecciones por el uso de los jugadores. Recordemos que los clubes privados como el Real Madrid, el FC Barcelona, el Manchester United y otros, son los que dan trabajo a los jugadores todo el año. Mientras que las selecciones convocan a los jugadores en unos espacios cortos de tiempo en el año para representar a sus países.
En virtud de la nueva fecha para jugar partidos eliminatorios al Mundial, las ligas españolas, inglesa, italiana y portuguesa se niegan a cumplir con su obligación por reglamento de ceder a sus jugadores a las selecciones para los partidos en Conmebol y Concacaf.
No es la primera vez que los clubes europeos intentan la suspensión de la fecha FIFA. Para la fecha FIFA de marzo, la presión de los clubes europeos, logró que se suspendieran dichos partidos para la Conmebol. La FIFA y la Conmebol negociaron desde ese momento, que, en virtud de la suspensión de esos dos partidos, se agregaría un partido más en la fecha FIFA de septiembre y uno más en la de octubre.
Por esta razón, viendo nuevamente la negativa de los clubes, la FIFA los ha llamado a cumplir su obligación mediante una carta. Teniendo en cuenta esto, la Liga Española ha introducido una apelación en el Tribunal de Arbitraje Deportivo de Lausana, contra la FIFA solicitando que no se les obligue a ceder a sus jugadores. Además, solicitó una medida cautelar para que durante el proceso legal también se impida que los clubes deban ceder a sus jugadores. Esa medida fue rechazada por el Tribunal este 29 de agosto, entendiéndose que los clubes deberán, por el tiempo que dure el juicio, ceder a sus jugadores a la selección. Nada fuera de lo normal. Es complicado que otorguen medidas cautelares y más sobre practicas tan comunes. No hace presumir a favor de quién estará el Tribunal.
De acuerdo al Anexo 1, Reglamento Sobre Estatuto y Transferencia de Jugadores de la FIFA, los clubes están obligados a ceder sus jugadores, siempre y cuando las federaciones nacionales se lo soliciten para un partido que suceda en una fecha FIFA (una fecha establecida por la FIFA para que las selecciones puedan disputar sus partidos). Si no ocurre en una fecha FIFA, los clubes no están obligados a prestar sus jugadores. Las fechas FIFA se ponen para balancear que ninguna selección pueda abusar de su derecho de convocar a los jugadores todo el tiempo que quiera.
En principio no, pero estas son las excepciones:
EL club y el jugador pudieran ser sancionados. En principio lo que sucede es que el club no puede usar al jugador sus partidos que ocurran durante la fecha FIFA y cinco (5) días más. Si lo hace, perderá los partidos por alineación indebida.
Luego, tanto al club como al jugador se le puede imponer diversas sanciones que van desde multas, suspensión del jugador por varios juegos (si él se negó a acudir) y prohibiciones de fichajes. También perdida de puntos, entre otras.
Es el máximo tribunal para determinados deportes, donde entre otros asuntos se revisan las decisiones de las federaciones deportivas internacionales que han aceptado que sea su máximo tribunal. Se creó en 1984 y ha tenido más de 8000 procesos legales del mundo del deporte resueltos hasta hoy en día. Su sede queda en Lausana, Suiza.
Sabemos muy poco de los argumentos, lo que la propia Liga Española ha divulgado. En definitiva, buscan que no se les obligue a prestar a sus jugadores a las selecciones. En todo caso se analizará la validez de que la FIFA pueda poner una norma obligándolos ha prestar sus jugadores.
No es la primera vez que se intenta esta demanda. Ya hace más de 15 años se intentó con el club belga el Charleroi, a quién se le lesionó un jugador y tenia que correr con los gastos de salario durante la lesión.
En ese momento un grupo de clubes europeos fuertes tenían una organización llamada el G14 que apoyaba a este club belga. La demanda ante las cortes europeas no finalizó en virtud de que el club retiró la demanda contra la FIFA y se negoció. Allí murió el G14, nació la Asociación de Clubes Europeos y se pactó que la FIFA y la UEFA repartirían las ganancias del Mundial y de la Eurocopa con los clubes que prestaran a sus jugadores a estos eventos. Además, se pactó que la FIFA aseguraría los salarios de los jugadores que se prestaran a las selecciones, en caso de que estos resultaran lesionados.
Es difícil decirlo hoy sin conocer los argumentos. Queda además todo el procedimiento por delante. Solo hay una decisión preliminar. Pero la consecuencia de que ganaran los clubes significaría que las selecciones sudamericanas tendrían que jugar al menos las eliminatorias sin los jugadores que van a Europa.
Para entender la situación hay que comenzar diciendo, que el fútbol mundial está fuertemente influenciado por la visión europea del deporte. En este sentido, a los clubes europeos no les gusta prestar a sus trabajadores normalmente, ya que se interrumpe el torneo y el trabajo deportivo que se viene haciendo con los jugadores.
Además, los jugadores regresan cansados de largos viajes, corren riesgo de una lesión y el club es quien debe soportar estos costos. Especialmente en Europa, hay un grupo de seguidores que sienten que las clasificaciones a un Mundial o a una Eurocopa no son atractivas y las entiende como interrupciones innecesarias a los emocionantes torneos de clubes.
Súmenle a lo anterior que en Europa, la FIFA no se ve como una organización súper poderosa a la cual no se le puede plantar frente a ciertas decisiones. Tanto es así que ya para marzo del año 2021 habían logrado su objetivo parando las eliminatorias suramericanas.
Es un poco diferente en Suramérica, donde las eliminatorias es un torneo atractivo ya que el nivel de las selecciones suele ser muy parejo entre sí. Además, los clubes que prestan a sus jugadores a las selecciones, hacen que los mismos ganen valor para luego ser transferidos. No tiene el mismo valor un jugador que es de selección que uno que no lo es.
Sin embargo, igual los clubes aquejan la interrupción de competiciones y procesos. Además, los riesgos de lesiones y cansancio entre otras cosas. Por otro lado, la imagen en Suramérica de la FIFA es la de una organización toda poderosa a la cual es muy complejo plantarle cara.
Por último, es importante observar que el Mundial de Fútbol es el torneo más prestigioso que organiza la FIFA. De no poder lograr que los clubes presten a sus jugadores, el torneo verá mermada su calidad.
En nuestra opinión lo correcto es buscar el balance. Actualmente estamos viendo como cada vez más se sobre explota el mercado del fútbol, haciendo que jugadores disputen demasiados partidos por año entre clubes y selecciones.
La FIFA quiere ahora organizar el mundial cada dos años y los clubes hacer una Superliga. Es momento de sentarse y velar por el interés del fútbol antes que de lo comercial. Es necesario sentarse y balancear la cantidad de partidos y competiciones. Bajar los números de equipos, bajar la cantidad de partidos, etc.
Es necesario tal vez negociar menos fechas FIFA, pero que quizás tengan más partidos. Y entendemos que todo se quiere aumentar ya que se quiere generar más dinero pero tal vez la salida no está en hacer más eventos, sino mejores y además en pensar fuera de la caja para buscar otras formas de hacer dinero.
Allí está el fútbol femenino, el futsal, el fútbol playa, el fútbol tenis de mesa, el futvoley y el fútbol electrónico, todos infra-desarrollados. También hay más negocios que se pueden hacer con las marcas como por ejemplo empezar a acoger otros deportes y generar dinero por allí, o invertir parte de lo que se gana en fondos de inversión o en negocios no relacionados con el fútbol. En definitiva, es necesario bajar los egos, las ambiciones y balancear el fútbol mundial por el bien de todos, de lo contrario, destruiremos el deporte más hermoso del mundo.
Antonio Quintero es abogado de la UNIMET, con LLM en Derecho Internacional del Deporte por el ISDE en España y Miembro del Escritorio Jurídico Carrero y Quintero: Justicia Deportiva.
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