Economía

Mercados mundiales respiran ante pausa de la Reserva Federal

Las bolsas mundiales se recuperaban este jueves ante las perspectivas de que la Fed estadounidense mantenga la política monetaria expansiva calmando la preocupación suscitada por la desaceleración china.

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Los inversores se han aferrado a las declaraciones que hizo el miércoles el presidente de la Reserva Federal de Nueva York, William Dudley, al asegurar que le parece “menos urgente” subir las tasas estadounidenses a partir de septiembre, tres semanas antes de la esperada reunión de la institución monetaria estadounidense.

Y es que, según Dudley, “los acontecimientos internacionales”, entre ellos la ralentización en China, podrían llevar a “una desaceleración del crecimiento mundial y la caída de la demanda” en la economía estadounidense.

Los inversores esperan desde hace tiempo que la Fed suba sus tipos de interés en cualquier momento y dada la coyuntura estadounidense, parecía que ese momento iba a producirse en septiembre.

Pero las declaraciones de Dudley han sonado como música celestial a los inversores que han reaccionado alborozados tras una semana de sobresaltos en los mercados bursátiles. Wall Street ganó 3,92% el miércoles.

Y Shanghai, tras dejarse más del 16% en los tres primeros días de la semana, recuperó este jueves un 5,34%. Sídney, Seúl, Tokio y Hong Kong también cerraron en verde.

En Europa, París, Fráncfort, Londres, Madrid y Milán subían con fuerza a media sesión.

“Pero la angustia va a seguir martirizando a los inversores, hasta que las locas fluctuaciones bursátiles se tranquilicen realmente”, dice Jasper Lawler, analista de la agencia de corretaje CMC Markets, citado por la agencia Bloomberg.

– China ¿un lastre? –

Decidida a calmar el pánico generalizado y mostrar su determinación a relanzar la actividad económica, el banco central chino (PBOC) bajó el martes, por quinta vez desde noviembre, los tipos de interés y redujo el piso de las reservas de los bancos, lo que supone en realidad una inyección de liquidez en los mercados.

Pero la mayoría de los analistas opina que estas medidas no bastarán para reanimar duraderamente la actividad, las inversiones y el consumo.

Pese a las sucesivas medidas de apoyo, los mediocres indicadores se suceden en China, que responde por el 13% del PIB mundial.

El gigante asiático registró el pasado año un crecimiento del 7,4%, el más bajo en un cuarto de siglo, y el gobierno ha rebajado el objetivo de este año al 7%.

Los analistas estiman que el estallido de los mercados bursátiles chinos, que han perdido más de 40% desde junio tras subir más del 150% en un año está desconectado de la economía real.

Pero más allá de los resultados de las bolsas, los analistas dudan sobre la capacidad de China de seguir jugando su papel de locomotora del crecimiento mundial.

Tras décadas de crecimiento de dos dígitos, sostenido por las exportaciones y el gasto público masivo en infraestructuras, los motores chinos parecen agotados. La producción industrial se desacelera, se contrae el sector manufacturero, se hunden las exportaciones y el sector inmobiliario se desinfla.

Pekín trata de dar un giro hacia un modelo de menor crecimiento pero más duradero, basado más en el consumo interno. Para ello está incentivando los servicios y el sector privado y reorganizando sus empresas estatales más ineficaces y subir de “gama” su producción industrial.

China es el primer importador de bienes y de muchas materias primas, por lo que cuando el gigante asiático estornuda, el resto del mundo se resfría, en particular los emergentes muy dependientes de las exportaciones de metales o de petróleo.

A ello se suma la reciente devaluación del yuan que podría contribuir a penalizar la demanda china, ya que se encarecerán las importaciones, aunque favorezca las exportaciones.

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