Economía

Canje de bonos de Pdvsa: necesario más no suficiente

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Según el Convenio Cambiario N° 1 de febrero de 2003, el control de cambios se aplicó para frenar la fuga de capitales, garantizar un adecuado nivel de reservas internacionales y preservar el poder de compra del bolívar. Trece años después la cruda realidad indica que ninguno de esos objetivos se logró. La fuga de capitales es la peor de toda la historia y los cálculos más conservadores la ubican en más de $ 160 millardos, las reservas internacionales se encuentran en su nivel más bajo en los últimos 15 años y el poder de compra del bolívar se ha pulverizado.

Lejos de revisar y flexibilizar el control de cambios el Gobierno lo ha petrificado. Sobre todo a raíz del colapso de los precios del petróleo que obligó a una maxidevaluación del 100% en 2009, al pasar el tipo de cambio oficial de 2,15 a 4,30 Bs/$. A partir de entonces, Cadivi racionó cada vez más el acceso a los dólares preferenciales y obligó a los importadores a migrar al mercado paralelo, cuyo precio se comenzó a alejar de la tasa de cambio oficial.

En el mercado paralelo, los importadores podían obtener divisas legalmente a través de la permuta de títulos valores, aunque a un precio mayor que el tipo de cambio oficial. Pero en mayo de 2010 el precio del dólar permuta fue considerado especulativo y este mecanismo se declaró ilegal. En sustitución se creó el Sistema de transacciones en moneda extranjera (Sitme) y se estableció que la permuta de títulos valores solo podría hacerse a través del BCV.

Los bajos montos transados y la falta de opciones generaron una creciente escasez de divisas. Esto dificultó las importaciones de materias primas, insumos industriales y productos finales. A pesar de que en 2011 los precios de petróleo rompieron nuevamente el umbral de 100 $/b, la escasez de divisas se agravó debido a la creciente sustracción de divisas a Pdvsa y al BCV para transferirlas al Fonden, mecanismo creado con el fin de financiar los créditos adicionales y el gasto del gobierno, cuyo creciente déficit también comenzó a ser financiado con desmesuradas emisiones de dinero sin respaldo por parte del BCV. La especulación cambiaria y la fuga de capitales también agravaron la escasez de divisas.

Para drenar el exceso de liquidez y a la vez dinamizar al Sitme, Gobierno y Pdvsa se combinaron para emitir bonos denominados en moneda extranjera pero que fueron vendidos en bolívares a la tasa de cambio de 6,30 Bs/$. En febrero de 2013 el gobierno reconoció las perversiones en el ADN del Sitme y abortó el sistema, cuyas nefastas consecuencias se sufren ahora que los precios del petróleo han colapsado y hay que pagar en dólares los bonos que se vendieron en bolívares.
Para evitar el estallido de un default desordenado y caótico, Pdvsa intenta ganar tiempo y plantea el canje de los bonos que están por vencerse en 2017 por un nuevo bono cuyo vencimiento se pospone para el 2020. Pero si para entonces no se han recuperado los precios del petróleo se reeditará el mismo problema. Pdvsa no tendrá como cancelar el bono 2020, con el agravante de que tampoco podrá canjearlos nuevamente, a menos que conceda significativos descuentos y un mayor rendimiento con lo cual haría muy costosa la emisión.

Lo cierto es que desde el pasado viernes 16 de septiembre Pdvsa lanzó su oferta de intercambio voluntario de los bonos que están en circulación con vencimiento en abril de 2017 (cupón 5,25%) y noviembre de 2017 (cupón 8,50%), por un bono garantizado con fecha de vencimiento 2020 y cupón de 8,50%.

El nuevo bono tendrá cuatro amortizaciones de capital entre 2017-2020. Para estimular el canje, Pdvsa garantiza su pago con el 50,1 % de las acciones de Citgo, sobre la cual pesa una deuda de $ 4 millardos y está valorada, según Pdvsa, en $8,3 millardos. Las condiciones del nuevo instrumento deben ser atractivas para incentivar el intercambio. Veamos cuáles son:

• El factor de canje es 1:1 si la operación se concreta hasta el 29/09/2016. Por cada $1.000 se otorgarán $1.000 del nuevo bono Pdvsa2020.

• Si el canje ocurre después del 29/09/2016 y hasta el 14/10/2016, el factor de canje cambia a 1:0.95. O sea, $1.000 se cambiarán por $ 950 del nuevo bono.

• Para los tenedores del bono Pdvsa2017 que rinde 5,25%, este canje significa un mayor rendimiento de 8,50%, pero para los tenedores del bono Pdvsa2017N el rendimiento es el mismo: 8,50%.

• En ambos casos, el nuevo bono contará con la garantía del 50,1% de Citgo y esto permitiría una mejor cobertura ante un eventual default.

Al mismo tiempo, el Ministro de Petróleo, Eulogio del Pino aseguró que Pdvsa cumplirá con el pago de sus compromisos a aquellos tenedores de bonos que no acepten el canje. La ambivalencia de estas señales puede desestimular a los tenedores del bono Pdvsa2017N que no encuentran en el factor de canje ni en los rendimientos del nuevo bono mejores condiciones que las que ya tienen.

La agencia de calificación de riesgos Standard & Poor’s (S&P) considera que la propuesta de canje significa en la práctica un default y por eso rebajó la calificación de riesgo de Pdvsa a CC. Algo peor hizo la calificadora Fitch, la cual adelantó que dará una calificación CCC al nuevo bono. Mientras que Moody’s aseguró que la operación de canje “reduciría el riesgo de un incumplimiento”. El Ministro del Pino acusó a S&P de ser «especuladoras de oficio» y agregó que las agencias calificadoras que alarmaron a los mercados al anunciar el default de Pdvsa, ahora nuevamente «han empezado la campaña de desprestigio» contra Venezuela
Inicialmente, los bonos de Pdvsa cayeron como expresión de las dudas que no despejaron las condiciones del canje, pero luego cerraron al alza. Justamente el bono Pdvsa2017 fue el que más subió, con un alza de 2,250 puntos, un 1,4 por ciento por encima del anterior cierre. El otro bono objeto de canje, el Pdvsa2017N, terminó con un alza interdiaria de 1,8 por ciento.

El canje de bonos es una medida necesaria más no suficiente. En economía, las expectativas tienen un papel clave en la toma de decisiones. La percepción de los tenedores de bonos sobre el acontecer económico de Venezuela ejerce una gran influencia. Si solo se plantea un canje de bonos pero no se acompaña con un programa de ajuste macroeconómico que corrija las distorsiones cambiarias y los desequilibrios fiscales, monetarios y de precios, los mercados valorarán el canje como una medida aislada e insuficiente y se mantendrá la incertidumbre que encarece el acceso de Venezuela a los mercados financieros.

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