Que no se culpe a nadie por sacarse el carnet de la patria
Pedirle a quien está en el límite de la satisfacción de sus necesidades básicas que rechace el carné de la patria es irresponsable. Lo primero que le viene al pensamiento de quien apenas cubre sus necesidades de alimentación y de servicios básicos es que quienes le invitan a no hacerlo disponen de los recursos para comprar esos bienes y servicios a precio que sea, o a un valor a partir del límite inferior del ofertado por quienes viven de los mercados negros.
Por Francisco J Contreras M (Economista) Foto: Daniel Hernández/El Estímulo
La displicencia “posfactual” en estos tiempos hacia el saber en el campo de la economía de las emociones conduce a ignorar que el impacto de las emociones negativas es superior al de las buenas, y que la información de cosas malas es procesada más a fondo que las buenas, que mueve mucho más evitar pérdidas que obtener ganancias.
La única manera de contrarrestar la negatividad humana es a través de la conciencia de sí y para sí (no la de clases – categoría de la sociología marxista). Se necesita una elevada dosis de ciudadanía y de sentido de propósito entre los factores democráticos para que la gente se decida a alinearse con un rechazo al carné de la patria y negarse al registro de la nómina de los empleados y trabajadores, condiciones éstas necesarias para acceder al subsidio directo a la gasolina y al salario mínimo.
No es lo mismo votar o abstenerse que registrarse o no en el carné de la patria.
Al abstenerse el opositor evita una cola, molestias y el sentimiento inconsciente de que hace el esfuerzo con la seguridad de que no tendrá en lo inmediato nada, incluso puede pensar que el resultado puede cambiar su indeseada realidad por otra peor.
Evento probable: no votará. Por el contrario los sostenedores del régimen tienen el poderoso incentivo negativo de la posibilidad de pérdida si no concurren a votar.
En el caso del carné de la patria opositores y sostenedores del régimen enfrentan una pérdida anticipada más probable en su juicio que un supuesto resultado positivo si acompañan a una élite que no coloca en riesgo su “pellejo”: evento probable: se registrará para obtener su carné de la patria.
Esta arrogancia en el trato hacia la economía como ciencia deja a los factores democráticos en la indigencia política y el régimen con el “sartén por el mango”. No se puede ser ganadero de fin de semana, ni geólogo cuando tiembla, ni médico cuando se enferma y peor poseer esos conocimientos para promover lo contrario de su saber o manipular con la charlatanería.
Cola en Maracaibo este viernes 24 de agosto para registrarse en el sistema de racionamiento de bienes y servicio
«Carnet de la Patria» (Foto: Cortesía)
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La ministra ecuatoriana de Gobierno, María Paula Romo, aseguró este viernes que se recupera la normalidad en varias provincias del país, afectado por protestas de transportistas ante la eliminación de los subsidios a los combustibles, en el marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Una elección más, la 25 o 26, según las cuentas del Gobierno. El 9 de diciembre fue la fecha elegida para escoger los concejales para los 335 municipios de todo el país y parece un domingo cualquiera, salvo aquellos que fueron a ejercer su derecho al voto y por supuesto, los integrantes de la "maquinaria roja" que están activos y chequeando quién fue y quién no.
El patrón es común: los puntos rojos donde el oficialismo pasa asistencia de sus adeptos en cada comicio se asoman como elementos unidos a cada centro de votación. Para la elección de concejales no hay excepción, donde desde tempranas horas de la mañana estos puestos se convierten en el puente entre las urnas y quienes esperan una recompensa por su obligación.