Economía

Opinión | Agua, luz, gas, teléfono y otras gratuidades hiperinflacionarias

El consenso entre los economistas indica que el principal factor propagador de la hiperinflación es el financiamiento monetario del déficit fiscal. El sector público consolidado ha registrado déficits superiores a 10 % del PIB por más de seis años, lo cual se debe en gran medida al empeño por mantener irracionalmente bajos los precios y tarifas de los bienes y servicios públicos. Esto genera descomunales déficits que son financiados con emisiones de dinero inflacionario.

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Fotografía: Armando Díaz

Al gobierno también lo afecta la hiperinflación. La caída del poder adquisitivo de los ingresos fiscales se agrava porque hay una desincronización entre el momento en el que se generan los impuestos y el momento en el que se recaudan. Como la hiperinflación también devora el poder de compra de los ingresos fiscales, los presupuestos se vuelven sal y agua y el gobierno cae en el círculo vicioso de financiar el déficit con dinero inflacionario. El déficit fiscal y su financiamiento con emisiones de dinero por parte del BCV se han convertido en el principal factor propagador de la hiperinflación que pulveriza los salarios de los trabajadores y empobrece a las familias venezolanas. Erradicar la hiperinflación exige poner freno al manejo irresponsable de la gestión fiscal y de la política monetaria. Veamos:

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