La fiscalía rusa ordenó el viernes un «control estricto» de las empresas extranjeras que anuncian que suspenden sus actividades en el país debido a la invasión y guerra de ocupación rusa en Ucrania.
«Los fiscales van a establecer un control estricto del respeto de la ley del trabajo, pago de salarios y cumplimiento de las obligaciones contractuales», anunció el fiscal general en un comunicado citado por la agencia AFP.
El comunicado asegura que «reprimirá con firmeza» cualquier intento de las empresas que dejan Rusia «de no respetar unilateralmente sus obligaciones».
Además, amenaza con acciones judiciales contra las sociedades que aleguen un quiebra «ficticia o premeditada».
Miles de empleos en vilo
Tras la invasión a Ucrania por parte de Rusia, muchas empresas anunciaron suspender o cancelar sus actividades en el país gobernado por Vladimir Putin, desde Coca-Cola a H&M, pasando por McDonald’s, Ikea, Shell o BP.
Centenares de miles de empleos están amenazados, en momentos en que las sanciones occidentales que golpean el sistema financiero ruso y su industria, pueden sumir al país en una profunda crisis económica.
Estados Unidos opinó este jueves que Rusia saldrá perjudicada si incauta los activos de las empresas extranjeras que están abandonando el país, y advirtió que podría exponerse a demandas de esas compañías.
Economía y guerra
Según recoge la agencia EFE, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, reaccionó en una serie de tuits a la afirmación del presidente ruso, Vladímir Putin, de que Rusia puede gestionar los activos de las empresas extranjeras que están cesando sus operaciones en el país o abandonándolo como respuesta a la invasión de Ucrania.
«Cualquier decisión ilegal de Rusia de incautar los activos de estas compañías resultará en último término en todavía más dolor económico para Rusia. Subrayará el mensaje claro a la comunidad empresarial global de que Rusia no es un lugar seguro para invertir y hacer negocios», recalcó.
Añadió que ese tipo de medidas de Rusia «también podrían incitar acciones legales de las compañías cuyas propiedades queden incautadas».
«Apoyamos a las compañías estadounidenses que están tomando decisiones duras sobre el futuro de sus operaciones en Rusia», indicó la portavoz.
Psaki afirmó que la decisión de quedarse o no en Rusia debe corresponder únicamente a cada compañía, pero que la Casa Blanca «da la bienvenida» a los anuncios de empresas que se van del país como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania.
Retroceso económico
La portavoz se hizo eco de las declaraciones de Vladímir Potanin, un magnate ruso del metal, que según el diario The New York Times dijo este jueves que ese tipo de nacionalización haría que el país «retrocediera 100 años, hasta 1917», cuando se produjo la Revolución Rusa.
En una reunión con miembros de su Gobierno recogida por las agencias rusas, Putin pidió «actuar con decisión ante «los que van a cerrar sus plantas de producción».
«Habrá que introducir la gestión externa y luego transferir estas empresas a los que quieren trabajar», recalcó el líder ruso, quien opinó que «hay suficientes instrumentos legales, instrumentos de mercado».
Bancos se van
El mandatario respondía así a la salida o cese de operaciones en Rusia de cientos de empresas extranjeras de bienes y servicios de múltiples sectores desde el inicio de la ofensiva contra Ucrania el 24 de febrero.
El banco de inversión Goldman Sachs anunció este jueves su suspensión de actividades en Rusia, y se convirtió en el primer gran banco de Wall Street en anunciar esta medida.
El miércoles, las marcas más emblemáticas de Estados Unidos y la cultura del capitalismo, como Coca Cola, McDonald´s o Starbucks, anunciaron casi al unísono que suspendían sus operaciones en ese país.
Asimismo, en los últimos días las grandes tecnológicas -Google, Meta (Facebook), Apple o Youtube han interrumpido sus servicios en territorio ruso, lo mismo que han hecho las compañías de pago internacional Visa y Mastercard, la multinacional del mueble Ikea o la de alimentación Nestlé.