Elecciones 2024

11 razones por las cuales ganó la llave María Corina-Edmundo

Mientras un sector promovía resignarse a "la paz autoritaria", un liderazgo coherente logró activar a las masas con una opción democrática. El sociólogo y defensor de derechos humanos, Rafael Uzcátegui explica cómo fue que María Corina Machado y Edmundo González Urrutia se impusieron en el terreno electoral

Edmundo 3 de agosto
Daniel Hernández
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El 28 de julio con la dupla María Corina Machado y Edmundo González Urrutia la alternativa democrática ganó, de manera avasallante, la batalla política contra un fenómeno que había logrado hegemonizar 25 años de la vida nacional. El gobierno de Nicolás Maduro mantiene su ventaja en un terreno que le es propio: el militar, pero incluso eso hace que la gesta electoral sea más significativa. ¿Cuál es la suma de dimensiones que lograron que la oposición cohesionara alrededor de sí una abrumadora mayoría?

En sociología hablamos de un “fenómeno” cuando ocurre una modificación de la conducta colectiva mediante acciones o respuestas inesperadas ante estímulos políticos, económicos o culturales. Mientras un sector de las élites venezolanas promovía la cohabitación bajo la paz autoritaria, un liderazgo coherente y beligerante fue premiado con el amplio respaldo ciudadano, logrando en doce meses lo que muchos pronosticaban que tardaría 7 años: el triunfo de una propuesta democrática sobre el autoritarismo.

A comienzos del año 2023, Venezuela declaró oficialmente el fin de la pandemia de Covid-19. Las medidas de aislamiento sanitario provocaron un importante retroceso de los niveles de articulación política y social que quedaban luego del fin de las protestas del año 2017 y el experimento de presión del gobierno interino.

En ese momento, desde diferentes lugares, se intentaba imponer una matriz de opinión: la transición a la democracia sería posible en el año 2030. Según, había que esperar la reorganización de la clase política, por un lado, y que la estabilización económica del gobierno bolivariano generara “burbujas democratizantes”.

Sectores políticos, empresariales y de sociedad civil actuaron de manera coordinada, a nivel nacional e internacional, para convencer acerca de la necesidad de un tipo de oposición “leal” y “potable”, que cohabitara con las autoridades en los siguientes años. La ambigüedad se apoderó de buena parte de la clase política.

Sin embargo, a nivel popular, ocurría un cisma en la vinculación que amplios sectores de la población habían tenido con la propuesta bolivariana. La repetición de las elecciones regionales en el estado Barinas, enero 2022, envió señales de que algo estaba cambiando, lo que se confirmó posteriormente en la calidad de participación en las elecciones primarias y en la no asistencia al referendo por el Esequibo, a pesar de los magnos esfuerzos de propaganda.

Una suma de razones permite explicar por qué el ciudadano común se rebeló contra las cúpulas maduristas y opositoras, para acompañar a Edmundo González y a María Corina Machado en su entrada a las grandes alamedas de la democracia.

1) Un liderazgo coherente, persistente y beligerante contra el autoritarismo: María Corina Machado mantuvo una línea de confrontación y crítica contra el chavismo a través de los años. Cuando el liderazgo político hegemónico opositor bajó su perfil luego de la derrota de la estrategia de máxima presión, y otros asumieron la llamada “ambigüedad constructiva” en su relación con las autoridades, dejaron un vacío que fue ocupado por la ingeniera industrial y líder de Vente Venezuela, que además fue reconocido y recompensado en elecciones primarias.

2) No prometer el cambio, serlo: Ante una población que demandaba un cambio profundo en el estado de cosas, Machado representaba una tendencia diferente a la socialdemocracia rentista que hegemonizó la política venezolana en los últimos 66 años, de la cual el chavismo fue una continuación radicalizada. Frente a un imaginario popular que había logrado réditos electorales al bolivarianismo durante sus primeros años, pero agotado con el paso del tiempo, ella personificaba demandas aspiracionales de clase media. Frente a todos los imitadores del estilo Hugo Chávez, incluso dentro de la oposición, Machado impuso un modo de hacer proselitismo diferente. También destacamos que Edmundo González Urrutia fuera un diplomático de carrera, con libros escritos, lo que antagonizaba con el perfil de las autoridades del oficialismo.

3) Frente a la crisis de los partidos, promover modelos de organización basados en la gente: Una de las principales críticas hacia Machado era que Vente Venezuela no tenía “maquinaria partidista” con presencia en todo el país. Machado pudo haber intentado, de manera atropellada y con recursos, emular en Vente la tradición orgánica de partidos como Acción Democrática. No obstante, apostó a un camino diferente: estimular la participación de la gente. La figura descentralizada de los “Comanditos” era la respuesta ciudadana a estructuras partidarias anquilosadas y burocráticas, que contaban con la flexibilidad necesaria para abordar las diferentes tareas logísticas y que aumentó la identificación y compromiso de las mayorías con la campaña.

campaña
La intensa campaña en el interior del país dio resultados (Foto: Comando Con Venezuela)

4) Seguid el ejemplo… que la provincia dio: Los recorridos de campaña de Machado y González Urrutia jerarquizaron al interior del país, en territorios que habían sido bastiones electorales del oficialismo, duramente castigados por el empobrecimiento, la crisis de servicios básicos y la migración. La respuesta fue extraordinaria. Esta fórmula, desde los márgenes al centro, generó el crecimiento del entusiasmo y la conexión con un liderazgo prohibido en radios y televisión de señal abierta, viralizando imágenes que intensificaron la expectativa de cambio a corto plazo e influyeron en escépticos e indecisos.

5) Un dúo dinámico para una campaña inusual: A pesar de las dudas, María Corina Machado  logró transferir eficientemente su popularidad al candidato Edmundo González Urrutia, logrando conformar un binomio cuyas personalidades se complementaban. Mientras Machado es la firmeza, González Urrutia es la diplomacia, elemento que despejó temores en sectores del oficialismo sobre la posibilidad de una persecución revanchista y generalizada. La eficacia comunicacional de Machado fue completada por un González Urrutia con una rápida curva de aprendizaje discursiva, con gestos propios que reforzaron la identificación de la gente con su candidatura.

6) Enfrentar la narrativa hegemónica oficial desde un lugar diferente: El chavismo siempre planteó la confrontación en términos ideológicos, la izquierda contra la derecha, el pueblo contra las élites. Y la sociedad democrática, incluyendo las campañas electorales, habían respondido desde el propio marco de comprensión del conflicto promovido por el gobierno, reforzando finalmente sus ideas-fuerza y las emociones que el chavismo quería dejar instaladas en la mente de sus audiencias. En contraste, los ejes de la campaña MCM-EGU capitalizaron el deseo de cambio y hablaron de problemas sensibles para la población, como la ruptura familiar por la migración, desde un lugar emocional (“la lucha espiritual”) y no doctrinario. El discurso ideológico no sólo había sido vaciado de contenido, sino que era explícitamente rechazado por la población, por lo que la campaña tuvo el acierto de hablar desde otro lugar, ajeno a las etiquetas políticas.

7) Otorgar a los migrantes un espacio privilegiado en la narrativa proselitista: Uno de los aciertos comunicacionales de Hugo Chávez fue haberle dado a los pobres centralidad en sus discursos, logrando sintonizar con amplias mayorías del país. En cambio, Nicolás Maduro estigmatizó y criminalizó l crisis migratoria, una situación que afecta de manera directa a 8 millones de venezolanos, con familiares dentro del país. Machado, en cambio, visibilizó el dolor de los migrantes y la aspiración por la reunificación familiar (“traer los hijos de vuelta a casa”), que se convirtió en uno de los temas medulares de su campaña y aumentó la identificación de la gente con su figura y con la idea del cambio.

8) Transformar la precariedad en virtud: Una campaña electoral sin dinero, que en cualquier otra parte del mundo hubiera sido un obstáculo insalvable, en la Venezuela de la crisis humanitaria y la corrupción generalizada de los funcionarios se transformó en un valor positivo que permitió un mayor involucramiento y sinergia de la población con la campaña. En contraste con los onerosos gastos de la campaña oficial, que terminaron siendo contraproducentes para sus objetivos, la escasez, como método, fue asumido por las multitudes en movimiento junto a Machado y González Urrutia. Pancartas pintadas a mano, equipos de sonido rudimentarios donde la gente “escuchaba con el corazón”, iluminación espontánea con los teléfonos celulares, fueron parte del espíritu de la campaña, algo que se transformó en un lenguaje en sí mismo que ayudó a la conversión de una campaña electoral en un fenómeno sociopolítico.  

9) Una epopeya basada en superar los obstáculos de las autoridades: La campaña se transformó en la épica, individual y colectiva, de sortear las limitaciones gubernamentales, documentada en los teléfonos inteligentes y viralizada eficientemente por redes sociales. Realizar los recorridos de manera terrestre debido a la prohibición de trasladarse en avión dentro del país; el cierre y sanción a quienes prestaban bienes y servicios a la campaña; el superar los diferentes obstáculos en los trayectos, incluyendo la intimidación, convirtió la realización de cada concentración en una gesta heroica. Esto estimuló el llamado “efecto underdog”, en el que la opinión pública se inclina por quienes están sufriendo discriminación, precariedad o persecución.

10) Un liderazgo unido: Las primarias fueron un mecanismo institucionalizado para tomar la decisión sobre la potencial candidatura opositora. A partir de su resultado, con más de 93% de los votos a favor de Machado, su legitimidad permitió que se tomaran decisiones claves con la participación de la mayoría de los partidos integrantes de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) que, a pesar de sus tensiones internas, mostró públicamente una imagen de unidad que incidió en la recuperación de la confianza por parte de la ciudadanía sobre la capacidad de ese liderazgo para dirigir un proceso de cambios.

11) Un contrincante disminuido e incapaz de generar expectativas positivas: Hubo que esperar el agotamiento de la propuesta bolivariana y el mayor nivel de impopularidad de su liderazgo para que la estrategia electoral democrática fuera eficaz, incorporando a sectores de la antigua base comicial oficialista dispuestos a elegir una opción diferente que renovara sus esperanzas en el futuro.

Cualquier cosa puede ocurrir en los próximos días pero, aunque Nicolás Maduro logre mantener el control militar del territorio estará gobernando sobre un país diferente. Por primera vez en 25 años la oposición ha construido su más importante sinergia con sectores mayoritarios del país. Ese músculo apenas comienza a ejercitarse. Bien sea para la resistencia o para ser gobierno muy pronto. -Rafael Uzcátegui @fanzinero

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