Economía

Pdvsa y el tipo de cambio no oficial

Venezuela enfrenta múltiples desequilibrios económicos desde hace rato y el tipo de cambio paralelo es una expresión de ello. Siempre hemos sostenido que mientras estos desequilibrios no se resuelvan, el llamado tipo de cambio negro no puede descender o estabilizarse.

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Por: Asdrúbal Oliveros @aroliveros / Foto: Pixabay

Este indicador es una consecuencia de graves problemas en los frentes fiscal, monetario, cambiario, externo y de precios. Y si a esto le sumamos la opacidad con que se maneja y las expectativas de los agentes, pues el resultado es lo que hemos visto a lo largo de estos años: un tipo de cambio que no para de subir.
A todos estos factores hay que agregar un componente nuevo que está incidiendo en el alza tan inusitada del tipo de cambio no oficial y es la relación de Pdvsa con sus contratistas.
Hasta el año pasado, Pdvsa tenía un esquema mixto de pago para las empresas contratistas: bolívares y dólares. Factores como: tamaño de la operación, importancia de la empresa en los procesos medulares de la compañía o la cercanía a los jerarcas, eran evaluados a la hora de decidir si pagar en dólares o bolívares. El pago en dólares le permitía a Pdvsa licuar una parte de sus costos y enfrentar la inflación local.
Sin embargo, a finales de 2016, este esquema cambió, producto de los problemas de caja de Pdvsa y el colapso de la producción, además de requerir cada vez más divisas para importar componentes y aditivos. Pdvsa optó por pagar al grueso de sus contratistas en moneda local y los pagos en dólares quedaron solo para un grupo muy selecto de compañías, especialmente empresas de servicios internacionales, claves en los procesos de producción de la industria petrolera.
Si bien, una decisión como esa, supondría unos “ahorros” en divisas para la industria petrolera, el efecto tiene repercusiones muy negativas para todo el país. ¿La razón? Estos contratistas han venido recibiendo puntualmente sus pagos, ahora en bolívares, pero una porción de los mismos, son convertidos en moneda dura, utilizando el mercado cambiario no oficial. Esto no solo para la protección de patrimonio, sino también para hacer frente a pagos de proveedores que solo aceptan moneda extranjera.
Esto ha provocado una presión de demanda inusual en las mesas de dinero que impulsan con fuerza el tipo de cambio no oficial, impactando cualquier indicador. Pues se ha incrementado la demanda, pero no así la oferta, por lo que sube el precio. Estamos hablando, además de transacciones, con volúmenes significativos, generando un hecho que ya es común en las mesas de dinero que venden divisas: cuanto mayor es la cantidad de dólares que se necesite, más caro es el tipo de cambio de la operación.
Ni siquiera la puesta en marcha del llamado “nuevo Dicom”, que ha supuesto un ajuste importante en el tipo de cambio, ha logrado contener la tendencia al alza en el tipo de cambio no oficial, quedando en evidencia, que la estabilidad del mismo pasa por el diseño de un programa de estabilización que contemple soluciones integrales y no medidas aisladas que más bien, profundizan los desequilibrios.
El alza del “dólar negro” tiene consecuencias muy negativas sobre la economía pues impacta los precios de muchos bienes y servicios, generando presión sobre la inflación. Es importante recordar que alrededor de 40% de las importaciones del sector privado se hacen a dólar libre y esto representa el 22,6% de las importaciones totales no petroleras.
La instalación de la Asamblea Nacional Constituyente y la posibilidad de sanciones económicas amplias por parte de la administración Trump son dos factores claves que se suman a los ya mencionados para esperar que el alza inusitada del tipo de cambio no oficial continúe. Solo un dato de cierre: en el modelo de tipo de cambio de Ecoanalítica (actualizado en junio) la proyección del tipo de cambio no oficial es superior a los BsF 21.000/dólar y esto sin tomar en cuenta sanciones ni ANC.
Más allá del valor, lo relevante del modelo es que nos está diciendo que en las condiciones actuales de Venezuela es poco probable esperar una reducción del tipo de cambio paralelo, por lo que es clave intensificar las operaciones de cobertura y de protección de patrimonio.
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