Un correo del banco estadounidense Wells Fargo a clientes venezolanos con cuenta activa de Zelle levantó las alarmas sobre el uso de este método de pago. Muchos venezolanos se levantaron con la noticia de que su servicio de Zelle será suspendido el 26 de junio. ¿La razón? Aparentemente una decisión del banco estadounidense de eliminar esta posibilidad para los clientes con residencia en Venezuela o que abrieron su cuenta con pasaporte venezolano.
El drama de la situación radica en el amplio uso de este servicio. En Venezuela es normal que la mayoría de comercios reciban pagos en Zelle. Esta aplicación abrió una alternativa para quienes viven en Venezuela y gastan en dólares.
En febrero, un estudio publicado por la consultora Ecoanalítica muestra el amplio uso de Zelle en el país. Un total de 11,8% de las transacciones revisadas fueron pagadas con este servicio.
La decisión de Wells Fargo molesta, pero no sorprende. Los riesgos de usar esta aplicación para transacciones en el país se están advirtiendo desde hace tiempo. Su uso indiscriminado como un medio de pago rápido o pago móvil desvirtúa la esencia del servicio y enciende las alarmas de las entidades bancarias de EEUU. Si a ello se le suma la mayor vigilancia a las cuentas de venezolanos, a raíz de las sanciones de Estados Unidos sobre el Gobierno de Maduro, entonces el panorama se complica.
Una mayor vigilancia
El avance de la dolarización transaccional en Venezuela creó un camino amigable para el uso de otros canales electrónicos que permiten mover dinero en divisas sin necesidad de usar efectivo. Transferencias bancarias, aplicaciones de pago directo o el uso de servicios como PayPal o Zelle son cada vez más comunes, pero ¿qué riesgos implica?
Venezuela es un país cuyo régimen está sancionado por el gobierno de Estados Unidos. Esto significa que en Venezuela hay personas y empresas que no pueden utilizar ni acceder a sus activos en territorio norteamericano.
Este ambiente poco estable supone una mayor vigilancia de las transacciones en dólares en Venezuela desde bancos estadounidenses. Cualquier comportamiento ajeno a los fines del servicio —como su uso indiscriminado para pagos diarios o transacciones a cuentas vinculadas a alguien sancionado— podrían traer como consecuencia el cierre de la cuenta.
Transar con sancionados
El incremento de las transacciones en dólares en Venezuela -más de 50%, según Ecoanalítica– hizo que transferir a cuentas de desconocidos desde servicios como PayPal o Zelle sea algo cada vez más común, aumentando el riesgo de llegar a transar con una cuenta vinculada a alguna persona que esté siendo investigada por vínculos con el régimen.
El abogado experto en prevención de delincuencia organizada, Alejandro Rebolledo, explicó a El Interés que quien haga transacciones hacia una cuenta sancionada se arriesga a que su cuenta bancaria en Estados Unidos sea suspendida o cerrada.
Sin embargo, el riesgo más grande se produce cuando se altera el perfil transaccional de la cuenta.
Alertas por movimientos atípicos
El sistema no está diseñado para ser utilizado como una plataforma de pagos diarios. Esta es la razón por lo que el uso indiscriminado del servicio podría acarrear en el cierre o suspensión de la cuenta bancaria.
Rebolledo sostiene que aplicaciones como Zelle no se crearon para hacer pagos diarios sino para «hacer ciertos pagos de manera directa e inmediata», por lo que se observa un uso de la aplicación ajeno a su naturaleza que puede generar alertas en los sistemas de monitoreo.
«Existen casos donde la misma plataforma se da cuenta que el cliente está transando de manera indiscriminada. Esto altera por completo su perfil transaccional», señala Rebolledo, quien asegura que en estos casos el banco procede al bloqueo preventivo de la cuenta. Para él, este es el riesgo más grande.
De hecho, la propia página de Zelle explica que el servicio es una alternativa para mandar dinero a «amigos y familia», y hace énfasis en no transar con desconocidos.
«Zelle es una forma rápida, segura y fácil de enviar dinero a amigos y familiares. Es similar al dinero en efectivo. Así que debes asegurarte de que lo usas para pagar sólo a personas que conoces y en las que confías (…) No a personas que no conoces, como ese extraño que vende entradas de conciertos sospechosamente baratas en Internet», reza el enunciado de la página web.
Medidas de seguridad
Desde hace años, las autoridades financieras de Estados Unidos obligan a las empresas a implementar políticas de Know Your Costumer (KYC) para reducir el riesgo en la incidencia de delitos como el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo. Por esto, las operaciones monetarias pasan por procesos estrictos de monitoreo. La idea principal es detectar cualquier comportamiento inusual de una cuenta bancaria.
Las operaciones que se registren desde Venezuela, un país sancionado por la administración de Trump, son monitoreadas con mayor rigurosidad para evitar cualquier uso indebido de las herramientas financieras.
Para evitar tener problemas que acarreen el cierre o suspensión de la cuenta, Rebolledo recomienda estar consciente del perfil transaccional en el banco y manejarse con base a ese comportamiento. «No darle un uso comercial a una cuenta de una persona natural», sentencia el experto.
Posteriormente también recomienda no transferir a una cuenta sin saber quien es el titular. En caso de ser necesario, solicitar datos adicionales como nombre completo y copia del documento de identidad.
Por último, resguardar la cuenta haciendo una planificación de pagos para no alterar el perfil transaccional, ya que Zelle, al menos, no es una aplicación para pagos diarios.
Zelle es una aplicación para pagos rápidos y pequeños que salió en medio del problema que implicaba hacer estos pagos por los canales electrónicos convencionales por los altos costos de las comisiones interbancarias. En Venezuela, el uso de Zelle se ha generalizado. La razón es que permite mover pequeñas cantidades de dinero de manera rápida sin tener que pagar montos significativos entre transferencias.
*La primera versión de este artículo fue publicada el 15 de enero de 2020