«Trataremos de tener el menor perjuicio posible», pero «la imagen de Brasil está arañada», dijo Maggi durante una comparecencia ante dos comisiones del Senado, en la que abordó el escándalo generado por el descubrimiento de grupo que adulteraba carnes en el país, tanto para consumo interno como para exportación.
«Si preguntan cuál es el perjuicio que espero, a grosso modo, algunas cuentas que hacemos prevén que Brasil tendrá una oscilación (negativa) de mercado de aproximadamente el 10 %, lo que supondría unos 15.000 millones de dólares anuales», según las exportaciones del año pasado, declaró.
Este mismo miércoles Sudáfrica suspendió parcialmente sus importaciones de carne brasileña, el más reciente país en adoptar la medida a causa del escándalo de inspección sanitaria, reportó por su parte la agencia AP.
Los investigadores brasileños acusan que inspectores de salud del país recibieron sobornos para aprobar la venta de cárnicos expirados y que a los productos se le añadieron químicos y otras sustancias para mejorar su apariencia y olor.
El gobierno suspendió las exportaciones de 21 compañías que están siendo investigadas, pero eso no es suficiente para calmar las preocupaciones en el extranjero.
El Departamento de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Sudáfrica indicó el miércoles por medio de un comunicado que bloquearía los productos de las compañías implicadas en la indagación. Autoridades portuarias también realizarán pruebas a la carne procedente de Brasil en busca de patógenos como la salmonella.
La Unión Europea, Chile, China, Japón y México también han impuesto suspensiones totales o parciales a la carne brasileña.