Energía y Petróleo

Así se explica plan de enviar luz del Guri a Brasil cuando Venezuela está más oscura

Vender otra vez electricidad a Brasil, como ofrece Nicolás Maduro en su reciente visita a Brasilia, es posible a pesar de los problemas en Venezuela. Lo que no puede hacer su régimen es enviar esa carga eléctrica al centro y occidente de Venezuela donde los apagones son constantes. Incluso, ni siquiera a Caracas, ciudad intocable, que día a día siente más el descalabro del sistema eléctrico.

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Embalse de Guri Central Hidroeléctrica Simón Bolívar

La palabra racionamiento llegó para quedarse en Venezuela. La electricidad no es constante ni siquiera en la cuna de Simón Bolívar, Caracas, donde los apartamentos, las casas y los ranchos parecen arbolitos en Navidad, las luces se prenden y se apagan, pero, no por arte de magia, es la consecuencia de un sistema eléctrico destruido por el descuido gubernamental.

En el interior del país es peor la situación, “la luz se va”, como dicen, y viene después de horas, en muchos casos. El hecho es que toda Venezuela sufre hoy de racionamiento eléctrico en medio de una crisis energética generalizada que se extiende a la escasez de gasolina, diésel, gas natural y agua (no hay luz para mover las bombas en ciudades y campos).

Pero aun así, el gobierno de Nicolás Maduro ofrece electricidad a países vecinos, más bien a Brasil, que durante casi dos décadas fue gran beneficiario de la electricidad del Guri, a través de un tendido de alta tensión que abastecía el estado de Roraima, el único de ese país que no pertenece a su Sistema Interconectado Nacional.

Sin embargo, al igual que en Venezuela, desde 2018 empeoró el servicio eléctrico de Roraima por problemas con Guri.

La firma Eletrobras Roraima atribuía los apagones a la falta de mantenimiento en las líneas de transmisión dentro de Venezuela, recoge el medio digital G1 Roraima.

En 2017 se registraron 34 cortes de luz, pero en 2018 solamente hasta septiembre llegaron a 61. De los 15 municipios del estado de Roraima, 13 recibían electricidad del Guri, que respondía por el 85% de la electricidad de ese estado (donde hoy por cierto viven miles de venezolanos que escaparon de la crisis de su país).

El 7 de marzo de 2019 Venezuela dejó por completo de exportar esa electricidad a Brasil, mientras se agrava la crisis eléctrica venezolana. Ahora Maduro dice que «con cuatro o cinco millones de dólares» que podrían invertir empresas brasileñas es posible reconectar esas líneas.

«Hemos conversado con el presidente y le hemos dicho que Venezuela está preparada para reconstruir la cooperación eléctrica», con el estado de Roraima. Tenemos una oferta de 120 megavatios lista, que lo que amerita es una inversión básica de unos cuatro a cinco millones de dólares, en función de reconstruir las líneas de transmisión. Si lográramos con eficiencia que eso ocurriera, nosotros pudiéramos estar muy pronto volviendo a reconectar el Guri con el estado de Roraima».

Nicolás Maduro

«Queremos recuperar la relación energética con Venezuela. Aquella Interconexión de Guri tiene que ser puesta en funcionamiento porque no se justifica que Roraima sea el único estado fuera de la matriz energética brasileña funcionando en la base de la termoeléctrica», dijo Lula a la prensa en una conferencia al cierre de la cumbre de presidentes que organizó en Brasilia para reinsertar a Maduro en las relaciones internacionales y además relanzar propuestas de cooperación regional entre los países de la América del sur.

Destacó que el combustible para esas termoeléctricas es muy caro y contaminante.

«Teníamos una relación comercial que tuvo un flujo de prácticamente US$ 6,6 mil millones y hoy tiene poco menos de dos mil millones de dólares. Eso es malo para Venezuela y es malo para Brasil», dijo Lula.

Su ministro de las Relaciones Exteriores de Lula, Mauro Vieira, destacó que «la reanudación de la normalidad de las relaciones diplomáticas, del diálogo y de la cooperación con Venezuela y de nuevos esfuerzos de integración en el ámbito suramericano refuerza la nueva postura diplomática de Brasil».

“Dos países fronterizos no pueden estar sin dialogar”, afirmó Mauro Vieira.

El comercio bilateral entre Brasil y Venezuela totalizó cerca de $1.700 millones en el 2022, con exportaciones brasileñas de $ 1.300 millones e importaciones de casi 400 millones, o que demuestra «la importancia del encuentro para la reanudación de las colaboraciones económicas», destacó el canciller, citado por los servicios oficiales brasileños de información.

El propósito de reactivar la interconexión eléctrica entre los dos países fue recogido en una declaración conjunta de los dos mandatarios, lo que le termina dando carácter oficial.

El Guri objeto del deseo

Venezuela posee una línea de interconexión que recorre en total 211 kilómetros desde Santa Elena, sur del estado Bolívar hasta Boa Vista, la capital del estado brasileño de Roraima.

En total, el tendido es de unos 676 kilómetros, pues tras recorrer Venezuela, luego empalma con otros cables de alta tensión y en el pasado abastecía hasta el 85% de la electricidad que demanda Roraima, norte de Brasil, un estado rural que tiene poco más de medio millón de habitantes.

Este tendido fue completado en tiempos del gobierno de Rafael Caldera (1994-1999).

El sistema fue inaugurado en agosto de 2001 por el entonces presidente Hugo Chávez y el mandatario brasileño Fernando Henrique Cardoso, poniendo en marcha un acuerdo firmado en 1997 por el mismo Cardoso y Caldera.

Se trató de un convenio que duraría 20 años y con el cual se comenzó a enviar al norte de Brasil 65 megavatios/hora, pero que sumarían 200 al final del acuerdo en 2020, y que podría ser renovado 10 años más. En su momento, ambientalistas protestaron la obra y manifestaron que hería de muerte a la Gran Sabana, que pertenece al Parque Nacional Canaima, hábitat del pueblo indígena Pemón y centro de diversidad biológica y riqueza hídrica de Venezuela.

Nada comparado con lo que hoy ocurre con la deforestación y la utilización de mercurio en las cuencas del río Caroní y el llamado Arco Minero, que, según un trabajo realizado por ArmandoInfo y El País, apoyados por el Pulitzer Center y la organización noruega Earthrise Media, ya hay imágenes satelitales que dan cuentan de una deforestación equivalente a 40.000 canchas de fútbol.

En 2018, la empresa Eletronorte, encargada en el norte de Brasil del sistema eléctrico, reconoció una deuda de 30 millones de dólares que mantenía con Corpoelec, aludiendo a problemas para hacer transferencias a la empresa venezolana, a pesar de que, desde el gobierno de Hugo Chávez se vendía al estado de Roraima la electricidad en 43,8 dólares el megavatios/hora (2011), muy por debajo del precio internacional de 300 dólares.

Autoridades energéticas de Brasil han destacado que en 2019 la electricidad venezolana era un 72% más barata que la generada en el propio Brasil.

Oscuridad en la casa y luz para Brasil

El Sistema Eléctrico Nacional venezolano (SEN) cuenta con generación instalada hidroeléctrica y termoeléctrica. También con un parque eólico en Paraguaná estado Falcón y La Guajira, que no está operativo y no aporta nada al sistema.

Son ocho las plantas hidroeléctricas en el país, aunque, la mayor potencia instalada está en el bajo Caroní, en el estado Bolívar. Guri, Caruachi y Macaguasuman 15.637 Megavatios al SEN.

Las otras cinco hidroeléctricas se encuentran en la zona andina: Planta Páez, San Agatón, La Vueltosa (Uribante-Caparo), Peña Larga y Masparro, con una capacidad instalada de generación de aproximadamente 1.100 megavatios.

Asimismo, hay una capacidad instalada de aproximadamente 19.000 megavatios de generación termoeléctrica, que trabajan con fueloil, gas o diésel. Una de estas termoeléctricas es Planta Centro, ubicada en Morón, estado Carabobo, en su momento la más grande Latinoamérica, que producía 2.000 megavatios. Asimismo, está la planta termoeléctrica Josefa Camejo, ubicada en el estado Falcón muy cerca de la refinería de Amuay, la cual debería surtirla de combustible para su funcionamiento. También se construyó la termoeléctrica del estado Zulia llamada Ramón Laguna, la cual tenía previsto sumar 660 megavatios al SEN. Existen otras 17 plantas en el centro y occidente del país de menor tamaño.

En el Zulia el racionamiento se intensifica

Pero pese a toda esta capacidad nominal instalada, varias regiones de Venezuela sufren una crisis eléctrica que se expresa diariamente con apagones súbitos y racionamientos programados. Es lo que el eufemismo y la propaganda oficial llaman «balance de cargas».

Desde 2016, el estado el Zulia vive un racionamiento inclemente que llevó a los ciudadanos a comprar plantas eléctricas de combustible para paliar la situación. Ahora el combustible también es un elemento costoso y también escaso. Según el Comité de Afectados por los Apagones, el estado Zulia lideró las fallas eléctricas en abril de 223 con 740 de las más de 6.000 registradas en todo el territorio nacional.

En la calurosa Maracaibo, la capital de esta entidad y segunda ciudad más grande Venezuela, hay días donde el racionamiento es de cuatro horas diarias.

El problema más allá del Guri

El ingeniero en electricidad Víctor Poleo, una de las fuentes autorizadas más citadas sobre estos temas, manifiesta que a pesar de la situación actual en cuanto a la deficiencia en el sistema eléctrico de Venezuela, existe una capacidad ociosa en las presas del Caroní, en particular Guri, ya que destinaba la mayor parte de su generación a las industrias básicas que están hoy paralizadas.

“Hay alrededor de 2.000 megavatios ociosos actualmente porque las empresas del hierro, acero y aluminio están destruidas. No cabe otra palabra, Sidor, Alcasa, Venalum al estar destruidas y no demandar electricidad, estos megavatios están ociosos”, dijo Poleo.

El mismo ingeniero se pregunta: “Y por qué no los envían al centro, sencillamente porque no hay capacidad para transmitir por las grandes líneas a 800.000 voltios que entre las tres sumas 7,500 megavatios. Se pensó una cuarta línea con el mismo trazado: Guri-Malena-San Gerónimo y Occidente, pero esa línea no se construyó. Si se hubiese construido, podríamos haber sacado energía hacia Los Andes, Zulia y el occidente”, afirmó.

Poleo aseguró que enviar nuevamente energía a Brasil no causaría ningún problema adicional al sistema eléctrico venezolano en este momento, ya que se utilizaría esa generación que se pierde hoy en Guri.

“Estamos botando agua del Caroní al océano, si se aprovecha esa generación de electricidad porque no la podemos transmitir, de esta manera podemos mitigar los problemas de electricidad que tiene el interior de Venezuela.

«Es una gran ironía que faltando electricidad en el país tengamos una capacidad ociosa que se corresponde con la demanda fallida. Entonces, bien bueno que se vayan esos 120 megavatios, y muy mal que se quiera hacer una especie de narrativa mediática que están exportando electricidad, con un mensaje aberrante de que tenemos tanta electricidad como para exportar”, explica.

Desde 2017 no hay información pública de cómo se encuentran las instalaciones de las presas hidroeléctricas venezolanas. Es por ello que los especialistas cuentan con información limitada.

Sin embargo, Poleo estimó que las centrales hidroeléctricas de Guri, Caruachi y Macagua, están a media capacidad de producción, lo que quiere decir que, de los 7.000 megavatios que estarían generando sólo pueden transmitir 5.000 megavatios al centro del país, porque 2.000 megavatios estarían ociosos debido al quiebre de las empresas básicas de Guayana.

“Qué está operativo, qué está dañado, a qué le han hecho mantenimiento, es una información que no se conoce, pero, no deben estar nada bien desde aquella caída del sistema de marzo de 2019”, comentó el ingeniero.

El deterioro sistemático

Como consecuencias de las políticas gubernamentales de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, el sistema eléctrico nacional ha venido sufriendo un deterioro gradual pero sistemático, que ha derivado en una oscuridad constante, sobre todo fuera de Caracas, aunque ya hay zonas en la capital venezolana que viven a diario los cortes de energía.

Según información recopilada por académicos del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), así ha sido la caída del SEN:

  • En 1999 se paralizaron planes de expansión en ejecución del sistema eléctrico
  • 2002 se congelaron las tarifas en la facturación por el servicio eléctrico
  • 2008 hubo cuatro apagones nacionales
  • 2009 Corpoelec impuso restricciones al consumo de electricidad, por la fuerte sequía y la indisponibilidad del parque térmico
  • 2010 se aprobó la ley que prohibió la participación del sector privado en el sector eléctrico. Las empresas fueron integradas a Corpoelec, lo que agravó la crisis. Se decretó la emergencia eléctrica por la sequía.
  • 2013 reducción de los ingresos petroleros, derivó en menos inversión y mantenimiento al parque eléctrico
  • Para el IESA, estas son las siete causas principales de la crisis eléctrica venezolana son las siguientes:
  • *Desprofesionalización de la industria.
  • *Abandono de la planificación a corto, mediano y largo plazo, en materia de operación, *mantenimiento y expansión del sector.
  • *Abandono de los criterios técnicos y económicos para tomar decisiones.
  • *Partidización de todas las estructuras organizativas de Corpoelec.
  • *Abandono de la «calidad de servicio» como criterio fundamental.
  • *Abandono de la gestión comercial que redujo los ingresos y favoreció el aumento de pérdidas no técnicas.
  • *Corrupción.

Problemas crónicos

El ingeniero en electricidad Alberto De Lima tiene algunos datos, que al menos, hasta el mes de abril de 2023, dan luces certeras de la generación eléctrica en Venezuela. Coincide con otros especialistas sobre el estado actual del sistema eléctrico nacional. De Lima explica a El Estímulo que a partir de los datos y aplicando una fórmula para obtener la potencia, es posible tener como resultado una cifra de los megavatios que se producen en las diferentes instalaciones de generación.

Por ejemplo, en el mes de enero en la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar (Guri), se generaron 3.362 gigavatios (GW), lo que es igual a 3.362.000 megavatios, divididos entre 31 días por 24 horas que es igual a 744, por el factor de carga (0.9), y el resultado es el siguiente: 4.066 megavatios producidos en el primer mes del año.

Enero: 4.066 megavatios generados (-6.259 megavatios generados)

Febrero: 3.797 megavatios generados (-6.528 megavatios generados)

Marzo: 4.969 megavatios generados (-5.356 megavatios generados)

Abril: 4.336 megavatios generados (-5.989 megavatios generados)

Capacidad instalad de Guri: 10.325 MW

“La demanda de Guayana estaba en 4.500 megavatios, entonces tu podías exportar los 7.500 megavatios que te daba el Caroní. Siempre hay unidades que están en mantenimiento o reparación, por lo que siempre el sistema no estará al 100%”, dijo De Lima.

En la actualidad, De Lima piensa que se pueden producir unos 6.000 megavatios, pero, no se generan porque en Guayana cayó la demanda y no se pueden enviar al centro del país.

“Cuando se cae la demanda de Guayana, de 4.500 a 1.500 megavatios, te quedan libre esos megavatios en la zona, pero, no los puedes mandar al centro porque se te caen los voltajes. Si no tienes generación térmica en el Zulia, ni en Planta Centro (Carabobo) y tampoco en Táchira, si no tienes las térmicas el voltaje se cae, entonces, por eso es que los 2.000 megavatios que se pudieran generar adicionalmente hoy en el bajo Caroní con Guri, Caruachi y las tres Macagua, no se pueden enviar al centro del país”, afirmó De Lima, coincidiendo con Víctor Poleo.

Otro ejemplo de cómo está la generación en el bajo Caroní, Caruachi en los cuatro primeros meses de 2023:

Enero: 1.011 megavatios generados (-1.149 megavatios generados)

Febreros: 968 Megavatios generados (-1.192 megavatios generados)

Marzo: 1.138 megavatios generados (-1.022 megavatios generados)

Abril: 1.132 megavatios generados (-1.028 megavatios generados)

En Los Andes no es distinto:

La generación hidroeléctrica está más complicada en el occidente de Venezuela. Por ejemplo, la presa José Antonio Páez, la cual aprovecha los caudales del río Santo Domingo del estado Mérida y el río Aracay del estado Barinas, tiene una capacidad instalada para generar 290 megavatios aproximadamente, estaría muy por debajo de esta producción:

Enero: 4,95 megavatios generados (-285,05 megavatios generados)

Febrero: 6,29 megavatios generados (-283,71 megavatios generados)

Marzo: 6,72 megavatios generados (-283,28 megavatios generados)

Abril: 6,93 megavatios generados (-283,07 megavatios generados)

De acuerdo con el ingeniero Alberto De Lima, Planta Páez tiene cuatro unidades de generación de 70 megavatios cada una, pero, por estos niveles de producción, no deben estar en funcionamiento las cuatro, sólo una. Agregó que estas centrales pequeñas fueron ideadas para generar electricidad para compensar y coadyuvar en horas de mayor demanda. Cree que quienes administran estás plantas no le dan el uso adecuado, por lo que cuesta mantener estos embalses en los en niveles óptimos.

De Lima comenta que la máxima demanda que tuvo el país fue de aproximadamente 19.000 megavatios. En la actualidad esa demanda podría estar cerca de los 12.000 megavatios.

“De esos 12.000 megavatios, hoy se pueden atender 10.000 megavatios, por eso vemos esos racionamientos que podrían estar por el orden de los 2.000 megavatios, en las horas de mayor consumo, a primeras horas de la mañana, al mediodía y a las siete u ocho de de la noche”, explica.

No es que el problema de la generación de electricidad en sus plantas hidroeléctricas se haya resulto, todas están muy por debajo de su capacidad, en su mayoría por debajo del 50 y 30%, es que si estuvieran en su mejor producción no se podría transmitir la energía generada porque no se construyeron nuevas líneas de transmisión.

El parque termoeléctrico trabaja por debajo del 25 por ciento y el gas asociado que se produce en oriente, se quema, y no se aprovecha para fines de generación termoeléctrica.

En el alto Caroní estaba proyectada proyectada la construcción de cuatro presas de agua más, que hubiesen incrementado la generación de energía hidroeléctrica, pero, por consejo de Jorge Giordani, en su momento Ministro de Planificación de Hugo Chávez, no se dio curso a estos trabajos “porque no hacía falta”, y la consecuencia salta a la vista hoy. Inclusive, en la cuarta represa del bajo Caroní, Tocoma, no genera un solo megavatio y su costo se multiplicó más allá de los planificado.

*Con edición de Omar Lugo

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